Huaca Pucllana: la joya arqueológica que revive la historia precolombina en Miraflores

Este emblemático lugar se ha convertido en un destino turístico esencial, atrayendo a visitantes de todas partes del mundo con su fascinante historia y arquitectura. 

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Aunque reducido en tamaño desde la década de 1940, este sitio arqueológico conserva su majestuosidad, integrándose armoniosamente con la moderna urbe que lo rodea. (Andina)
Aunque reducido en tamaño desde la década de 1940, este sitio arqueológico conserva su majestuosidad, integrándose armoniosamente con la moderna urbe que lo rodea. (Andina)

Un pedazo de historia en pleno corazón de Miraflores. Eso es lo que significa un lugar como el sitio arqueológico Huaca Pucllana que con el paso de los años se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la capital peruana, reflejando la rica herencia precolombina de la región. 

Durante muchos años, la Huaca Pucllana permaneció en el olvido, utilizada como basurero e incluso como pista de motocross. Sin embargo, desde 1981, un equipo multidisciplinario del Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Miraflores, ha trabajado incansablemente para investigar, conservar y restaurar el complejo.

Una ciudad dentro de la ciudad

La Huaca Pucllana no solo es un vestigio de la cultura Lima, sino también un testimonio de la influencia Huari y la presencia Ychsma. (Andina)
La Huaca Pucllana no solo es un vestigio de la cultura Lima, sino también un testimonio de la influencia Huari y la presencia Ychsma. (Andina)

La Huaca Pucllana abarca seis hectáreas, aunque en la década de 1940, el sitio era tres veces más grande. Ocurre que la expansión urbana y la falta de interés en el patrimonio llevaron a la destrucción de muchas evidencias valiosas, incluyendo pirámides menores.

Conocida también como Huaca Juliana, este nombre tiene sus raíces en documentos coloniales. La etnohistoriadora María Rostworowski señala que el curaca Pedro Chumbi Charna mencionó el sitio de Pugliana en sus documentos. Otra teoría sugiere que el nombre proviene del quechua, donde “huaca” significa “sagrado” y “pucllana” se traduce como “lugar de juego”.

Estratégicamente situada en la margen izquierda del valle bajo del Río Rímac, la Huaca Pucllana se encontraba en una zona originalmente irrigada por un canal de Surco. Este emplazamiento le permitió un rápido acceso al litoral y el control de los canales de riego, elementos vitales para la cultura Lima.

Hoy en día, el sitio está completamente integrado en el entorno urbano de Lima, rodeado por calles y edificios modernos. A pesar de esto, aún es posible imaginar los antiguos campos de cultivo, bosques y humedales que una vez lo rodearon.

Tres épocas de ocupación

En la Huaca Pucllana, las ceremonias y rituales eran fundamentales. Los banquetes rituales con alimentos marinos y sacrificios humanos reflejaban la profunda espiritualidad y los esfuerzos por mantener la cohesión social en la antigua Lima. (Andina)
En la Huaca Pucllana, las ceremonias y rituales eran fundamentales. Los banquetes rituales con alimentos marinos y sacrificios humanos reflejaban la profunda espiritualidad y los esfuerzos por mantener la cohesión social en la antigua Lima. (Andina)

Las excavaciones en la Huaca Pucllana han revelado tres períodos distintos de ocupación prehispánica. Desde la cultura Lima hasta la influencia de la cultura Huari y, finalmente, la presencia de la cultura Ychsma, el sitio ha sido testigo de la evolución y el cambio a lo largo de los siglos.

De igual manera, la gran pirámide de la Huaca Pucllana, una estructura escalonada orientada de suroeste a noreste, domina el complejo. Construida principalmente con adobes en posición vertical, la técnica utilizada, conocida como “técnica del librero”, consiste en colocar los adobes con espacios vacíos, lo que proporciona estabilidad durante los terremotos.

Los muros alcanzan hasta ocho metros de altura y están cubiertos con barro fino, a menudo pintado de amarillo, un color sagrado para sus constructores. La pirámide y otros edificios del sitio se han ido construyendo sobre capas de relleno de cantos rodados y arena, que sepultan edificaciones más antiguas.

Vida ceremonial y rituales

Protegido por leyes de patrimonio cultural, este sitio ofrece a los visitantes una mirada profunda a la vida y las prácticas de los antiguos limeños. (Andina)
Protegido por leyes de patrimonio cultural, este sitio ofrece a los visitantes una mirada profunda a la vida y las prácticas de los antiguos limeños. (Andina)

Pero la Huaca Pucllana no solo era un centro arquitectónico, sino también un lugar de intensa actividad religiosa para los peruanos de la época.

Los sacrificios humanos, especialmente de mujeres jóvenes, eran comunes antes de las remodelaciones arquitectónicas, así como los banquetes rituales con alimentos marinos, donde el tiburón jugaba un papel central. Estos rituales buscaban agradecer a las divinidades y asegurar la continuidad de la prosperidad y la cohesión social.

Protegido por ley

Un circuito turístico y una sala de exposiciones permiten a los visitantes explorar y apreciar la riqueza histórica del sitio. (Andina)
Un circuito turístico y una sala de exposiciones permiten a los visitantes explorar y apreciar la riqueza histórica del sitio. (Andina)

Desde 1981, el sitio ha sido objeto de investigación, conservación y restauración, convirtiéndose en un importante atractivo turístico protegido por las leyes de patrimonio cultural.

Un circuito turístico permite a los visitantes recorrer la pirámide y otros recintos, mientras que una sala de exposiciones inaugurada en 1984 muestra los hallazgos más importantes. Este importante sitio también cuenta con un parque de flora y fauna nativa, donde se exhiben plantas y animales que formaban parte de la vida cotidiana de sus antiguos habitantes.

Recorrer la Huaca Pucllana es adentrarse en un viaje al pasado precolombino de Lima, donde cada rincón del sitio cuenta una historia de rituales, vida cotidiana y arquitectura sagrada.

La labor de conservación y las recreaciones permiten a los visitantes entender mejor cómo vivían y adoraban los antiguos limeños, ofreciendo una ventana única a una parte crucial de la historia peruana.

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