El 2023 fue complejo para el Perú, marcado por diversas crisis tanto internas como externas. Factores propios como la inestabilidad gubernamental y exógenos como fenómenos climáticos afectaron negativamente el desempeño del aparato productivo nacional. Como resultado, la economía del país experimentó una caída del 0,5 %. Esta contracción económica se reflejó en múltiples sectores, desde el agrícola hasta el industrial, exacerbando las dificultades para los hogares peruanos. La inestabilidad política y los desastres naturales contribuyeron significativamente a este escenario, dejando un panorama desafiante para la recuperación financiera y el desarrollo sostenible en los años siguientes.
Crecimiento PBI
Según el último Resumen informativo semanal del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicado el pasado 6 de junio, las proyecciones de algunos de los sectores más importantes en materia económica estiman que la nación cerrará el año en curso con un crecimiento alrededor del 2,6 %. Esta cifra no solo es preocupante, sino que las estimaciones a largo plazo no muestran una mejoría significativa. Según los analistas económicos, el Perú alcanzará el crecimiento del 3 % en su producto bruto interno (PBI) recién para fines del 2026.
La misma proyección mantienen las empresas no financieras; mientras que las entidades del sistema financiero se mantienen incluso más pesimistas, proyectando un crecimiento del 2,7 % al finalizar el 2026.
Proyecciones para el 2024
En la encuesta efectuada por el ente emisor en mayo, los analistas económicos mantuvieron sus proyecciones moderadas, estimando un crecimiento anual del 2,7 %, tal como en marzo y abril. Por otro lado, las entidades del sistema financiero incrementaron ligeramente sus expectativas: un 2,5 % en marzo, un 2,6 % en abril y un 2,7 % en mayo. Finalmente, las empresas no financieras no modificaron sus estimaciones, manteniendo su pronóstico de un crecimiento anual del 2,5 %, igual que en los meses anteriores. Estas expectativas reflejan un escenario de cautela y ajustes graduales en las previsiones económicas del país.
Expectativas macroeconómicas de inflación
En cuanto a la inflación, los analistas económicos retomaron sus proyecciones situándola en un 2,6 %, coincidiendo con las estimaciones de las entidades del sistema financiero. No obstante, las empresas no financieras se mostraron menos optimistas, indicando que el país cerrará el periodo en curso con una inflación del 3,0 %. Esta diferencia en las proyecciones refleja la incertidumbre económica y las diversas variables que influyen en el comportamiento de los precios, como los costos de producción y la volatilidad del mercado.
Las expectativas inflacionarias condicionarán tanto la planificación empresarial como las políticas económicas del país en el corto plazo.
Inflación en el largo plazo
Según los analistas económicos, la inflación irá reduciéndose ligeramente hasta llegar al 2,3 % al cierre del 2026. Por su parte, las entidades del sistema financiero indicaron que la inflación cerrará el 2026 con un 2,5 %. Finalmente, las empresas no financieras proyectan un 3 % de inflación para el 2026, es decir, mantienen esta cifra constante en los próximos años. Estas perspectivas reflejan diferencias en la percepción de estabilidad económica y la efectividad de las políticas monetarias. Mientras algunos sectores confían en una mejora gradual, otros anticipan una persistente presión inflacionaria.