La Fundación para la Conservación y el Desarrollo (FCDS) ha revelado que todas las regiones amazónicas del Perú están siendo afectadas por la minería ilegal.
El informe —compartido por Gavin Cook, embajador británico en el país, quien recientemente ha sobrevolado las áreas impactadas— revela la presencia más notable de esta actividad ilícita en Amazonas, Huánuco, Loreto, Madre de Dios, San Martín y Ucayali y detalla su impacto severo en los bosques, la biodiversidad, la seguridad, la salud, la paz social y la gobernabilidad.
Asimismo, el estudio apunta que el proceso de formalización de la minería en estas regiones ha fracasado en gran medida. Aunque se han registrado 11 mil 023 inscripciones en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), el 84 % de los mineros no ha cumplido con los requisitos necesarios. Y solo el 13 % de los distritos amazónicos no presenta minería ilegal.
¿Cuáles son las regiones más golpeadas?
En el marco de estos resultados, hay regiones que enfrentan realidades más críticas que otras. En primer lugar, está Madre de Dios, donde se han perdido 18 mil 421 hectáreas de bosque, una superficie equivalente a la provincia constitucional del Callao, producto de la combinación de la minería aluvial en cuerpos de agua y en zonas no permitidas con maquinaria pesada.
Los distritos más impactados son Tambopata, Las Piedras, Inambari y Laberinto en la provincia de Tambopata, así como Manu, Huepetuhe y Madre de Dios en la provincia de Manu.
Por otro lado, la minería ilegal en muestra un incremento desde el 2020 en los ríos Cenepa y Santiago en Amazonas, y el río Putumayo y sus afluentes en Loreto, como el Alto Nanay-Napo-Tigre y el Datem del Marañón. Además, la confluencia de narcotráfico y cultivos ilícitos en estas áreas complica aún más la situación.
Mientras que en San Martín, Ucayali y Madre de Dios, la economía ilícita se expande significativamente desde el 2021, afectando ríos como el Huallaga y otros cuerpos de agua.
¿Por qué el impacto en Madre de Dios considerado devastador?
Sin embargo, volviendo a Madre de Dios —la región más afectada por la minería ilegal en el Perú— la Fundación para la Conservación y el Desarrollo informa que en Madre de Dios, la Reserva Nacional de Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene están entre las áreas más afectadas, especialmente en la quebrada Palma Real.
Y, en “La Pampa”, zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, se han identificado 598 dragas, lo que constituye un aumento de más del 400% en dos años.
Las consecuencias de esta expansión incluyen contaminación de ríos con mercurio, proliferación de enfermedades transmitidas por mosquitos, y un aumento en la vulnerabilidad ante inundaciones debido a la alteración de los cauces de los ríos. Además, la actividad minera genera situaciones de riesgo para comunidades nativas, defensores ambientales y funcionarios.
¿Cuál es el impacto económico?
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) reporta que, en diez años, se han acumulado USD 1.748.2 millones en operaciones sospechosas relacionadas con la minería ilegal en Madre de Dios. Este flujo de dinero ilícito ha catalogado al departamento como de alto riesgo para el lavado de activos.
En paralelo, la situación también ha dado lugar a un aumento de la desigualdad y la pobreza, y ha incrementado los costos para empresas y familias debido a las políticas adicionales sobre prevención del lavado de activos.
Mientras que el 77.9% de los 9.255 registros de inscripción minera se encuentran suspendidos por no cumplir con la normativa requerida, y cuatro de los cinco requisitos para formalizarse tienen un incumplimiento superior al 99%.
Finalmente, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo, recuerda que, además de los perjuicios ecológicos, la minería ilegal está ligada a otros delitos como la trata de personas, la explotación laboral en condiciones precarias, el sicariato, entre otros, poniendo en riesgo la vida y seguridad de los defensores ambientales y la población en general.
¿Qué se puede hacer?
Al respecto de este tema, el embajador británico en Perú, Gavin Cook, acotó a través de su cuenta oficial de X (antes Twitter) que para combatir esta problemática en el país es necesario que las autoridades establezcan estrategias que apunten a equilibrar la conservación del medio ambiente con el desarrollo económico, bajo un marco legislativo adecuado, fiscalización efectiva y lucha constante contra la corrupción.
“Es posible aprovechar la riqueza de los bosques a través de bionegocios que tienen mercados; cadenas de valor con el soporte de infraestructura sostenible que empodera; y acceso a finanzas verdes para escalar. También necesitamos leyes apropiadas, fiscalización, lucha contra corrupción, más operaciones por la policía y fuerzas armadas, y apoyo para las comunidades indígenas, defendiendo los defensores ambientales”, escribió Cook.