En medio del intenso frío que azota al Perú, los carritos emolienteros se han convertido en una parada obligatoria para muchos ciudadanos que buscan una bebida caliente para comenzar el día.
Estos pequeños negocios ambulantes, conocidos por ofrecer desayunos nutritivos y tradicionales, han captado la atención de un tiktoker que decidió investigar cuánto ganan estos emprendedores mensualmente.
Sale a cuenta
En un video de apenas 24 segundos, el joven tiktoker, identificado como @Diegoinviertee, documentó su visita a uno de estos puestos de desayuno en las calles de Lima. La grabación muestra cómo se acerca a una vendedora y le pregunta sobre sus ingresos mensuales.
La respuesta sorprendió a muchos: la comerciante reveló que, vendiendo panes con huevo, queso, palta, pollo y otras bebidas tradicionales como quinua, emoliente y soya, sus ingresos superan a los de muchos profesionales.”¿Qué tan rentable es un carrito emolientero? Gana más que algunos profesionales”, comentó Diego en su video.
El joven, tras hacer algunos cálculos, estimó que el ingreso promedio por cliente es de S/3.50. Con una clientela de aproximadamente 100 personas por día, y trabajando tanto en la mañana como en la noche, el negocio puede generar hasta S/9,000 mensuales.
También explicó que, descontando el 30% destinado a insumos, más los costos de ayudantes, permisos municipales, mantenimiento del carrito y posibles mermas, la ganancia neta mensual de un carrito emolientero se sitúa alrededor de S/4,000.
“Es real. Muchos pueden hacerse más. Trabaja 26 días al mes, tiene 9 mil lucas, aquí le restamos el 30% de insumos, le agregamos costo de ayudantes, trámites de permisos de Municipalidad, mantenimiento del carrito y algunas mermas. Mínimo 4 mil soles (líquido en ganancia) por carrito. Imagínate en 10 carritos”, escribió en redes sociales.
Redes sorprendidas
El video rápidamente se volvió viral y generó una oleada de reacciones entre los usuarios de TikTok. Muchas personas expresaron su asombro al descubrir que un emolientero podría ganar más que un profesional con estudios universitarios.
“Yo trabajo de emolientero es matador al principio, sobre todo si no tienes experiencia. ¿Se gana bien como dice el video? Sí, se puede, pero depende de varios factores”, comentó un usuario.
Otro cibernauta compartió su experiencia personal: “Es cierto, yo trabajaba para una señora. Ella preparaba todo y yo vendía en el día y en la noche. Me pagaba 350 semanal”. Mientras tanto, otros comentarios destacaban la comparación con empleos más formales: “Ni un ingeniero llega a ese sueldo”, afirmó otro internauta.
Tradición y crecimiento
Este fenómeno ha despertado un renovado interés en los carritos emolienteros y su papel en la economía informal peruana. Para muchos trabajadores, estos puestos no solo ofrecen una opción de ingresos significativa, sino también una forma de conectarse con la comunidad a través de la venta de productos tradicionales y nutritivos.
El emoliente, por ejemplo, es una bebida tradicional a base de hierbas que se ha consumido durante generaciones y sigue siendo popular en la actualidad.
La historia de Diego y su investigación en TikTok pone de relieve la realidad de muchos emprendedores en el Perú, quienes, a pesar de los desafíos, encuentran en los negocios informales una fuente de sustento.
Además, refleja cómo las redes sociales pueden influir en la percepción pública sobre diferentes tipos de empleo y destacar oportunidades que podrían pasar desapercibidas.
En un contexto donde la búsqueda de empleo y la estabilidad económica son desafíos constantes, el caso de los carritos emolienteros ofrece una perspectiva más que interesante sobre cómo los pequeños negocios pueden prosperar y proporcionar ingresos competitivos que no tienen nada que envidiar a cualquier profesional con título universitario.