Un importante descubrimiento arqueológico fue encontrado en el Callao, revelando un pasado enterrado bajo lo que pronto será el nuevo aeropuerto de la ciudad. Este hallazgo, que capturó la atención tanto de expertos como del público en general, nos da a conocer más sobre la época prehispánica y colonial del área circundante al puerto, que inspiró a Francisco Pizarro a fundar la capital de Perú en sus cercanías. Este lugar fue fundamental en la historia de Perú desde la llegada de los conquistadores españoles.
Cuando los trabajadores comenzaron la construcción del aeropuerto junto al antiguo, las expectativas de hallazgos arqueológicos eran mínimas, según los registros históricos disponibles hasta ese momento. Sin embargo, lo que emergió del subsuelo desmintió estas suposiciones y reveló una compleja red de ocupación humana que se remonta a miles de años atrás.
Erika Cabello, arqueóloga a cargo del proyecto especial de protección de los hallazgos por parte de la empresa Lima Airport Partners (LAP), describió la magnitud del descubrimiento a la Agencia EFE: “En la zona de la pista de aterrizaje, la torre de control y la planta de combustible, encontramos una densa ocupación prehispánica de la época Lima y de la cultura Ychsma. En el área del nuevo terminal de pasajeros, encontramos evidencia de ocupación colonial y republicana”.
Elemento nunca antes vistos
Entre los descubrimientos más destacados se encuentró una pequeña necrópolis que alberga varios enterramientos de la época Lima, datados entre los siglos II y VII d.C. Los restos humanos, enterrados en diferentes poses y acompañados por ofrendas que incluyen vasijas, cuentas de collares y adornos de madera, proporcionan un vistazo inédito a una cultura que ha sido parcialmente olvidada fuera de los círculos especializados en arqueología limeña.
El proceso de excavación fue meticuloso y revelador. Según los arqueólogos, los estratos históricos del sitio se despliegan como las páginas de un libro, comenzando con los elementos más recientes cerca de la superficie y profundizando en las capas más antiguas, donde se encuentran las raíces más tempranas de la ocupación humana en el área.
Los artefactos recuperados incluyen una impresionante variedad de vasijas, 70 exactamente, algunas decoradas con rostros humanoides en relieve y figuras femeninas o animales. Estos objetos no solo proporcionan una ventana al pasado material de las civilizaciones que una vez habitaron la región, sino que también desafían las narrativas históricas establecidas sobre la extensión y la complejidad de las culturas preincas en la costa central peruana.
El capítulo escrito por los Ychsma, una cultura que floreció alrededor del siglo XII y cuya influencia disminuyó con la llegada de los incas, es particularmente revelador. Sus artefactos y enterramientos descubiertos bajo lo que será la nueva infraestructura aeroportuaria ofrecen una visión detallada de sus prácticas funerarias y cotidianas, antes de que fueran eclipsados por el dominio incaico.
La llegada de los españoles, con la fundación del puerto de Callao en 1537, marcó otro punto de inflexión en la historia del área. La presencia colonial dejó una huella tangible en forma de fincas agrícolas, vestigios de la vida virreinal y otros artefactos que han sido recuperados y catalogados durante las excavaciones.
Incluso la época republicana no ha quedado sin su representación en este relato arqueológico. El descubrimiento de elementos de la vida cotidiana, como botellas y envases de esa época, revela cómo la zona siguió evolucionando y adaptándose a lo largo de los siglos, incluso bajo la sombra de una modernización cada vez más acelerada.
Todos estos descubrimientos, ahora bajo la custodia del Estado peruano como patrimonio nacional, ofrecen un testimonio de la rica historia de la región. El futuro del sitio arqueológico bajo el nuevo aeropuerto de Lima aún está por definirse, pero ya ha capturado la imaginación de turistas y académicos de todo el mundo, quienes podrán vislumbrar las capas entrelazadas de historia humana que yacen bajo sus pies al aterrizar en la capital peruana.