La figura de la antropóloga, arqueóloga y educadora peruana Ruth Shady cobró relevancia en nuestro país cuando ella, junto a un grupo de alumnos de la Universidad Mayor de San Marcos (UNMSM), descubrió la Ciudad Sagrada de Caral. Ubicada en el valle del distrito de Supe, en la provincia de Barranca, Shady encontró evidencia de la civilización más antigua del Perú y del continente americano.
Esto ocurrió en 1994, mismo año en que se fundó el Proyecto Arqueológico Caral, que marcó el inicio de la investigación en Caral-Supe. Desde 2003, la reconocida investigadora lidera el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, centrado en investigar, conservar y valorizar este destacado sitio, el cual muestra evidencias de la formación de su vida urbana y su civilización.
En Caral se destaca Áspero, un complejo arqueológico que, debido a que se encuentra en el valle del río Supe, es considerado el puerto de esta civilización. Pero, además, se distingue por tener varias huacas y una de ellas estaba dedicada a los sacrificios humanos.
El complejo arqueológico de Áspero
El centro urbano de Áspero fue erigido durante el periodo Formativo Inicial (3.000 a 1.800 a.C.) en la costa del valle de Supe, es decir, en la margen derecha del río del mismo nombre.
El complejo arqueológico de Áspero abarca 18.75 hectáreas y cuenta con unos 30 edificios, algunos de carácter monumental como las huacas; y otras construcciones menores, incluidas unidades residenciales de elite y depósitos subterráneos.
Los arqueólogos, siguiendo la costumbre andina de la dualidad, han dividido Áspero en dos sectores:
Áspero Alto: situado en las colinas del oeste, incluye las pirámides Huaca de los Ídolos (Sector B), Huaca Alta (Sector A) y Huaca de los Sacrificios (Sector L). También contiene conjuntos residenciales (Sector F) y áreas de almacenes (Sector I).
Áspero Bajo: ubicado al pie de las colinas y al norte, agrupa edificios más pequeños (Sectores O y P), dos pirámides (Sectores Q y T), un conjunto residencial (Sector R) y una amplia plaza central.
La diferenciación social y actividades especializadas de Áspero se reflejan en los 22 sectores de la ciudad. Hay siete que corresponden a edificios piramidales escalonados, bajo la administración de la clase dirigente, dedicados al culto y la gestión de actividades sociales. Entre estos últimos sobresalen la Huaca Alta, la Huaca de los Ídolos y la Huaca de los Sacrificios.
Los habitantes de Áspero suministraban recursos marinos valiosos a los centros urbanos del valle de Supe y participaron en la red de interacción e intercambio establecida durante la civilización Caral.
Áspero, la ciudad pesquera de Caral
Hace 5 mil años, la población de Áspero formó parte del proceso de formación de la primera civilización en Perú y América. Mediante la obtención de recursos marinos, especialmente peces como anchovetas y sardinas, y mariscos, se integraron a la red de intercambio con los habitantes del interior del valle, incluyendo la Ciudad Sagrada de Caral. A cambio, obtenían fibra de algodón para fabricar redes y sedales de pesca y productos vegetales para su alimentación.
La disponibilidad de recursos marinos, la producción agrícola y la participación en redes de intercambio aseguraron el sustento de una creciente población y el fortalecimiento del grupo gobernante. La élite asumió responsabilidades políticas, administrativas y religiosas, promovió el comercio y llevó a cabo la construcción de edificios públicos monumentales y conjuntos residenciales extensos.
Las Huacas de Áspero
Los monumentos que forman parte del complejo arqueológico de Áspero se distinguen por su forma piramidal, con plataformas superpuestas y una escalera central en la fachada que conduce a la cima, donde se encuentran pequeños recintos con frisos y nichos de adobe.
Estas estructuras están construidas con piedras sin trabajar y unidas con barro. Las pirámides se distribuyen alrededor de un espacio abierto o plaza central, hacia la cual están orientadas las fachadas.
Las huacas o templos principales de Áspero son tres: la Huaca Alta, la Huaca de los Ídolos y la Huaca de los Sacrificios.
La Huaca Alta, la de mayor tamaño, se sitúa en la parte más alta del sitio y constituye la construcción principal. Lamentablemente, ha sufrido depredación por parte de huaqueros desde principios del siglo XX, hasta el punto de que su parte central está totalmente destruida, mostrando una estructura ahuecada.
La Huaca de los Ídolos recibe su nombre porque en su zona más alta se encontró una docena de figurillas humanas modeladas en arcilla blanca, sin cocer. Estas figurillas estaban bajo el piso, rodeadas por canastilla y hojas de chira, indicando que formaban parte de una ofrenda.
En 2016, Shady descubrió en esta huaca los restos de una mujer que se presume formaba parte de la élite local hace 4.500 años. En dicha tumba intacta, la mujer se encontraba envuelta en textiles de algodón y llevaba un collar, compuesto de más de 400 cuentas fabricadas con la concha de los moluscos Spondylus, y también unos prendedores hechos en base a huesos. El fardo que cubría estos restos humanos formaba parte de una ofrenda, ya que se encontraron alrededor un cuenco de mate que contenía tubérculos y semillas.
La Huaca de los Sacrificios se ubica en el lado sureste de Áspero, es un edificio piramidal de plataformas superpuestas. En la fachada principal se construyó una escalera central que lleva a la cima, donde se encuentran varios recintos, entre ellos un Salón Ceremonial con un fogón central. Alrededor del salón hay otros recintos auxiliares de planta cuadrangular, donde se realizaron actividades relacionadas con alimentos, evidenciadas por fogatas, ceniza y piedras quemadas.
Esta última huaca posee un diseño más complicado que el de las otras dos, ya que presenta una secuencia arquitectónica de al menos cuatro periodos, ya que posee elementos como escaleras, plataformas y recintos. Se observa un crecimiento exponencial del edificio, indicando su creciente importancia.
En las últimas investigaciones realizadas se han encontrado evidencias de entierros humanos, entre ellos los de dos niños, posiblemente sacrificados. Esta práctica de sacrificios humanos fue la que le dio su nombre a esta huaca.