La Libertad está siendo asfixiada por el acecho constante de los extorsionadores, quienes en un alarmante lapso de 24 horas, sembraron el terror en cinco puntos de Trujillo y Ascope, dejando a su paso explosiones y cartas de amenazas.
En el trasfondo de un estado de emergencia que parece haber perdido su capacidad de contención, la ciudad de Trujillo, se encuentra sumida en un espiral delictivo donde el sicariato, las extorsiones, los secuestros y el tráfico de tierras se han convertido en el pan de cada día. Informes provenientes de la Policía Nacional del Perú (PNP) revelan un preocupante incremento de estos actos delictivos que desafían cualquier intento de control.
El periodista Carlos Gonzales alertó a través de su cuenta en X sobre la gravedad creciente de la situación. En un lapso de un día, cinco ataques perpetrados en la zona norte del país, dejando en evidencia la vulnerabilidad de la población ante esta ola de violencia.
Estos fueron los cinco atentados
Uno de estos atentados tuvo lugar en la tercera cuadra de la calle Manuel González Prada, en el distrito de El Porvenir. A las 9 p.m., a la espalda del colegio Francisco Lizarzaburu, desconocidos dejaron un artefacto explosivo en la puerta de una vivienda. Por fortuna, el explosivo fue desactivado y neutralizado por el equipo especializado de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX). Además, los criminales exigiendo la suma de 40 mil soles para abstenerse de atentar nuevamente contra la propiedad y la vida de sus dueños.
Mientras tanto, a escasos minutos, en el sector Nuevo Florencia, del distrito de Chicama, Ascope, otro incidente interrumpió la tranquilidad de los residentes. En este caso, fue en el asentamiento humano Libertad, donde los extorsionadores hicieron uso de un explosivo para enviar su siniestro mensaje. La suma exigida era de 30 mil soles.
Las cámaras de seguridad grabaron el accionar delictivo, capturando el momento en que un individuo encapuchado depositaba el artefacto explosivo frente al inmueble. Para las víctimas, este no era su primer encuentro con la violencia extorsiva, ya que previamente fueron amenazadas con el pago de una suma considerable. Sin embargo, lejos de amedrentarse, los criminales elevan ahora sus exigencias.
Otro episodio similar tuvo lugar en el Barrio 8 del Alto Trujillo, donde una familia se vio amenazada por la presencia de un explosivo en su propiedad. Una vez más, la rápida intervención de las autoridades evitó una tragedia mayor. El chantaje telefónico en este caso ascendía a los 20 mil soles.
El terror se desató una vez más en la urbanización El Cortijo, cercana al Mall Plaza de Trujillo. Extorsionadores desalmados activaron un explosivo, marcando así su segundo ataque en la zona.
Los testigos relataron como una persona se acercó a una casa en el pasaje El Tumi, en El Cortijo, y lanzó el explosivo que destrozó la puerta. Para la familia afectada, este no era un evento aislado; era la segunda vez que eran presa de la intimidación.
La criminalidad es un negocio
La situación en Trujillo y Pataz ha llegado a un punto crítico, según los expertos. El gobernador regional de La Libertad, César Acuña, admitió públicamente que ambas provincias están siendo infiltradas por la delincuencia. “Estamos planteando que las Fuerzas Armadas tomen el control de dos provincias, la de Pataz y la de Trujillo”, expresó la autoridad.
Para Yuri Castro, periodista especializado en crónica policial, la clave para combatir la delincuencia en La Libertad radica en atacar su fuente de financiamiento. “El crimen es un negocio en Trujillo”, afirma. Según su análisis, golpear el dinero de las bandas criminales sería fundamental para desarticularlas, reduciendo su influencia en instituciones como el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Policía Nacional y el Instituto Nacional Penitenciario.
“Si se les corta el flujo de dinero, se acabará con la impunidad y la corrupción”, sostiene el experto. Sin embargo, señala que las medidas propuestas hasta ahora no abordan este aspecto crucial.
Además, alerta sobre la violencia creciente de las bandas criminales, que incluso utilizan explosivos para extorsionar. Mientras tanto, la policía parece estar cada vez más debilitada. “La Tercera Dirección Territorial Policial tiene más agentes en Tránsito que en Asesinatos y Extorsiones”, revela Castro. “¿No deberían destinarse más efectivos a combatir el crimen, que es lo que realmente afecta a la ciudadanía?”, cuestiona.