Muchos conocen la historia de Túpac Amaru II, pero, ¿sabes quién fue Túpac Amaru I y qué vínculo tuvieron ambos?

Hoy, el nombre de Túpac Amaru es signo de rebelión ante las injusticias y lucha por la autonomía de los pueblos, ideales que motivaron la sublevación inca siglos atrás

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Tupac Amaru es considerado el último soberano inca, un título que empoderó la rebelión de su sucesor, Túpac Amaru II. (Imagen referencial/ Midjourney/Leonardo)
Tupac Amaru es considerado el último soberano inca, un título que empoderó la rebelión de su sucesor, Túpac Amaru II. (Imagen referencial/ Midjourney/Leonardo)

Uno de los personajes de mayor renombre en la historia del Perú es Túpac Amaru II, quien se sublevó contra los españoles durante la época del Virreinato. Sin embargo, el predecesor de su seudónimo, Túpac Amaru I, ha sido menos conocido.

Es por ello que abordaremos los detalles más importantes de su vida y por qué fue también alguien trascendente en el pasado nacional.

El legado incaico

Su padre fue Manco Inca, medio hermano de Huáscar y Atahualpa, y heredero legítimo al trono tras la muerte de ambos.

En 1536, Manco Inca inició una rebelión contra los españoles, quienes recién establecían una colonia en territorio del Tahuantinsuyo.

Tras dos años de masivos enfrentamientos y asedios en las principales ciudades, como Lima y Cusco, Manco Inca se refugió en las montañas de Vilcabamba, donde reorganizó un ejército guerrillero que hostigaba a los españoles e impedía su dominio en la región.

Representación del ejército convocado por Manco Inca. (Historia Militar Peruana)
Representación del ejército convocado por Manco Inca. (Historia Militar Peruana)

Así, se formó una especie de nuevo estado inca rebelde, que, tras la muerte de Manco Inca en 1544, sería heredado por su hijo Sayri Túpac y luego por Titu Cusi.

Debido a su condición de bastardo, los hermanos de Túpac Amaru no lo contemplaban como heredero del incanato rebelde, por lo que fue inicialmente relegado a roles religiosos como sacerdote y custodio de la momia de su padre.

Ascenso al poder y nuevos conflictos

Tras la muerte de su hermano Titu Cusi en 1571, Túpac Amaru fue elegido inca con el respaldo de los generales rebeldes de Vilcabamba, lo que marcó un cambio hacia la facción más belicosa y opuesta a la dominación española.

La elección de Túpac Amaru significaba una clara postura de resistencia y rechazo a los españoles, en contraste con los intentos de su hermano por mantener la paz a través de negociaciones, como la Paz de Acobamba, que aceptó a regañadientes.

Pintura representativa de Túpac Amaru. (Wikimedia Commons)
Pintura representativa de Túpac Amaru. (Wikimedia Commons)

El virrey Antonio de Mendoza, recién llegado al Perú, intentó entablar negociaciones con Vilcabamba sin estar enterado de la muerte de Titu Cusi. Envió embajadas para proponer una paz definitiva y el abandono de las montañas por parte de los rebeldes. La falta de respuesta a estas solicitudes y, finalmente, el asesinato del embajador Atilano Ayala en marzo de 1572, llevaron al virrey a iniciar hostilidades abiertas.

En abril de 1572, las primeras tropas españolas, lideradas por Martín García de Loyola, llegaron a Vilcabamba. Inicialmente, las fuerzas de Túpac Amaru repelieron a los españoles en la batalla de Cayaochaca y reorganizaron sus defensas en el fuerte de Pucará de Huayna.

Sin embargo, un error estratégico al dejar desprotegido el paso de Chuquichaca permitió al general Martín Hurtado de Arbieto y su ejército adentrarse en Vilcabamba. Rodeado y acorralado, Túpac Amaru logró huir hacia la selva junto a su comandante Huallpa Yupanqui.

Captura y Juicio

El capitán García de Loyola, decidido a vengar la derrota anterior, se internó en la selva en un grupo de cuarenta hombres. Gracias a la información proporcionada por indios capturados y su rápida movilización, el ejército español capturó a Túpac Amaru mientras este intentaba escapar por el río Urubamba.

Transportado a Cuzco el 21 de septiembre de 1572, Túpac Amaru fue sometido a juicio bajo la supervisión del virrey Francisco Álvarez de Toledo, con el objetivo de establecer un castigo ejemplar. Condenado a muerte, fue decapitado públicamente en la plaza mayor de Cuzco. El obispo Agustín de Coruña intentó sin éxito impedir la ejecución y, finalmente, administró el bautismo al inca.
Ilustraciones de la captura y ejecución de Tupac Amaru. (Guamán Poma de Ayala)
Ilustraciones de la captura y ejecución de Tupac Amaru. (Guamán Poma de Ayala)

La cabeza de Túpac Amaru fue expuesta en la plaza durante dos días, como advertencia a otros posibles rebeldes. No obstante, la rapidez y brutalidad de la ejecución generaron un ambiente de rechazo hacia el virrey Toledo.

Túpac Amaru II, heredero de la rebelión

Túpac Amaru se convirtió en el último soberano inca no solo porque tras su muerte se anuló la resistencia indígena, sino también porque no dejó hijos varones.

Sin embargo, dejó dos hijas, según recoge la Real Academia de la Historia. Una de ellas, Juana Pilco-Huaco, se casó con Diego Felipe Condorcanqui, cacique de Surimaná. De esta unión, indica el archivo, nació Blas Condorcanqui, abuelo de José Gabriel Condorcanqui, quien adopta el nombre de Túpac Amaru II y se subleva contra el yugo español en 1780.

Al igual que su tatarabuelo, Túpac Amaru II fue ejecutado por los militares españoles en la plaza del Cusco.

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