La percepción de los principales ejecutivos del país sobre la gestión del gobierno de Dina Boluarte, una presidenta que registra un récord de rechazo ciudadano, ha cambiado drásticamente. Según una encuesta elaborada por Ipsos Perú y difundida el último sábado en Semana Económica, la aprobación de los CEO pasó del 71% en 2023 al 12% en 2024.
Actualmente, el 87% de los ejecutivos desaprueba la gestión de la jefa de Estado, de acuerdo con el sondeo, que recogió la percepción de 143 directores ejecutivos de las 2.500 empresas más grandes de Perú. El desplome en la confianza refleja un desencanto generalizado. Hace un año, los CEO valoraron positivamente el control de las movilizaciones sociales y la salida del exmandatario Pedro Castillo (2021-2022).
Sin embargo, las preocupaciones ahora incluyen el incremento de la criminalidad, la inestabilidad democrática y el deterioro institucional. “El principal factor es la debilidad del Ejecutivo frente al populismo del Congreso”, señaló Alfredo Torres, presidente ejecutivo de la encuestadora. Además, el 40% de los CEO considera que la relación entre el Gobierno y el sector privado es “mala” o “muy mala”, un aumento respecto al 22% del año anterior.
La crítica a la gestión del Ejecutivo se centra en su incapacidad para destrabar proyectos y promover nuevas inversiones. Pese a contar con ministros técnicos en sectores como el Ministerio de Economía, el de Energía y Minas y el portafolio del Ambiente, no se percibe un avance significativo en el desarrollo de nuevos proyectos.
El deterioro institucional, reflejado en la crisis de la Fiscalía de la Nación y los cuestionamientos a organismos electorales y la Junta Nacional de Justicia, también contribuye al desencanto empresarial. “Cualquiera que fuera diferente al expresidente Castillo era valorado. Pero, luego, empiezan a salir casos de corrupción [del actual gobierno] y vino el desencanto”, dijo a la revista el director independiente de empresas, Marco Antonio Zaldívar.
“El de la seguridad es un reclamo generalizado. Seguridad física, personal y para hacer negocios. Si eso se te sale de las manos, luego es muy difícil regresar”, consideró Fernando Eguiluz, CEO de BBVA Perú. “El tema es dejar de dar leyes populistas y preocuparse por reformas que ayuden a la inversión. Y ahí nos hemos quedado en el tiempo”, recalcó Joel Villanueva, co-founder & CEO de Anka SAFI.
“[Hay ministerios que] están haciendo grandes esfuerzos para intentar reactivar, dar predictibilidad. Pero no sabemos qué va a pasar en 2026. Las nuevas inversiones se toman con mayor cautela. Y, en las minas que están funcionando, se tiene que bailar con la que toque”, matizó Leandro García, gerente general de Compañía de Minas Buenaventura.
Reacción
Para el jefe de Gabinete, Gustavo Adrianzén, la creciente impopularidad de Boluarte “es un problema de comunicación” y de imagen. “Por eso estamos moviéndonos tanto y tratando de revertir [...] Yo sí estoy seguro de que ese 12% de los directores generales se va a empezar a revertir”, señaló en una conferencia de prensa con medios extranjeros citada por Bloomberg.
El premier también resaltó la sorprendente recuperación económica de abril, con una expansión del 5,3% respecto al año anterior. Afirmó que esta tendencia continuará y que la economía podría crecer hasta un 3,5% en 2024, lo que espera impulse la confianza empresarial.
Boluarte enfrenta un récord negativo de popularidad, con solo el 5% de aprobación, según una encuesta de Datum Internacional. Desde que asumió el cargo, en diciembre de 2022, la gobernante nunca superó el 20% de aceptación y su respaldo ha caído continuamente.
Problemas como falta de transparencia en la declaración de joyas y relojes, un presunto desbalance patrimonial, y el reciente allanamiento a su casa han afectado su imagen. Comparativamente, lidera el índice de desaprobación histórica al superar a anteriores exmandatarios como Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala. En el sur del país, su aprobación desciende incluso al 3%.