Muchos profesionales en el mundo de los negocios nos movemos por ratios de ventas. Esto significa que, para los vendedores, lo que realmente cuenta es superar a la competencia en ventas. Aunque tener un indicador de éxito es importante, ganar es muy diferente de ser exitoso.
Hace algún tiempo comprendí la diferencia entre ganar y ser exitoso gracias a uno de mis hijos que juega béisbol. Mi hijo es el jardinero en su equipo y, aunque no es titular indiscutible, alterna en el equipo principal. Es un buen niño, que trabaja duro, tiene una actitud positiva, da su mejor esfuerzo y alienta al equipo incluso cuando le toca ser suplente. Siempre está atento y listo por si le toca jugar. Al final de la temporada, fue premiado como el MVP de su equipo, sorprendiendo a muchos de sus compañeros y a los padres. Sus entrenadores lo seleccionaron por su esfuerzo, actitud positiva y por dar siempre lo mejor de sí mismo. Ver a mi hijo recibir este premio me hizo entender la diferencia entre ganar y tener éxito.
En las competencias, solo hay un ganador. Ganar significa vencer a otros, lo que implica que otros pierden. Tener éxito es completamente diferente: todos tenemos el potencial de ser exitosos. El éxito consiste en completar una actividad a pesar de los obstáculos. El famoso coach John Wooden explica claramente la diferencia entre ambos, señalando que ganar es un fin y el éxito es un camino. Describe el éxito cómo obtener una paz mental que se logra al tener la satisfacción de saber que se ha hecho el mejor esfuerzo posible.
Wooden nos brinda tres perlas de sabiduría para entender estas diferencias y actuar moralmente a lo largo de la vida:
No trates de ser mejor que otros. Desde pequeños nos enseñan a obtener buenas notas, a tratar de ser los mejores. Si quieres entrar a la universidad, tienes que ser mejor que otros. Si deseas una promoción, debes vender más que los demás. Sin embargo, las personas exitosas no son necesariamente las que ganan siempre, sino las que desarrollan sus propias habilidades de acuerdo con sus capacidades.
Siempre trata de ser tu mejor versión. Tienes el control total de ti mismo. La idea es que te mantengas fiel a dar lo mejor de ti en cada situación (cómo te ves a ti mismo) lo cual es mucho más importante que tu reputación (cómo te ven los demás).
No te involucres ni te preocupes por cosas que no puedes controlar. Todo esto te distrae e impide que seas lo mejor que puedes ser. Tener una brújula moral que nos guíe a dar nuestro mejor esfuerzo y ser la mejor versión de nosotros mismos es esencial.
Wooden también comparte algunos consejos valiosos sobre cómo dar lo mejor de uno mismo:
- Nunca llegues tarde. Llega a tiempo y termina a tiempo. Gestionar bien el tiempo es un buen principio general de vida.
- Abstente de usar malas palabras, dar quejas o caer en constantes lamentaciones, ya que nos distraen de seguir adelante y mejorarnos a nosotros mismos. Es importante entender la diferencia entre descargar el estrés y quejarse crónicamente.
- No pierdas el tiempo criticando a un compañero o al equipo, ya que esto impide que te concentres en dar tu mejor versión.
- Ten paciencia en todo momento. La paciencia y la perseverancia son esenciales para mejorar y tomar las mejores decisiones. Debemos tener paciencia especialmente con nosotros mismos y con los demás.
El camino hacia la verdadera felicidad y la realización
Comprender esta distinción entre ganar y el verdadero éxito conducirá a una mayor realización como profesionales. Al enfocarnos en convertirnos en exitosos en lugar de solo en ganar, podemos perseguir una vida con propósito, trascendiendo las métricas de ventas o las ganancias financieras. Estas medidas extrínsecas nunca pueden traer la felicidad y la paz duraderas que todos buscamos.