Lima está repleta de espacios públicos de gran importancia. Muchos de ellos parecen a simple vista lugares para pasar el tiempo o tener una amena conversación, sin embargo, existen otros que datan de tiempos de antaño y que guardan en su haber parte de la historia que ha forjado a la capital.
Un ejemplo concreto de esto es el famoso Parque Universitario. Al ubicarse en el Centro de la ciudad es casi inevitable que la mayoría de personas lo conozcan o hayan pasado al menos una vez por sus inmediaciones.
Un parque con historia
Para hablar de este espacio es necesario retroceder hasta la época virreinal. Narra la historia que en 1606, el Noviciado Jesuita de San Antonio Abad se trasladó a una huerta situada al sur de Lima, conocida como la Chacarilla de San Bernardo. Allí la compañía de Jesús contaba con una gran extensión de terreno que alcanzaba las cuatro manzanas, conforme al texto Evolución urbana de la ciudad de Lima, de Juan Bromley, citado en el portal Medium. Vale mencionar que este espacio colindaba con las huertas Perdida y Guadalupe.
Como se sabe, los jesuitas fueron expulsados del Perú en la época colonial. Años más tarde, el estado peruano tomaría la riendas para transformar el espacio que antaño había pertenecido al noviciado y que se usaba como lugar de esparcimiento y meditación para sus estudiantes y maestros.
Hacia la segunda mitad del siglo XIX se hizo la compra de parte de esta huerta y una casa solar colindante por parte de la Compañía Álvarez Sayán y Paz Soldán. El tiempo siguió su curso y se realizaron una serie de adquisiciones y ventas en la zona colindante a la huerta, pertenecientes a avenidas que hoy conocemos, como es el caso de Cotabambas o Abancay.
En 1895 Nicolás de Piérola llegaba al poder y la capital afrontaría una serie de cambios orientados, por ejemplo, a mejorar la red vial. Así nacieron avenidas como La Colmena, que contaba con cuatro secciones.
Su construcción tardó muchos años debido al proceso de expropiación, sin embargo, fue en la tercera sección donde se definió el lugar que ocuparía el parque Universitario, esto ya que este tramo atravesaría los terrenos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Construcción y consolidación
Para el parque se destinaron inicialmente 20 mil metros de terreno, pero por mucho tiempo fue una suerte de estación ya que las líneas de tranvía pasaban por ahí. Luego fueron retiradas y se inició el proceso de asfaltado del perímetro que incluía faroles, bancas y aceras. Así, en 1920 iniciaría la construcción aprobada por el Ministerio de Fomento de la época.
Más tarde, el crecimiento de la ciudad y la prolongación de la avenida dividió en dos la manzana que estaba frente a la Casona de San Marcos. En tanto, el parque quedó de un lado y la sección que quedó del otro lado de la avenida fue ocupada por la Escuela Normal de Varones.
En aquellos días se lucieron allí esculturas de importantes personajes como Sebastián Lorente, Bartolomé Herrera o Hipólito Unanue, con motivo del Centenario de la Independencia del Perú.
Para este momento el parque se convirtió en un lugar de esparcimiento para los transeúntes que atravesaban la zona y sitio perfecto de debate para los estudiantes. Pese a ello, todavía pasaría por una modificación más durante la gestión del alcalde Alberto Andrade, quien eliminó parte del Jirón Inambari para extender el parque que quedó empalmado con la Casona de San Marcos.
Este hermoso e histórico parque ha pasado por varios arreglos y modificaciones, además de ser testigo de ideas académicas y protestas. En la actualidad se posiciona un exponente de los proyectos de espacios públicos que se gestaron durante el siglo pasado, en aras de llevar la ciudad hacia la modernidad y en la búsqueda de imitar el modelo de otras grandes urbes. Desafortunadamente, no ha estado exento de pasar por un largo periodo de abandono.
Uno de sus atractivos sin duda es el hermoso reloj que ostenta, un obsequio de la colonia alemana que solía tocar el himno nacional a las 12 del medio día y durante la noche. Por otro lado, la famosa Casona anexa a sus inmediaciones cuenta con el panteón de los Próceres que puede ser visitado en la actualidad.