En el sector este de Lima Metropolitana se asientan los vestigios de una ciudad anterior al imperio incaico. Sus construcciones y lo que hay debajo de ellas son testimonio de las culturas que dejaron su huella en este lugar, cuya antigüedad data de hace más de 1.500 años. Se trata de Cajamarquilla, uno de los sitios arqueológicos más grandes del Perú.
Está ubicado a 24 kilómetros del litoral y a 340 metros de altura, en el distrito de Lurigancho-Chosica. Su impresionante superficie de 1 millón 670 mil metros cuadrados la posiciona como una de las ciudades más grandes del Perú antiguo.
Organización Urbana
Cajamarquilla está sistematizada en varios sectores, con nombres de investigadores que han contribuido a su estudio: Villar Córdova, Tello, Sestieri, Muelle, Kroeber y D’Harcourt. Estos se desarrollan a través de grandes conjuntos arquitectónicos que constan de recintos amurallados de un piso con una pirámide en el centro.
Asimismo, se hallan grupos amurallados sin pirámides, como el llamado Laberinto, y estructuras de un solo nivel que no forman parte de ningún grupo o conjunto.
Historia y Cronología
La construcción de Cajamarquilla se inició hacia finales del Intermedio Temprano, etapa en la que se desarrolló una segunda oleada de culturas en la costa y la sierra del Perú. Luego, tuvo un período de abandono durante gran parte del Horizonte Medio (época de la cultura Huari), y volvió a ser ocupada durante el Intermedio Tardío, cuando florecían culturas como Chimú y Chincha.
A lo largo de su existencia, sirvió como centro administrativo y religioso de las civilizaciones que la habitaron, además de ser residencia de la élite local y un próspero centro de producción artesanal.
Durante la ocupación de la cultura Lima (600-730 d.C.), Cajamarquilla fue un importante centro urbano. La cerámica y las estructuras de esta época, como las pirámides Tello y Villar Córdova, son testimonios de su florecimiento.
La cultura Ychsma (1000-1450 d.C.) revitalizó el sitio tras un período de abandono. Durante esta fase, se construyeron nuevas estructuras, lo cual amplió su influencia y capacidad administrativa.
Momias y tesoros
Desde el siglo XIX, Cajamarquilla ha sido objeto de múltiples estudios y excavaciones. Adolph Bandelier, Ephrain George Squier y Max Uhle fueron algunos de los primeros en realizar descripciones y excavaciones. Uhle excavó 34 tumbas en el área de Nievería entre 1905 y 1908.
En las décadas siguientes, investigadores como Pedro Villar y Julio C. Tello, realizaron importantes estudios en el sitio, los cuales ayudaron a reconstruir su historia.
Desde 1996, cuando se dio inicio al Proyecto Cajamarquilla, las excavaciones han revelado más detalles sobre las culturas que habitaron esta ciudad prehispánica.
Entre los hallazgos más recientes destaca una momia de 1.200 años de antigüedad enterrada en posición fetal. Los análisis determinaron que era un hombre de 35 años.
En los meses posteriores al descubrimiento (noviembre de 2021), los arqueólogos encontraron, debajo de la tumba de la momia, una cámara funeraria con una mujer y un infante, rodeados de objetos de cerámica, alimentos, herramientas, entre otros elementos. En tanto, en los alrededores se hallaron ocho niños envueltos en fardos funerarios y 12 personas adultas en estado esquelético.
La hipótesis de los investigadores es que la momia era alguien perteneciente a la clase alta de la ciudad, como un jefe o dirigente, por lo que el resto de cuerpos podría corresponder a familiares, sirvientes o sacrificios realizados en su honor.
Situación actual
Ahora, Cajamarquilla enfrenta amenazas debido al crecimiento urbano descontrolado. Las áreas circundantes han sido ocupadas por asentamientos humanos, y partes del sitio suelen ser utilizados como basural y letrina pública.
Cajamarquilla sigue siendo un testimonio sólido de la sofisticación y la complejidad de las culturas prehispánicas en la costa central del Perú, por lo que se espera aún más descubrimientos que puedan iluminar su fascinante pasado.