A pesar de que la ciudad de Trujillo actualmente se encuentra en estado de emergencia debido a la persistente criminalidad, el distrito de El Porvenir, uno de los más afectados, fue escenario de un violento ataque al mediodía del 29 de mayo. Una madre fue baleada por sicarios en plena Plaza de Armas mientras recogía a su hija de la escuela; la agresión tuvo lugar a plena luz del día.
Según reportes de la Policía Nacional del Perú (PNP), la mujer y su hija fueron atacadas por dos sicarios a bordo de una moto lineal roja con negro. Los testigos narran que la madre recibió múltiples disparos frente a su hija. A pesar de la rápida llegada de personal de emergencia, la mujer falleció una hora después de ser trasladada al Hospital Distrital de Santa Isabel, según información de La República.
Tras la agresión, se logró capturar a uno de los delincuentes
La situación se tornó aún más caótica cuando los sicarios intentaron huir. Su escape se vio frustrado al chocar con una camioneta de Defensa Civil, lo que provocó que ambos cayeran de la moto. En el lugar del accidente, quedaron esparcidos pertenencias personales de los delincuentes, un arma de fuego y ropa de obrero utilizada en el ataque. Uno de los delincuentes fue capturado, mientras que su cómplice logró escapar.
El mayor Montenegro, jefe de la Policía del Norte, se trasladó al lugar de los hechos para supervisar las investigaciones. “Estamos realizando todas las diligencias necesarias para capturar a los responsables”, declaró. Personal de las comisarías Sánchez Carrión y del Norte también se hizo presente, recogiendo pruebas y tomando declaraciones de los testigos. Los familiares de la víctima se congregaron en la escena, exigiendo justicia y llorando la pérdida de su ser querido.
La violencia en Trujillo no es un caso aislado
El 22 de mayo, la ciudad registró cinco atentados en solo 24 horas. Uno de estos incidentes ocurrió en la tercera cuadra de la calle Manuel González Prada, en el distrito de El Porvenir, donde un artefacto explosivo fue dejado en la puerta de una vivienda. Afortunadamente, el explosivo fue desactivado por el equipo de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX). Los criminales exigían 40 mil soles para no atentar nuevamente contra la propiedad y la vida de los dueños.
Otro incidente similar se registró en el asentamiento humano Libertad, en Chicama, Ascope. Extorsionadores colocaron un explosivo frente a una vivienda, exigiendo 30 mil soles. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que un individuo encapuchado dejaba el artefacto. Las víctimas ya habían sido amenazadas previamente, pero las exigencias de los criminales aumentaron.
En el Barrio 8 del Alto Trujillo, otra familia fue amenazada por la presencia de un explosivo en su propiedad. La rápida intervención de las autoridades evitó una tragedia mayor. En este caso, el chantaje telefónico ascendía a 20 mil soles. La urbanización El Cortijo también sufrió la violencia extorsiva, cuando un explosivo fue lanzado en una casa del pasaje El Tumi. Era la segunda vez que esa familia era víctima de intimidación.
La situación de Trujillo refleja una problemática que va más allá de la criminalidad común. La extorsión, los atentados con explosivos y los asesinatos por encargo se han convertido en una rutina. Las autoridades enfrentan un desafío monumental para devolver la seguridad a la ciudad.
La situación en Trujillo está llegando a un punto crítico, según los expertos. El gobernador regional de La Libertad, César Acuña, admitió públicamente que la provuncia está siendo infiltradas por la delincuencia. “Estamos planteando que las Fuerzas Armadas tomen el control de dos provincias, la de Pataz y la de Trujillo”, expresó la autoridad.