A través de un video en las redes sociales, 30 autores denunciaron a la editorial peruana Caja Negra y a su dueña, Claudia Ramírez Rojas, por supuestos malos manejos. Los mismos reclaman montos desde S/. 1938 hasta S/. 6780 correspondiente a deudas de pago por regalías. En la página de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) no registra un libro desde el 17 de enero de este año.
En el caso del escritor Gonzalo Franco, este no tendría el libro impreso, pues declaró que lleva un año esperando, pese a que dio un aporte inicial de S/. 2480.
Por su parte, Mariano Amézaga, autor de seis libros con Caja Negra, argumentó que es acreedor de (mínimo) S/. 1000 y denunció que no hay registro de sus regalías desde 2022.
El escritor Max Aguirre, autor de un Mensaje de otro tiempo, pidió que Claudia Ramírez pida disculpas públicas debido a que los reportes de ventas fueron falsos.
La autora Fiorella Rusca expresó que le deben S/. 3129.3 por concepto de pago por regalías y que la devolución de los ejemplares que le correspondían por finalización de contrato no es posible, al no haber cumplido la editorial con la impresión de los 1000 ejemplares que se acordó en el contrato inicial.
Milagros Villalta, escritora del libro infantil Las emociones de Juan, reclamó sus 590 ejemplares y sus S/. 6780. Lo mismo sucedió con Heiner Valdivia, quien pagó S/. 2920 y hasta ahora, después de más de dos años, no ha visto un sol en pago de regalías y la devolución del porcentaje de sus ejemplares. Lo mismo ha sucedido con Karem Fernández-Dávila con sus 386 ejemplares y S/. 1938.
También hay acusaciones de faltas ortográficas en los libros y ‘ruleteos’, lo cual significa que la editorial paga a escritores antiguos con los aportes iniciales de los nuevos. Los autores denunciaron que las deudas suman S/. 22454 en regalías y S/. 23820 en aportes iniciales.
En un nota de prensa dirigida a los medios de comunicación, los escritores afectados pidieron, en defensa del autor, que se tenga la potestad de pedir el historial de ventas a la librerías, para poder confrontar información dada por su editorial, sea la que sea.
También solicitan la potestad de que las imprentas entreguen a cada autor los informes de impresión con cantidades y fechas debido a que, actualmente, los escritores confían sin fiscalización alguna de la editorial, en ese caso Caja Negra, que demuestra que se encuentran totalmente vulnerables en sus derechos.
El comunicado de Caja Negra
El pasado 17 de abril, en una historia de Instagram, la editorial Caja Negra emitió un comunicado, donde argumenta que “actualmente transitamos por momentos complejos como empresa, lo cual nos ha llevado a asumir el mayor de los retos: un proceso de reestructuración administrativo y financiero”.
“Por tal motivo, queremos transmitir nuestro honesto y real compromiso de cumplir con cada una de las responsabilidades que tenemos con nuestros escritores y, por supuesto con los lectores”, agregó.
Pese a este comunicado, la editorial Caja Negra ha cerrado su página de Facebook y no se puede comentar en los posts de Instagram ni en sus historias.
La defensa de la directora editorial
Lima Gris entrevistó a la directora de la editorial, Claudia Ramírez Rojas. Se defendió de las acusaciones indicando que estaba conciliando con los autores y remarcó que Caja Negra tiene trece años en el mercado peruano.
“Muchos factores han llevado a esta situación, pero yo apelo siempre a conversar. Si bien cada caso tiene cierta similitud, cada autor es particular. Acá se quiere llegar a una solución, yo quiero en realidad seguir con la editorial, mi intención es sacar adelante mi empresa, por eso estamos en búsqueda de soluciones”, manifestó al portal.
Ramírez Rojas argumentó que están reestructurando la editorial, tanto a nivel administrativo como a nivel de finanzas por lo que, en cierta manera, estaba asumiendo su responsabilidad, aunque quería apelar al “lado humano” para conversar con los autores afectados.
No quiso aceptar que las denuncias en su contra eran ciertas, solo que estaba llegando a acuerdos con algunos escritores. Agregó que no es la única editorial independiente que está pasando por ese tema. “Lo que quiero es seguir trabajando para seguir asumiendo y respondiendo a mis responsabilidades”, complementó.
Según Lima Gris, varios autores estarían evaluando proceder legalmente, a lo que Ramírez Rojas contestó que “no me lo tomo personal, esto es un tema de negocios, entonces si ellos quieren proceder de manera legal, nosotros también vamos a responder de la misma manera, pero espero no lleguemos a esos términos”.
Hildebrandt en su Trece también intentó comunicarse con la directora editorial de Caja Negra, pero prefirió no dar su descargo.
La respuesta de los autores afectados
A través de un comunicado —que fue publicado por Lima Gris—, los escritores afectados respondieron a las declaraciones de la directora editorial:
“Nosotros los 30 autores perjudicados por la editorial Caja Negra queremos refutar lo que dice Claudia Ramírez, dueña de la editorial, y reafirmar los puntos que estamos reclamando.
- Claudia dice “Esto que ha sucedido es muy puntual y coyuntural”, pero hay casos anteriores al 2020.
- Claudia muestra un tono conciliador, pero ya antes ha dado cronogramas de pagos y cartas de compromiso. No los ha cumplido.
- Sobre el incumplimiento de impresión dices “pero también en el contrato hay plazos, hay tiempos”. En tus contratos no los hay y es por eso que Pedro Barreda y Gonzalo Franco aún no ven sus libros. Vienes prometiendo el registro en la Biblioteca Nacional del Perú desde enero, hay chats que lo demuestran.
- Estamos reclamando los pagos de regalías de 29 autores. Solo para 10 autores (los representantes) el monto suma S/. 22 454. y S/. 23 820 en aportes iniciales.
- Pedimos transparencia en los procesos de la editorial Caja Negra. Hay casos de incongruencia en los reportes de ventas, las ventas declaradas no corresponden con lo reportado por librerías como El Virrey y Communitas.
- Al momento de rescindir contrato, una de las autoras menciona que esperaba le devuelvas el 50% de ejemplares impresos que le correspondía según contrato inicial. Sin embargo, le has devuelto un número escaso de ejemplares, dando a entender que nunca se imprimieron los 1000 del tiraje acordado.
- Karem Fernández-Dávila te reclama poco más de 300 libros y solo 1938 soles. Y aún así, no puedes cumplir con prontitud. Tampoco puedes entregar libros sobrantes (contemplados en los contratos) como muestra de voluntad. ¿No están impresos?
- Hoy, 22 de abril, vemos tu tono conciliador, pero viene con trampa: cláusulas de confidencialidad. No las aceptamos.
Está bien que señales a las librerías. Queremos una reforma editorial. Queremos más poder para el autor. Queremos la potestad de corroborar tus simples reportes de ventas con el historial que nos entreguen las librerías. Y que esa potestad la tengan todos los autores. Basta de vivir de confiar, sea la editorial que sea.
Por ahora, queremos que muestres voluntad para los pagos. Nosotros estamos dispuestos a escuchar, pero no aceptaremos cronogramas extenuantes. Sin una muestra de tu buena voluntad, es difícil que te creamos. Como Heiner Valdivia, a quien le escribes luego de dos años para resolver su situación. Queremos una muestra de tu sinceridad, como la devolución de los libros sobrantes (los cuales ya deberían estar impresos). Dejamos clara nuestra postura hacia una conciliación, pero con demostraciones de esa buena voluntad”.