En Chincha, provincia de la región Ica, menores de edad acabaron con la vida de un agente de seguridad que tenía más de 30 años en el rubro. Se trata de Eduardo Germán Manrique Castro, un exmilitar que se resistió al robo de sus pertenencias el pasado miércoles 12 de junio.
Según cuentan sus familiares, el hombre de 47 años tenía una gran habilidad en defensa personal y en el uso de armas de fuego. Incluso, se había capacitado en decenas de oportunidades para combatir la criminalidad.
“Tenía precisión, sabía el manejo de las armas. Él era rápido, preciso con las armas. No entiendo qué pasó ese día, lo agarraron desprevenido y, de repente, como eran chiquillos quienes lo asaltaron a mi esposo, no quiso hacer más”, narró la pareja de la víctima a América Televisión.
“Él tenía formación militar, pero, aun así, continuó especializándose. Siempre le gustó ir con sus compañeros, él los acompañaba. Tenía su entrenamiento en el polígono de tiro. No sé cómo ocurrió esto”, agregó la madre de sus hijos.
De acuerdo a información de la Policía Nacional del Perú (PNP), dos jóvenes, de una banda criminal, lo interceptaron la mañana del pasado miércoles, cuando Manrique Castro se dirigía a su vivienda en bicicleta luego de una jornada laboral.
Según testigos, uno de los muchachos incluso vestía el uniforme escolar de una institución educativa del distrito de El Carmen. Ambos, tras acercarse, intentaron reducir al experto en seguridad, pero, al no conseguirlo, actuaron a sangre fría.
Las autoridades señalan que uno tenía 15 años, quien es conocido con alias de ‘Charapa’, mientras que el otro, de 16, es llamado ‘Lechuga’. Ellos, no solo te dispararon hasta en cinco oportunidades, sino que también le realizaron cortes en su cabeza.
“Lo cogotean y él, el vigilante, al querer defenderse, saca su arma y le da un disparo a uno de los sujetos, motivo por el cual logran quitarle su armamento. Con su mismo arma, le disparan”, sostuvo el coronel Daniel Elías Soto, jefe de la División Policial de Chincha, al mismo medio.
Aun con sus heridas letales, el guardia de seguridad logró, antes de fallecer, dar información sobre los jóvenes que presuntamente lo agredieron. Desde entonces, para su esposa, los días se han llenado de tristeza y las mañanas se hacen eternas al comprender que nunca más podrá abrazar ni ver a su compañero de vida.
“En todo el trayecto en que venía a la casa estábamos hablando (por llamada de celular), pero, de pronto, escucho palabras soeces. Entonces, pensé que se había caído de la bicicleta, pero luego escucho como golpes, como si estuviera peleando. Me asusté. Después escucho que me dice mi esposo ‘ayúdame, ven, auxilio, me han baleado, pide ayuda’”, contó su esposa.
Gracias a la información brindada por la víctima, la PNP logró dar con el paradero del adolescente herido en un centro médico de Pisco. El delincuente fue llevado a las instalaciones del Depincri en Chincha, donde continúan las investigaciones para identificar y capturar al otro menor involucrado en el acto delictivo.
“Estos menores de edad, mayormente, vienen de familias que se han separado, de hogares disfuncionales, donde no tienen mucha empatía, por eso salen rencorosos. Tienen una conducta ya más callada y son captados por gente de mal vivir”, sostuvo el coronel.
“Ahora, la Fiscalía de Familia lo está procesando, luego será derivado al centro juvenil Maranguita. Pertenecería a una banda juvenil que está dedicada a realizar este tipo de robos”, aseveró Soto.