Peter Daly, un hombre cuyo nombre podría pasar desapercibido, está ligado a una de las tragedias más impactantes del siglo XX. Su historia comienza con una vida llena de éxitos y comodidades, lejos del drama que luego se desataría. Este empresario peruano se embarcó en el legendario Titanic, no como un simple pasajero, sino como alguien cuya vida cambiaría para siempre en medio de las gélidas aguas del Atlántico. Su travesía, desde el momento en que puso un pie a bordo hasta los desesperados minutos en los que luchó por sobrevivir, es un relato de resistencia que pocos conocen en toda su magnitud.
La experiencia del empresario a bordo de la histórica embarcación es un testimonio de la fortaleza humana frente a la catástrofe. A medida que el lujoso transatlántico se encontraba con su destino fatal, Daly se vio obligado a tomar decisiones rápidas y calculadas, enfrentando el caos y el pánico que se desató entre los pasajeros. Lo que siguió fue una lucha contra el tiempo y los elementos, un viaje de supervivencia que desafía cualquier descripción simple. Este relato busca desentrañar los detalles menos conocidos de su experiencia, mostrando a un hombre cuyo coraje y determinación le permitieron enfrentar lo inimaginable.
¿Quién fue Peter Daly?
El hijo de Bernard Daly e Isabel Fermina Charon siempre mostró una facilidad excepcional para los idiomas. Desde joven, destacó por su capacidad de dominar hasta siete lenguas, incluyendo español, francés y latín. Esta habilidad, acompañada de su esfuerzo académico, lo catapultó a graduarse con honores de la prestigiosa Universidad de Cambridge en Inglaterra. Como recompensa por su sobresaliente desempeño, su padre decidió enviarlo a Perú en 1887.
Aunque nacido en Inglaterra, Peter no podía ignorar sus profundas raíces peruanas. Su madre era limeña y su abuela de Arequipa, influencias que lo motivaron a establecerse en el territorio andino, según el medio La República. Al llegar a Perú, Peter se incorporó a la empresa inglesa Haes & Sons, donde comenzó a forjar una carrera prometedora. Fue en este nuevo hogar donde, a los 27 años, conoció a María Rosalba Ramos, quien se convertiría en su compañera de vida y la madre de sus diez hijos.
Su existencia en Perú parecía un cuento de estabilidad y éxito. Daly equilibraba con destreza su vida laboral con la familiar, disfrutando del fruto de sus esfuerzos. Sin embargo, en 1912, un giro inesperado cambió su destino. Un llamado desde Londres lo convenció de regresar a su tierra natal. Decidido, Peter embarcó en el majestuoso Titanic, ignorante de la catástrofe que se avecinaba.
¿Cómo vivió la tragedia del Titanic?
El empresario peruano, con el ticket número 113055 y alojado en la cabina E17, abordó el lujoso Titanic el miércoles 10 de abril de 1912 en el puerto inglés de Southampton, según información proporcionada por Peru.com. Con 51 años y una próspera carrera, embarcó con la intención de hacer una escala en Nueva York para visitar a su hijo mayor, quien se encontraba viviendo en dicha ciudad.
Tras cuatro días de tranquila navegación, la vida de Daly cambió abruptamente la noche del 14 de abril de 1912. A las 11 p.m., el Titanic chocó contra un iceberg y comenzó a hundirse en las gélidas aguas del Atlántico. Inicialmente, la tripulación intentó mantener la calma, pero pronto el pánico y la confusión se apoderaron de los pasajeros.
Según los relatos de sus familiares, al darse cuenta de la magnitud del desastre, el empresario regresó a su camarote y se abrigó con todas las prendas que pudo encontrar para enfrentar el frío extremo. En medio del caos, se lanzó al mar y nadó desesperadamente hacia los botes salvavidas. Intentó subirse al primero que encontró, pero fue rechazado por los tripulantes. Sin embargo, su determinación lo llevó a persistir y finalmente logró subir al bote número cinco.
¿Qué pasó con Daly luego de la tragedia?
Aunque Peter evitaba hablar de la tragedia del Titanic, en raras ocasiones mencionó la valentía de los músicos que tocaron hasta el final. Según los relatos, el peruano sobrevivió al desastre aferrado a una estampa de la Virgen del Perpetuo Socorro, lo que reflejaba su profunda devoción.
En medio del caos y la desesperación, Peter Daly encontró consuelo en su fe. Según la revista ‘Caretas’, su devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro le proporcionó la fuerza necesaria para sobrevivir a una de las tragedias marítimas más devastadoras de la historia.
La noticia de su supervivencia generó un gran revuelo en Lima, y los periodistas se apresuraron a contactarlo para escuchar su relato de primera mano. Daly compartió su experiencia con detalles vívidos, desde el impacto inicial hasta los momentos más críticos de desesperación y esperanza. Su testimonio de resiliencia y fe dejó una profunda huella en todos aquellos que tuvieron la oportunidad de escucharlo.
Peter Daly falleció el 24 de diciembre de 1932, y sus restos fueron enterrados en el cementerio Presbítero Maestro, junto a los de su amada esposa. Su historia perdura como un legado de valentía y devoción, inspirando a generaciones futuras.