Dicen que el Perú es un país de todas las sangres, cuyas expresiones culturales son variadas y, en muchos casos, proceden de un largo proceso de evolución y sincretismo. Afirmar esto tiene sentido si se toma en cuenta la interacción entre diferentes pueblos que hubo en territorio nacional y que llegó hasta muchos rincones del país.
Gracias a esto hoy disfrutamos del reconocimiento de nuestra gastronomía como una de las mejores del mundo, una rica historia y expresiones como las danzas típicas que abundan en Perú. Y aunque es difícil elegir una, esta vez toca hablar acerca de la tunantada, cuya melodía nos lleva directamente a la belleza y melancolía de los andes peruanos, pero con pasos de baile que tienen larga data y tendrían un fin satírico.
Sus orígenes
La tunantada, baile regional perteneciente a la provincia de Jauja, departamento de Junín, es una expresión cultural y artística que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2011. En ella se recoge la diversidad, carisma y tradición de la que fuera catalogada como la capital histórica del país.
Sin embargo, hablar de su origen es bastante complejo y nos remonta directamente a la época colonial, momento en el que se sentaron las bases de lo que sería un largo proceso de mestizaje y fusión de culturas. Según relata el diario El Peruano, es en dicho contexto que nace esta danza, específicamente en Huaripampa, según explica la tradición oral.
Este lugar es el primer distrito jaujino y fue fundado un 29 de septiembre de 1570.
Según el citado diario oficial, las crónicas de la época precisan que los pobladores de este espacio fueron testigos de la llegada del virrey Francisco de Toledo, quien pasó por esa zona acompañado de su séquito y al compás de la música, como era costumbre por aquellos días.
Desde ese instante los huaripampinos empezaron a imitar a estos personajes, pero de una manera satírica, lo que podría haber sido el origen temprano de la danza.
Sin embargo, también se ubica el origen de la tunantada en la forma que tiene actualmente en el siglo XIX e incluso a partir de inicios del siglo XX. Esto explicaría la presencia de algunos personajes que conforman la danza, los cuales son representaciones de miembros de las clases sociales que existían en Jauja, pero también de viajeros foráneos que era común encontrar en la ciudad.
En este apartado es importante mencionar que Jauja fue un lugar cosmopolita donde hubo convergencia de pueblos desde la época del incanato. Hasta ese punto llegaron personas de lugares tan lejanos como la capital e incluso Argentina. Se cree que la tunantada, como una danza teatral, buscaba recrear la memoria colectiva y el pasado, que incluía a los conquistadores españoles, pero también los momentos que se vivían cuando fue concebida.
Lo cierto es que la tunantada no parece pertenecer a un solo periodo histórico, sino que ha pasado por una evolución y es una muestra de los largos procesos que afrontó Perú en diferentes momentos, así como de la influencia andina e hispánica que le ha dado forma a muchas de las expresiones culturales que hoy conocemos.
Por otro lado, también es una sátira con pasos de baile que imitan las formas y posturas de los personajes que vivieron en esta zona del Valle del Mantaro.
Personajes de la tunantada
Como una danza que a la par es una dramatización, la tunantada tiene elementos como sus personajes, quienes visten diferentes trajes y máscaras para identificarse. Se puede mencionar a los siguientes:
Huatrila: se trata de la representación del indígena tradicionalmente dedicado a la agricultura y el pastoreo. Este usa un chullo, máscara cobriza y camisa, además de tener pasos de baile elegantes.
Chuto: se presenta al criollo mestizo jaujino noble. Es un personaje jocoso con pasos ágiles y que usa sombrero, pañuelo de seda, camisa, botas de cuero y demás.
Tucumano: se trata del arriero del virreinato de Río de la Plata, quien en la antigüedad llegó hasta la zona para participar de la actividad comercial de la ciudad. Sus pasos son duros y recios, además, usa poncho, sombrero y un látigo.
María Pichana y el Viejo: se trata de un hombre y una mujer de avanzada edad, de actitud pícara y ocurrente. Usan prendas desgastadas y máscaras para mostrar su edad.
Jamille: este personaje es la presentación del experto en plantas que llegó desde el altiplano.
Jaujina: se trata de una mujer mestiza, hija de sangre española y linaje jauja, cuyos movimientos son alegres y delicados.
Wanka: en contraparte con la jaujina, este personaje es una mujer indígena, pero también de origen noble que se mueve con gracia.
Príncipe, tunante o chapetón: finalmente, esta es la personificación del acaudalado hispano que solía ocupar altos cargos, por ello usa traje elegante y demuestra altivez al danzar.