El momento de la captura de Atahualpa por los españoles y el posterior ofrecimiento de un cuantioso rescate es uno de los momentos trascendentales para entender todo el proceso de conquista del Perú.
Y es que si bien lo que pasó en el famoso Cuarto del Rescate es conocido, no lo es tanto lo que pasó con el oro recaudado para, supuestamente, liberar al líder de los incas, que igualmente fue ejecutado por las huestes de Francisco Pizarro. Esto fue lo que sucedió.
El momento de la captura
En noviembre de 1532, Francisco Pizarro y sus tropas llegaron a Cajamarca con la intención de encontrarse con el Inca Atahualpa. Los españoles se ocultaron en los edificios principales alrededor de la plaza central, esperando el momento adecuado para actuar.
Atahualpa entró en la plaza con una impresionante comitiva de 30,000 hombres desarmados. El único español que lo enfrentó fue el fraile Vicente de Valverde, quien, a través del intérprete Felipillo, le exigió que aceptara el cristianismo y se sometiera al rey Carlos I de España y al papa Clemente VII.
Atahualpa, al no encontrar sentido en los regalos ofrecidos, los arrojó al suelo, provocando la indignación de los españoles. Inmediatamente, rompieron el silencio con disparos de artillería y fusiles, desatando una masacre que resultó en la muerte de más de 20,000 soldados incas.
La hora del rescate
Apresado en un palacio de Cajamarca, Atahualpa ofreció llenar dos veces la habitación en la que estaba recluido con plata y una vez con oro, hasta donde alcanzara su mano, para recuperar su libertad.
Los españoles aceptaron y se envió la orden a todo el imperio inca para reunir la mayor cantidad posible de metales preciosos. Sin embargo, después de que el rescate fue entregado, Atahualpa fue condenado a muerte por múltiples acusaciones, entre ellas idolatría y ocultamiento de un tesoro.
Se le ofrecieron dos opciones: ser bautizado y luego ahorcado, o ser quemado vivo. Atahualpa eligió la primera, recibiendo el nombre cristiano de Francisco, y fue ejecutado el 26 de julio de 1533. Su muerte causó gran anarquía y sublevaciones entre las etnias incas.
El oro y la plata: reparto del rescate
El 18 de junio de 1533, Pizarro ordenó fundir todo el oro y la plata recolectados. El valor total de la fundición alcanzó 1,326,539 pesos de oro, lo que equivale a 6,102 kg. De esta cantidad, 262,259 pesos de oro fueron destinados al quinto real para la Corona española.
La fundición fue realizada por metalistas indígenas utilizando métodos tradicionales, mientras que el orfebre español recibía su pago. Además, se fundieron 51,010 marcos de plata, aproximadamente 11,732 kg, de los cuales 10,121 marcos fueron destinados a la Corona.
Este rescate es considerado uno de los mayores de la historia. A valores actuales, se estima que el oro y la plata entregados por Atahualpa tendrían un valor aproximado de 232 millones de dólares para el oro y 6 millones de dólares para la plata.
Ahora es atracción turística
El Cuarto del Rescate es ahora una importante atracción turística en Cajamarca y el único vestigio del período inca en la ciudad. Las cuatro paredes originales permanecen, aunque el techo es una reconstrucción moderna. En 2008, estudios arqueológicos señalaron el deterioro de la estructura, poniendo en riesgo su conservación.
Una línea roja horizontal en una de las paredes marca hasta dónde Atahualpa debía llenar la habitación con oro. Placas con inscripciones de cronistas de la época relatan los eventos que ocurrieron en este lugar.
Ubicado a solo 50 metros de la plaza de armas de Cajamarca, donde fue capturado Atahualpa, el Cuarto del Rescate recibe numerosos visitantes cada año. En 2004, alrededor de 60,000 turistas visitaron este sitio histórico.
En 2023, nuevas excavaciones en el área descubrieron cerámicas de diferentes periodos históricos, incluidos el incaico, el colonial y el republicano, así como restos de antiguos muros de piedra.