Un equipo de médicos especialistas del Hospital Nacional Guillermo Almenara se conviertieron en héroes al realizó una exitosa cirugía de alta complejidad en el esófago de un menor de 12 años y así, le permitieron ingerir alimentos por vía oral.
El paciente, Giovani Pezo Alegría, había padecido de una atresia esofágica desde su nacimiento, lo que le impedía comer de manera normal. Por eso, llegó al hospital, ubicado en La Victoria, desde Tarapoto el 4 de mayo de 2024.
El doctor Ronald Gallegos, del servicio de Cirugía Pediátrica, explicó que este tipo de afección se corrige mediante tratamientos quirúrgicos avanzados.
Al respecto, el especialista explicó que la intervención duró más de ocho horas y consistió en restituir su esófago con un tubo gástrico mediante una cirugía laparoscópica, que abarcó el abordaje del tórax y el abdomen.
Tras la cirugía, Giovani fue transferido a la unidad de cuidados intensivos (UCI) para monitorear su recuperación. En tres días, inició su alimentación por sonda y luego por vía oral, adaptándose a una estricta dieta licuada. Esta rápida evolución fue señalada como un éxito por el equipo médico.
El especialista explicó que 2 de cada 10 pacientes padecen de atresias denominadas “long gap,” donde los extremos del esófago están tan separados que impiden una cirugía al momento del nacimiento. Esta condición evita que los pacientes puedan alimentarse por vía oral, es decir, nunca han podido lactar ni llevar a cabo la masticación o deglución natural al comer.
Además, señaló que esta patología congénita generalmente se detecta durante la etapa prenatal mediante una ecografía obstétrica, por lo que destaca que es importante un diagnóstico oportuno el cual permite ofrecer el tratamiento necesario.
¿Qué es la arteria esofágica (AE)?
De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca de Medicina del Gobierno de Estados Unidos, esta condición es un defecto de nacimiento caracterizado por una malformación del esófago, en la cual la parte superior no se conecta adecuadamente con la parte inferior ni con el estómago. Puede presentarse de diversas formas y la más común aquella en la que el esófago es interrumpido en su porción superior.
Con frecuencia, los bebés afectados por AE presentan también una fístula traqueoesofágica (FTE), que es una conexión anormal entre el esófago y la tráquea. Además, estos infantes suelen padecer de traqueomalacia, una afección donde las paredes de la tráquea son débiles y blandas, lo que provoca una respiración aguda o ruidosa.
A menudo, los recién nacidos con AE/FTE tienen otros problemas congénitos y los defectos cardíacos son los más comunes. Los síntomas típicos incluyen coloración azulada de la piel (cianosis) durante la alimentación, tos, náuseas y asfixia, así como babeo, vómitos y dificultades para alimentarse adecuadamente.
Según información de la fuente especialista, por lo general, la atresia esofágica se diagnostica poco después del parto cuando la saliva y los líquidos se acumulan en el esófago del recién nacido. Esto provoca tos, ahogo y, en ocasiones, coloración azulada de la piel. El profesional de salud que atiende a su bebé intentará introducir una pequeña sonda de alimentación por la boca o la nariz hasta el estómago.