Hubo un tiempo, sobre todo en la época colonial, en el que en Lima no existían los cementerios tal y como los conocemos ahora. La costumbre de hace más de doscientos años era enterrar a todos los difuntos en las criptas que había debajo de cada iglesia de la ‘Ciudad de los Reyes’.
Como es lógico pensar, con el paso del tiempo esto generaba fuertes olores, que en un principio eran disimulados con incienso colocado en los altares. Hasta que la situación comenzó a salirse de control y se decidió crear un cementerio en un lugar con buena ventilación que alejara los malos olores y posibles enfermedades.
Esta iniciativa fue promovida por el destacado médico Hipólito Unánue y se convirtió en el primer paso para lo que hoy conocemos como el cementerio Presbítero Maestro.
Manos a la obra
El sitio elegido fue Ancieta, cerca de la Portada de Maravillas, una zona de campos de cultivo como la Chacra de Santa Ana, en lo que actualmente es Barrios Altos. La construcción del cementerio estuvo a cargo de Matías Maestro, un artista polifacético que destacaba como arquitecto, escultor, pintor y músico.
La obra, con un costo de noventa mil pesos de la época, se inauguró el 31 de mayo de 1808 en una ceremonia sencilla a la que asistieron el entonces virrey José Fernando de Abascal, el arzobispo Bartolomé de las Heras y otros funcionarios.
Cambiar la tradición de enterrar a los fallecidos en las iglesias no fue sencillo. Muchas personas se sentían protegidas dentro de la casa de Dios y no veían con buenos ojos el nuevo cementerio.
Para consagrar el lugar, se exhumó el cuerpo del arzobispo Juan Domingo González de la Reguera, fallecido en marzo de 1805, y se trasladó al nuevo cementerio. Al mes siguiente, la población comenzó a utilizar el nuevo camposanto.
También es un museo
El Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro cuenta con 766 mausoleos y 92 monumentos históricos que exhiben una arquitectura refinada de los siglos XIX y XX. Entre sus elementos más destacados se encuentra la Cripta de los Héroes, un mausoleo erigido en honor a los héroes de la Guerra del Pacífico.
Durante su historia, el cementerio ha sido escenario de eventos significativos. En la madrugada del 4 de noviembre de 1917, José Carlos Mariátegui y otros acompañaron a la bailarina Norka Rouskaya en una controversial actuación en la avenida principal del cementerio.
El lugar alberga numerosas obras de arte de artistas internacionales y locales. Entre ellos destacan el español Damià Campeny y los franceses Louis-Ernest Barrias, Émile Robert y Antonin Mercié. También se encuentran obras de los italianos Ulderico Tenderini, Giovanni Battista Cevasco, Pietro Costa y Rinaldo Rinaldi.
Entre los artistas peruanos se incluyen Romano Espinoza, Luis Agurto, Artemio Ocaña, Aldo Rossi y Eduardo Gastelú. El famoso camposanto también tiene obras importantes, como “El Ángel de la Guarda” de Isabel Benavides Barreda.
¿Quién fue Matías Maestro?
A pesar de tener su nombre en uno de los lugares más emblemáticos de Lima, todavía es mu poca gente que se hace la pregunta sobre quién fue en realidad Matías Maestro.
Pues, además de ser diseñador del cementerio más importante de Lima, también fue un arquitecto, pintor y músico notable. Nacido en Vitoria, España, en 1766, llegó a Lima en 1790 y se convirtió en una figura clave en la arquitectura y el arte neoclásico de la ciudad.
Entre sus primeras obras arquitectónicas se encuentran las torres de la Catedral de Lima, el Retablo Mayor de la misma catedral y los retablos mayores de la Iglesia de San Francisco y San Pedro. Maestro también remodeló la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, conocida como Santo Domingo, mostrando su estilo neoclásico característico.
Matías Maestro diseñó el Cementerio General de Lima siguiendo un modelo Serliano. Esto quiere decir que el lugar estaba dividido en atrio, capilla y el cementerio propiamente dicho, con una capilla de planta octogonal decorada con murales de José del Pozo.
Otra obra significativa de Maestro fue el Colegio de Medicina de San Fernando, edificado en 1811, aunque su fachada original fue destruida en construcciones posteriores.
La contribución artística de Matías Maestro también incluye obras pictóricas y escultóricas, aunque muchas de sus creaciones han sido atribuidas y estudiadas posteriormente. Su estilo es descrito como una transición entre el barroco y el neoclásico. Su legado perdura en diversas obras en Lima, como la decoración mural de iglesias y capillas.