El pasado miércoles 22 de mayo, una decisión del municipio de Surco puso fin a una barrera que durante 40 años separó a los vecinos del asentamiento humano Manuel Medina Paredes de los de la urbanización Los Jazmines. La estructura, popularmente conocida como el ‘Muro de la vergüenza’, fue derribado con el uso de maquinaria pesada, marcando un nuevo capítulo en la convivencia, informó Panorama.
Carlos Bruce, alcalde del distrito, manifestó su entusiasmo por la reapertura de las calles y subrayó la importancia de la colaboración vecinal para mejorar la situación.
“La municipalidad hará todo lo necesario para que, cuando abramos estas vías, la situación no sea solo igual que antes, sino mejor para todos. Pero hay que poner voluntad de ambas partes”, declaró Bruce al dominical.
Agentes municipales estuvieron presentes durante el retiro de la estructura para asegurar el orden público, pues la acción provocó diversas reacciones. Mientras algunos vecinos del asentamiento humano celebraron y afirmaron que sus propiedades contaban con títulos de propiedad, los del lado de la urbanización mostraron su descontento.
Un vecino de Surco intentó justificar la existencia del denominado ‘Muro de la vergüenza’ y remarcó las diferencias en el pago de arbitrios. Argumentó que esta separación estructuraba las contribuciones de manera distinta. Sin embargo, otro residente indicó que no había tantas diferencias y que con la demolición del muro de triplay, todos podrían pagar igual. “Por fin, regresó la libertad de tránsito”, expresó.
La posibilidad de un aumento en la delincuencia fue otro tema de discusión, aunque no se logró un consenso sobre qué lado sería más afectado. Además, surgieron preocupaciones sobre un posible choque cultural, derivado de la nueva convivencia.
Rubén Retamozo, vocero de la Municipalidad de Surco, explicó que este operativo era parte de una serie de 200 acciones similares, donde se habían recuperado vías ocupadas ilegalmente por el comercio ambulatorio.
“Toda la parte de Bocanegra teníamos vehículos en desecho, en mal estado. También lo hemos recuperado”, informó Retamozo, tras destacar el trabajo continuo del municipio para recuperar los espacios públicos.
Otro ‘Muro de la vergüenza’
La situación en Surco es un reflejo de casos similares en otros distritos de Lima. En un informe previo, del diario La República, se expuso el caso del asentamiento humano Medalla Milagrosa, en el distrito de Magdalena del Mar, donde residentes se quejaban de un muro que les impedía el tránsito hacia un malecón cercano.
Esther Romero, presidenta del comité del asentamiento humano, detalló que estaban en esa situación por más de 60 años y que la afección alcanzaba a, por lo menos, unas 20 viviendas. Esta pared impedía no solo el libre tránsito de los residentes, sino también el acceso de ambulancias y camiones de bomberos.
En respuesta, los vecinos del otro lado, a través de su dirigente, argumentaron que las casas ya tenían salida por el lado contrario. No obstante, la situación evidenció una falta de atención por parte de las autoridad municipal, que declaró no haber recibido solicitudes para la remoción del muro.
Este problema no es exclusivo de Surco y Magdalena del Mar. Distritos como La Molina, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores también enfrentan conflictos similares, donde muros y barreras físicas impiden la libre circulación y dividen sectores.
En el informe se remarcó que es imperativo que las autoridades locales tomen acciones decisivas para resolver estos conflictos territoriales, con el objetivo de promover la integración y mejorar la convivencia entre las comunidades afectadas.
La reciente demolición en Surco debe ser vista como un primer paso hacia una mayor cohesión social, aunque queda mucho por hacer para superar las barreras físicas y sociales que todavía dividen a las distintas zonas de Lima, aseveró uneespecialista.