Enclavado entre los distritos de Breña y Pueblo Libre, se encuentra el complejo arqueológico Mateo Salado, conocido también como huaca Mateo Salado.
Este sitio, compuesto por cinco impresionantes pirámides escalonadas y truncas, abarca un área de 16.4 hectáreas y es uno de los conjuntos arqueológicos más significativos de la costa central del Perú.
Su ubicación en medio de la ciudad lo convierte en una expresión única de la arquitectura prehispánica en la capital peruana. Y a pesar de la cercanía, todavía son muchos los que no conocen su historia.
Centro administrativo y religioso
Este complejo fue un importante centro administrativo y religioso de la cultura Ychsma durante el periodo Intermedio Tardío, comenzando su construcción alrededor del año 1100 d.C.
Más tarde, durante la ocupación inca, el sitio fue modificado y se integró al Qhapaq Ñan, la vasta red vial andina del Tahuantinsuyo.
La llegada de los europeos en 1532 marcó el inicio de una era de depredaciones que casi llevó a la desaparición del complejo en el siglo XX. Reconociendo su importancia, en 2001 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
Pero no fue hasta julio del 2007, que el Ministerio de Cultura comenzaría un proyecto a largo plazo para la recuperación del complejo. Este esfuerzo se centró en tres de las cinco pirámides: la Pirámide A o Templo Mayor (2007-2008), la Pirámide B o de las Aves (2008-2010) y la Pirámide E o Funeraria Menor (2012-2013).
Gracias a estas intervenciones, Mateo Salado se ha convertido en un modelo de recuperación patrimonial en Perú, destacando por su excelente conservación y gestión comunitaria.
¿Por qué se llama así?
El nombre “Mateo Salado” deriva de Matheus Salade, un ermitaño francés que vivió en el área durante la década de 1560.
Este ciudadano europeo era, posiblemente, un luterano huyendo de la persecución religiosa en el Viejo Continente, y en Lima se dedicó a pedir limosna y criticar con dureza a la Iglesia Católica.
Es por eso que fue condenado a la hoguera por la Inquisición Española en 1573, siendo la primera víctima de la Inquisición en Perú.
Las cinco pirámides
- Pirámide A o Templo Mayor: Con 18 metros de altura y 164 metros de longitud, es la mayor del complejo y sirvió como el templo principal. Se accedía a través de una gran rampa desde la plaza principal, con varios patios y escalinatas en su cima.
- Pirámide B o de las Aves: La segunda en tamaño, posiblemente tuvo un carácter residencial o ceremonial. Sus muros presentan frisos y grabados de aves.
- Pirámide C: Con una planta cuadrangular de 9 metros de altura, su función aún no ha sido determinada.
- Pirámide D: Orientada hacia el mar y aún no excavada, tiene 8 metros de altura.
- Pirámide E o Funeraria Menor: La más pequeña, con 6 metros de altura, utilizada como cementerio ychsma-inca. Aquí se han encontrado restos de 53 entierros, incluidos fardos funerarios y utensilios diversos.
Pasado y futuro
La primera mención del complejo proviene del cronista Antonio de la Calancha en 1638. En el siglo XX, destacados arqueólogos como Julio C. Tello realizaron importantes estudios y defensas del sitio contra la destrucción. Durante la época republicana, el crecimiento urbano y la actividad de las ladrilleras causaron severas depredaciones.
Ya en tiempos más modernos, la construcción de un módulo de servicios turísticos, un espacio lúdico-educativo y la iluminación para visitas nocturnas reflejan los esfuerzos continuos para hacer de Mateo Salado un lugar accesible y educativo.
El complejo arqueológico Mateo Salado es un testimonio viviente de las antiguas culturas peruanas, rescatado y preservado para las generaciones futuras, destacando la importancia de la conservación del patrimonio cultural en un entorno urbano.