Los indicadores de embarazo adolescente han presentado un repunte en diversas zonas del Perú. Así lo confirma un nuevo informe de Andina, advirtiendo que dicho incremento, además de afectar profundamente la vida de miles de niñas y adolescentes, interrumpe sus sueños, proyectos de vida, y perpetúa las condiciones de pobreza.
En 2019, datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) mostraron que el embarazo adolescente era predominantemente rural. Exactamente, de cada 100 adolescentes entre 15 y 19 años en zonas rurales, 23 ya eran madres o estaban gestando. Mientras que en áreas urbanas, la cifra se reducía a 11 por cada 100 adolescentes.
En esa línea, con el fin de reducir estas cifras, en 2021, se implementó el Plan Multisectorial para la Prevención del Embarazo en Adolescentes 2013-2021. Sin embargo, aunque este logró descensos importantes, reduciendo la tasa de embarazo adolescente al 8.9%, ese descenso no se sostuvo. Pues, la tasa volvió a subir a 9.2%, con un aumento considerable en zonas rurales, que pasaron del 15.6% al 18.4% entre 2021 y 2022.
¿Por qué subió la tasa nuevamente?
De acuerdo al Ministerio de Salud, este plan multisectorial incluía acceso a métodos anticonceptivos y educación sexual integral, entre otros puntos, pero no todos se cumplieron.
Además, si bien, actualmente, más de 8.000 centros de salud ofrecen servicios de salud sexual y reproductiva, aún existen brechas importantes por cubrir, detalla la cartera a Andina.
“Vemos el embarazo adolescente como un problema de salud pública, pero también como un problema de inequidad, de falta de oportunidades para los chicos, para que puedan vivir su sexualidad de manera saludable, para que puedan estar protegidos y cumplan sus proyectos de vida, que es lo que queremos. Trabajamos de manera precisa para detectar por qué una adolescente viene por un método anticonceptivo”, comenta Patricia Bravo, integrante del equipo técnico de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva del Minsa.
Por otro lado, especialistas del sector precisan que la educación sexual en los colegios es uno de los elementos clave que el plan no logró implementar completamente, impactando también en esta problemática.
Una prueba de ello es que, en 2022, se realizó un piloto en Ucayali, Lima y Loreto, pero su extensión a nivel nacional continúa siendo incierta. En esta última región, por ejemplo, se registran tasas de embarazo adolescente que alcanzan el 32.8%.
¿Qué está haciendo el Estado ahora?
En cuanto a las soluciones, el Ministerio de Salud explica que el acceso a métodos anticonceptivos, acompañado de programas educativos de sexualidad, podría contribuir de manera eficaz a reducir los riesgos frente a posibles embarazos adolescentes.
Por ello, se está trabajando en la elaboración del nuevo Plan Multisectorial para la Prevención del Embarazo 2024-2027, con el que se busca no solo brindar el derecho a una mejor salud reproductiva, sino también asegurar que los adolescentes tengan acceso a información de educación sexual para ayudarles a prevenir un embarazo.
Canales de ayuda
Si conoces o eres víctima de situaciones de violencia o abandono familiar, puedes comunicarte de forma gratuita con Línea 1810 (Línea de Ayuda a Niñas, Niños y Adolescentes), que funciona las 24 horas del día y es atendida por profesionales en derecho, psicología y trabajo social.
Además, la Línea Síseve (0800-76888) permite reportar cualquier caso de manera confidencial a nivel nacional. Este servicio es gratuito y atiende de lunes a viernes, de 8.00 a.m. a 8.00 p.m., ofreciendo asistencia en español y quechua, con el fin de ampliar el acceso de ayuda a las poblaciones que hablan lenguas indígenas.
Por otro lado, la Línea 100 está destinada a atender casos de violencia contra la mujer e integrantes del núcleo familiar. La línea proporciona información, orientación, consejería y soporte emocional en quechua, aymara y castellano.