Hoy, 30 de mayo, el mundo conmemora por primera vez el Día Internacional de la Papa, establecido oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este día tiene como objetivo destacar la importancia de la papa, o patata, no solo como un alimento esencial en la dieta ancestral de los Andes, sino también como un componente crucial en la cultura e historia de esta región. Pero, ¿cuál es el verdadero origen de este tubérculo enigmático?
A pesar de su relevancia histórica, el lugar preciso de domesticación de la papa en América del Sur sigue siendo desconocido. En décadas anteriores, estudios genéticos señalaron las tierras altas andinas del sur de Perú y el noroeste de Bolivia como el posible origen del cultivo. Sin embargo, la falta de evidencia directa de plantas ha impedido una confirmación definitiva.
¿Dónde y cuándo se cultivó la papa por primera vez?
Durante años, el origen exacto de la domesticación de la papa en América del Sur ha sido un enigma debatido por los científicos. Un estudio publicado en 2016 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences arrojó luz sobre este misterio, lo que mostró por primera vez evidencia directa del cultivo temprano de este tubérculo esencial.
Los autores, arqueólogos de la Universidad de California, Merced, han identificado microrestos de papas en antiguas herramientas de molienda provenientes del sitio arqueológico de Jiskairumoko, ubicado en la cuenca del Titicaca, en el sur de Perú.
Estos restos, datados en el año 3.400 a.C., constituyen la mejor prueba arqueológica hasta ahora de que la papa se cultivaba en los Andes centrales desde tiempos remotos. Este hallazgo respalda estudios genéticos previos que señalaban las tierras altas andinas del sur de Perú y el noroeste de Bolivia como el probable lugar de origen del cultivo de la papa, aunque hasta ahora faltaban pruebas concluyentes.
¿Cómo se realizó este descubrimiento?
El análisis que permitió este importante descubrimiento se centró en granos microscópicos de almidón encontrados incrustados en antiguas herramientas de piedra. Estas herramientas fueron recuperadas del sitio arqueológico de Jiskairumoko, en la cuenca del Titicaca, al sur de Perú. Los investigadores, encabezados por Mark Aldenderfer y Claudia Rumold, llevaron a cabo un meticuloso proceso para extraer y analizar estos granos.
Durante el uso cotidiano de estas herramientas en la antigüedad, “pequeños granos de almidón quedarían incrustados dentro de los microporos y grietas” de las piedras, según explicó Mark Aldenderfer, uno de los autores del estudio en declaraciones a The New York Times. Para liberar estos granos, Aldenderfer y Rumold sumergieron las herramientas en un sonicador, un dispositivo que utiliza ondas sónicas para desalojar partículas incrustadas. Una vez que los granos de almidón fueron desalojados de los poros de las herramientas, los investigadores los examinaron bajo un microscopio. Este análisis permitió identificar y comparar los granos con muestras de referencia de otros cultivos y plantas silvestres de la región. De las 141 muestras de almidón recuperadas, 50 resultaron ser consistentes con papas cultivadas o domesticadas.
Este hallazgo es especialmente significativo debido a la naturaleza perecedera de los tubérculos, que rara vez se conservan bien, dificultando enormemente la obtención de evidencia directa de cultivos antiguos. Al encontrar microrestos de almidón que corresponden a papas cultivadas, los científicos pudieron ofrecer la mejor evidencia arqueológica hasta la fecha de que la papa se cultivaba en los Andes centrales desde tiempos remotos. Esta técnica de análisis de almidón, aunque relativamente nueva, ha demostrado ser una herramienta valiosa en la investigación arqueológica, proporcionando una ventana hacia las prácticas agrícolas de civilizaciones antiguas.
¿Cuál es la importancia de estos hallazgos?
El próximo 30 de mayo, el mundo se unirá en la primera celebración del Día Internacional de la Papa, una iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas creada para resaltar la importancia de este tubérculo en la historia y la nutrición mundial. Aunque la papa es esencial en muchas cocinas y culturas, su auténtico origen en los Andes ha sido un enigma intrigante para los investigadores.
Recientes excavaciones y análisis arqueológicos, reportados por The New York Times, han revolucionado nuestra comprensión al descubrir microrestos de almidón en herramientas de piedra en el sur de Perú. Estos hallazgos son especialmente significativos ya que los tubérculos, debido a su naturaleza perecedera, rara vez se conservan bien en el registro arqueológico. Los científicos han identificado estos diminutos granos de almidón, confirmando que esta región fue una de las primeras en cultivar papas. Esta nueva evidencia no solo respalda estudios genéticos anteriores, sino que también ofrece una visión más clara de las prácticas agrícolas ancestrales en los Andes centrales, arrojando luz sobre un capítulo fundamental en la historia de la humanidad.
¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Papa?
El Día Internacional de la Papa, que se celebrará por primera vez el próximo 30 de mayo, fue instaurado oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas para destacar el papel crucial de este tubérculo en los sistemas agroalimentarios a nivel mundial. La conmemoración de este día tiene como objetivo resaltar no solo el valor nutritivo de la papa, sino también su impacto económico, cultural y social.
Desde los pequeños agricultores que cultivan variedades autóctonas en las alturas de los Andes, hasta las extensas explotaciones comerciales en diversos continentes, la papa constituye un elemento esencial para la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas. Este tubérculo no solo ha sido un alimento básico en la dieta de muchas civilizaciones, sino que también ha ayudado a sustentar economías y a mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lidera la celebración de este evento anual a nivel internacional, encomendado por la Asamblea General en diciembre de 2023. La FAO se ha comprometido a apoyar a sus miembros en la creación de cadenas de valor sostenibles y resilientes para los cultivos de papa, en línea con su Marco Estratégico para 2022-2031 y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
¿Cuántas variedades de papa existen en el Perú?
Los turistas extranjeros se sorprenden cuando llegan al Perú, especialmente al visitar sus diversas regiones, al descubrir la increíble variedad de papas que el país ofrece. Esta multiplicidad se hace evidente cuando se sientan a comer en un restaurante de un pueblo, donde los distintos tipos de papas se presentan en una amplia gama de platos tradicionales.
En ese sentido, es pertinente señalar que el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) cuenta con más de 6.400 registros de variedades de papas nativas. Cabe señalar que de esta cantidad, el 36% es originaria de la región Cusco. El resto proviene de las regiones Áncash, Puno, Cajamarca, Huancavelica, entre otras. Así lo dio a conocer Andina.
¿Cuáles son los beneficios nutricionales de la papa?
La papa ofrece numerosos beneficios nutricionales. Es una fuente significativa de carbohidratos complejos, que proporcionan energía sostenida.
- Carbohidratos complejos: Proporcionan energía sostenida.
- Vitamina C: Ayuda al sistema inmunológico, esencial para el fortalecimiento del sistema inmunológico y la protección contra infecciones.
- Vitaminas del grupo B:Las papas contienen vitaminas del grupo B, como la B6, necesarias para el metabolismo celular y la producción de energía. Estas vitaminas también juegan un rol crucial en la función cerebral y en la síntesis de neurotransmisores.
- Potasio: Es rica en potasio, un mineral que ayuda a mantener la salud cardiovascular al regular la presión arterial y apoyar el funcionamiento muscular adecuado.
- Fibra: Su contenido en fibra contribuye a mejorar la digestión, favoreciendo la salud intestinal y ayudando a prevenir el estreñimiento.
- Antioxidantes: Las papas contienen antioxidantes como los flavonoides y los carotenoides, que ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas.