44 años del Comedor Universitario de San Marcos: el pilar de bienestar más grande del país que alimenta a miles de estudiantes

Desde su inauguración en 1980, el comedor ha evolucionado para convertirse en un espacio esencial, adaptándose a las necesidades y desafíos de cada generación de estudiantes

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Desde su inauguración en 1980,
Desde su inauguración en 1980, el comedor más grande del país ha sido un refugio indispensable para miles de estudiantes, adaptándose a los retos y necesidades de cada generación. (Composición| República | Andina)

El 19 de junio de 1980, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos celebró un acontecimiento que marcaría un hito en su historia con la inauguración del Comedor Universitario, una de las instalaciones más grandes y complejas dedicadas al bienestar estudiantil de aquel entonces. La apertura de este comedor no solo respondió a una necesidad urgente de la comunidad universitaria, sino que también representó un esfuerzo significativo para mejorar la calidad de vida de los estudiantes. A través de sus puertas, miles de jóvenes encontraron un lugar no solo para alimentarse, sino también para socializar, debatir y crear lazos duraderos.

Con el paso de los años, el Comedor Universitario de San Marcos se consolidó como un espacio indispensable dentro del campus, adaptándose a los cambios y desafíos de cada época. Ha visto pasar generaciones de estudiantes, cada una ha dejado su propia huella y ha enriquecido la historia de la universidad. En su 44 aniversario, el comedor sigue siendo un símbolo de perseverancia y compromiso con el bienestar estudiantil, para así reforzar su papel como un actor clave en la vida diaria de la comunidad universitaria.

¿Cómo surgió la necesidad de un comedor universitario en San Marcos?

En 1980, Perú enfrentaba una profunda crisis económica y social, exacerbada por los golpes militares y la creciente migración del campo a la ciudad, que resultó en el hacinamiento de las barriadas conocidas como el “cinturón de la miseria” alrededor de la capital. Según la información proporcionada por el portal ‘Comité de Comensales UNMSM’, estas difíciles condiciones incrementaron la necesidad de una educación superior accesible para muchos jóvenes provenientes de familias campesinas, obreras y de pequeños comerciantes.

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Desde 1980, el comedor ha evolucionado para ofrecer mucho más que alimentación, convirtiéndose en un símbolo de compromiso y perseverancia dentro de la universidad. Foto: La República

En este contexto, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos también afrontaba serios problemas de infraestructura y servicios. Desde los inicios de la década de 1970, tanto el Comedor Universitario como la Residencia Universitaria presentaban deficiencias estructurales, lo que generó constantes reclamos estudiantiles. Según lo planteado por el blog de divulgación científica de historia peruana ‘Grupo de Trabajo Historia del Siglo XX’, la cantidad de estudiantes crecía de forma constante, hasta alcanzar los 20 mil en aquellos años, y según la Oficina de Bienestar Universitario, el 60% de ellos sufrían problemas relacionados con salud, alimentación, vivienda y vida emocional.

El rector de la universidad en ese momento, Juan de Dios Guevara, veía con preocupación cómo el aumento de la matrícula estudiantil amenazaba con transformar la educación individual en una educación de masas, tecnificada y deshumanizada. Ante esta situación, subrayó la necesidad urgente de revisar la estructura universitaria y promover una renovación colectiva. La creación del Comedor Universitario, cuya construcción había iniciado en 1962 en terrenos donados a la universidad, surgió como una respuesta integral para proporcionar apoyo alimenticio adecuado y mejorar el bienestar general de los estudiantes, esto evitó que las diferencias socioeconómicas los obligaran a abandonar sus estudios.

¿Cuándo se inauguró el comedor?

El Comedor Universitario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos abrió sus puertas el 19 de junio de 1980, lo que marcó un momento histórico para la comunidad académica. Considerado el más grande del país, este nuevo espacio se creó para satisfacer la creciente demanda de servicios de alimentación y bienestar, ofreciendo una infraestructura moderna y bien equipada. La inauguración generó gran expectativa y entusiasmo entre estudiantes, profesores y autoridades.

Filas interminables y el término
Filas interminables y el término "gusanear": el ritual diario en el comedor de la UNMSM. Foto: Andina.
Según las crónicas de la época, incluyendo las del diario El Comercio, la construcción de esta imponente obra de dos pisos tuvo un costo total de 5 millones de dólares. Para financiar el proyecto, la UNMSM recibió un préstamo a largo plazo y contó con el apoyo significativo del embajador de Holanda, Piet Hein Houben, quien contribuyó con una quinta parte del total.

Además, según lo reportado por el diario La República, el día de la inauguración, el Comedor Universitario de San Marcos sirvió su primer almuerzo, que consistió en un plato de aguadito, estofado de pollo con huevo frito y un refresco. Desde sus inicios, el objetivo fue atender a más de 9 mil estudiantes, esto proporcionó un espacio esencial para su alimentación y bienestar dentro del campus.

¿Cómo ha evolucionado el Comedor Universitario de San Marcos desde su inauguración?

En sus primeros años de funcionamiento, el Comedor Universitario se convirtió rápidamente en un elemento esencial en la vida diaria del campus. Las extensas filas de estudiantes, comúnmente conocidas como “gusanear”, demostraban la alta demanda y la importancia del servicio. Además, los turnos de comida se organizaban por orden de llegada o mediante tickets, los cuales se entregaban en el segundo piso del comedor o se reservaban virtualmente. Solo se necesitaba presentar el carné universitario o de biblioteca para acceder.

El almuerzo especial es una
El almuerzo especial es una tradición sanmarquina que se repite año tras año. (Facebook: Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
En una entrevista con Agencia Andina, el nutricionista y líder de la cocina del comedor explicó: “El personal que prepara el desayuno llega a las 10 de la noche del día anterior. Hay que cortar cientos de panes, rebanadas de queso y más. El mediodía es la hora punta del comedor central de San Marcos, donde todo debe funcionar como un sistema de relojería debido a que se alimentará a más de 1,000 personas en apenas dos horas.”

Una vez que los estudiantes tienen la charola en la mano, disponen de solo 20 minutos para consumir su ración, ya que la cena es un plato diferente que debe estar listo a las 5 p.m. A lo largo de las décadas, el comedor ha experimentado múltiples mejoras y adaptaciones para enfrentarse a los retos contemporáneos. Estas iniciativas han garantizado que el comedor se perciba como un pilar fundamental en el bienestar estudiantil y un ejemplo del compromiso universitario con su comunidad.

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