Esta es la playa más alta del mundo: turistas viajan a Perú para conocerla y apreciar la tradición precolombina del paraje

Perú no deja de sorprender a turistas y locales con sus maravillas naturales y culturales. Entre sus múltiples atractivos, se destacan aquellos que poseen características singulares, convirtiéndose en destinos irresistibles. Por ejemplo, Machu Picchu, la antigua ciudad inca en lo alto de los Andes; la laguna Huacachina, el único oasis natural de Latinoamérica; las Líneas de Nazca, enigmáticos geoglifos en el desierto; entre otros.

Estos paisajes variopintos no dejan de sorprender a quienes los visitan por primera vez. Sin embargo, la sorpresa se intensifica cuando los turistas descubren lugares menos conocidos que no han sido ampliamente difundidos en medios tradicionales o digitales. Este desconocimiento hace que la experiencia sea aún más emocionante y asombrosa.

Habiendo comentado ello, es preciso destacar un atractivo turístico ubicado lejos del bullicio de la ciudad y del ritmo acelerado de la vida. Se trata de una playa, pero no de cualquiera que se encuentra en el litoral peruano. Su particularidad radica en que es considerada la más alta del mundo, según la Agencia Peruana de Noticias Andina.

Los turistas se quedan maravillados al descubrir el majestuoso lago Titicaca, cuya belleza y misticismo cautivan tanto a peruanos como a visitantes extranjeros. Navegar sus aguas cristalinas, ubicadas a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, brinda una experiencia inolvidable a todos quienes la viven.

Collata, la playa más alta del mundo, se ubica en la costa sur de la isla de Taquile. Cada año, turistas de distintas partes del mundo pueden caminar descalzos por su orilla y sentir la arena, similar a la de Agua Dulce o Punta Hermosa, por mencionar algunos ejemplos.

En cuanto a su altitud, es sabido que la bahía de arena está ubicada a 3.960 metros sobre el nivel del mar. Por otro lado, la temperatura varía entre los 11 grados centígrados en invierno y los 15 grados centígrados en verano.

Pero este paraje no es el único atractivo turístico de la isla. En tierras firmes, los lugareños realizan una actividad que se practicaba antes de la llegada de los españoles. De esto dio cuenta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Es menester señalar que esta isla peruana situada en el lago Titicaca, ha desarrollado una escuela especializada en artesanía local, lo que asegura la viabilidad y continuidad de sus tradiciones. La economía de la comunidad se beneficia del turismo, que potencia principalmente el comercio textil y las actividades turísticas.

1. Toma un vuelo desde Lima a Juliaca. La duración del vuelo es de aproximadamente 1 hora y 40 minutos.
2. En Juliaca, toma un bus con destino a la ciudad de Puno. El trayecto dura alrededor de 45 minutos.
3. Una vez en Puno, dirígete al puerto y aborda un bote hacia Taquile. El viaje en bote dura aproximadamente 3 horas.
4. Tras llegar a la isla de Taquile, dirígete a la costa sur en moto.

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Los turistas, tanto peruanos como extranjeros, quedan sorprendidos por la longevidad de quienes habitan en los rincones más remotos del Perú, donde es habitual encontrar personas que han superado los 100 años de edad. Esta realidad se contrapone con la de Lima, donde es poco frecuente ver a ancianos alcanzar siquiera los 90 años.

Precisamente en la isla de Taquile, ubicada en medio del lago Titicaca, viven personas que superan los 100 años. De esto dio cuenta Luisito Comunica, quien entrevistó a un habitante del lugar. “Aquí la gente no conoce muchas enfermedades. Mi mamá tiene 109 años y todavía camina. (...) Mi abuelo murió a los 120 años, pero eso fue hace muchos años”, expresó don Felipe.

La isla de Taquile ofrece a sus visitantes una experiencia suprema, llena de cultura y tradiciones ancestrales. Al caminar por sus senderos, se puede sentir la conexión con una historia que se remonta a tiempos inmemoriales. La atmósfera tranquila del lugar permite a los viajeros sumergirse en una realidad diferente, donde el tiempo parece detenerse y los sonidos de la naturaleza son protagonistas.

Ahora bien, entre las actividades más destacadas para realizar en este paraje peruano, se incluye la visita al mirador de Mulsina Pata y a los restos arqueológicos situados en el punto más alto de la isla. Además, los turistas pueden aprender a tejer como lo hacen los taquileños, quienes son reconocidos por su destreza en este arte textil ancestral. No puede faltar una parada en el mercado artesanal de Taquile, donde se pueden adquirir productos tejidos a mano que reflejan la herencia cultural de los habitantes de la isla.