Mientras las personas se deleitan con los majestuosos paisajes que ofrece la superficie de la tierra, muchos pasan por alto un mundo igualmente fascinante oculto bajo nuestros pies: las cuevas. Estos escondites subterráneos, formados por la acción de procesos geológicos como la erosión, disolución de rocas por el agua, actividad volcánica o movimientos tectónicos, albergan estalactitas y estalagmitas, además de ecosistemas que desafían nuestras percepciones de la vida.
A pesar de que las cuevas están conectadas a la superficie a través de entradas, a menudo pasan desapercibidas para la mayoría de las personas. Sin embargo, hay quienes descubren su presencia pero no se atreven a explorar estos oscuros abismos subterráneos. Las razones para su reticencia son variadas: un temor acendrado a los espacios claustrofóbicos, la carencia de habilidades técnicas necesarias para la espeleología, y la conciencia de los peligros latentes como derrumbes imprevistos o inundaciones repentinas.
Aunque existen riesgos y desafíos en la exploración de una cueva, cada vez más personas se animan a aventurarse en estos mundos subterráneos. Equipados con guías especializados, quienes poseen el conocimiento y la experiencia necesarios para garantizar la seguridad, los exploradores aficionados descubren el misterio que esconden las cavidades ancestrales.
En Perú, las cuevas han ganado popularidad como destinos turísticos durante fechas festivas, feriados y vacaciones, impulsadas por la difusión en varios medios. Cada vez más personas se animan a explorarlas, atraídas por la combinación de aventura y naturaleza que ofrecen.
Las cuevas más profundas del Perú
Cueva de Palestina
El origen de una de las cavernas más antiguas del Perú, ubicada en la provincia de Rioja, en la región de San Martín, se remonta a millones de años atrás. Esta cueva, que cuenta con una profundidad de 3.500 metros, se ha convertido en un punto de interés para los visitantes.
La cavidad ancestral se destaca por sus dos zonas bien diferenciadas, la fósil y la activa, ambas accesibles al público. En la primera locación, los visitantes pueden admirar cuatro espacios llenos de peculiares formaciones rocosas. Por otra parte, en el segundo lugar es posible observar aves nocturnas.
El recorrido por la zona tiene una duración aproximada de una hora y media y requiere la guía de un especialista. A pesar de su longitud y profundidad, la cueva es completamente transitable y no presenta riesgos. Sin embargo, es obligatorio el uso de casco, linterna personal y botas adecuadas para facilitar el desplazamiento en las áreas húmedas.
Cueva de Huagapo
La localidad de Tarma en Huancayo alberga una de las cuevas más profundas del Perú, con una profundidad de 2 mil metros. Este sitio, conocido por su facilidad de acceso, atrae a numerosos visitantes interesados en explorar sus características geológicas.
La entrada a esta caverna se realiza a través de una gruta de 20 metros que no presenta grandes dificultades para los exploradores. Esta accesibilidad ha permitido que el lugar se convierta en un destino popular tanto para locales como para turistas internacionales.
Según el portal web Peru.travel de Promperú, que informa a los usuarios sobre los destinos turísticos del Perú y destaca la cultura, historia y gastronomía del país, en su interior se pueden encontrar pinturas rupestres de diversos animales, así como estalactitas y estalagmitas de variados tamaños y formas.
Este atractivo turístico también posee numerosos túneles naturales y ríos subterráneos transitables, pero hay que tener precaución para evitar los múltiples nidos de murciélagos que se encuentran en sus recovecos.
La caverna de Quiocta
Ubicada a una hora y media de Lámud, en la región de Amazonas, se encuentra Quiocta, un conjunto de cuevas que alberga pozos naturales, así como utensilios y cerámicas que usaron los antiguos habitantes de la cultura Chachapoyas.
Es pertinente señalar que dentro de esta cavidad ancestral se pueden apreciar vestigios preíncas, restos óseos y, sobre todo, grabados rupestres. Así lo dio a conocer PromPerú.
Para ingresar a esta caverna, es necesario cruzar una gruta con un diámetro de apenas cinco metros. Dentro, la caminata a través de sus conductos estilo gótico, adornados con estalactitas y estalagmitas, no presenta dificultades, permitiendo así la admisión segura de todas sus maravillas. Las cuevas tienen una profundidad de 600 metros y contienen siete espacios bien definidos.
Finalmente, estos impresionantes espacios ofrecen un vistazo a ecosistemas ocultos y llenos de vida. Con la guía de expertos, cada visitante puede descubrir la historia y la belleza oculta de estos tesoros geológicos, siendo testigos de un patrimonio natural que pocos tienen la oportunidad de conocer. Aventúrate en estas maravillas subterráneas y déjate sorprender por la riqueza natural y cultural que albergan las profundidades peruanas.