La reciente investigación de tres científicos de nacionalidad peruana, chilena y brasilera dieron con el hallazgo del pudú peruano, encontrado en Huancabamba de la sierra de Piura. Esta especie tiene rasgos de un “venado enano o sacha cabra”.
De acuerdo con el informe, se revela que es la primera especie cérvido descrita en el siglo XXI y la primera descubierta en América en más de seis décadas (60 años).
De esta manera, se destaca la biodiversidad que existe en territorio peruano, debido a que esta nueva especie se registra en varias áreas naturales protegidas, según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Primera especie en Perú luego de 60 años
Se conocía que existían dos especies de pudú: Pudú mephistophiles y Pudu puda, distribuidas en regiones específicas de Sudamérica. Asimismo, que el Pudu mephistophiles habita en Perú, Ecuador y Colombia, mientras que el Pudu puda se encuentra en el sur de Chile y áreas adyacentes de Argentina.
Dentro de Pudú mephistophiles existen dos especies que están clasificadas como Pudella mephistophila y Pudella carlae. La primera se ubica en áreas que comprenden desde el norte de Perú hasta Ecuador y Colombia y la segunda abarca desde la depresión de Huancabamba, un sector localizado entre Perú y Ecuador, hasta Junín.
El investigador Javier Barrio detalló al portal Mongabay Latam que la especie era conocida desde 1968 en el territorio peruano, que fue relacionada con una igual del norte. Es así como se dieron cuenta de que existen dos especies y la convirtieron en un nuevo género.
Según el diario El Mercurio, estas especies permanecen más en la isla de Chiloé, debido a la presencia de bosque nativo. Asimismo, porque tienen la facilidad de ocultarse de sus cazadores.
Asimismo, Mongabay Latam revela que fue Daniel Orizano quien lo vio por primera vez en el 2018 cuando laboraba como guardabosques en la selva central de Perú. Esta clase de pudú se cruzó en su visión, pero fue poco el tiempo que tuvo para evidenciar cada una de sus características.
“Las orejas son ovaladas y no tan puntiagudas como en las especies ya conocidas, también hay diferencias en la forma de los incisivos y en el peso: de 7 a 9 kilos, mientras que el pudú del norte pesa entre 5 a 6 kilos”, dijo el investigador Guillermo D’Elía a Mercurio de Chile.
Cabe precisar que la identificación del pudú en esta área protegida se logró mediante el uso de cámaras-trampa, instaladas como parte del monitoreo biológico y las actividades de vigilancia. Según las imágenes capturadas, esta especie se encuentra habitando el parque, lo que incrementa a diez el número de mamíferos endémicos del Perú registrados en Yanachaga Chemillén.
En peligro
Para los científicos las dos especies son del mismo linaje, el cual no tiene relación con la que se encuentra entre Chile y Argentina (Pudu puda). Si bien las especies están en peligro de extinción, Pudella carlae tiene una mayor amenaza ante la deforestación y contaminación ambiental que existen en la selva del Perú.
Precisamente, Orizano narra que los pobladores buscan tierras vírgenes para sembrar cultivos, lo que representa un riesgo para su hábitat. Asimismo, los diversos incendios forestales que se reportan, los cuales son provocados, en muchos casos, por el hombre.
Solo el año pasado, desde enero hasta julio, se registraron 1.078 siniestros de esta magnitud, según datos del Ministerio del Ambiente. Apurímac, Huancavelica, Ayacucho y Cajamarca se encuentran con más del 70% de sus territorios comprometidos en los incendios.
Para Barrio, esta especie, encontrada luego de 60 años, está en una “situación vulnerable”, debido a que la pérdida de su ambiente aún considera “lenta”.
Debes saber que estos pequeños ciervos son herbívoros, principalmente nocturnos, y se alimentan de hojas, brotes y frutos. El pudú, considerado en peligro de extinción, es el ciervo más pequeño del mundo.
Según indicó Orizona, el hallazgo de las heces de los pumas con pelajes de los que pertenecería a la especie sugiere que los pumas podrían estar en la zona. Esto no solo indica la presencia de estos felinos, sino que también destaca el posible riesgo para otros animales en el área. Las autoridades no descartan que se estén aprovechando de la cobertura arbórea para moverse sin ser detectados.