La pobreza monetaria, estimada sobre una canasta básica de consumo de S/ 446, fue de 29% en 2023. 9.9 millones de peruanos cayeron en la pobreza, según estimaciones de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). El nivel de pobreza a nivel departamental fue heterogéneo. En Cajamarca, Loreto y Pasco, fue de 44.5%, 43.5% y 41.7%, respectivamente. Mientras que en Ica, Moquegua y Arequipa, fue de 6.9%, 13.1% y 13.9%, respectivamente.
La ciudad blanca registró uno de los mejores resultados. Pero, si bien es importante conseguir menores niveles de pobreza monetaria, un análisis más profundo sobre la calidad de vida de la población nos la daría su nivel de pobreza multidimensional.
La pobreza multidimensional, estimada como la carencia de al menos un servicio básico (educación, salud y condiciones de vivienda), alcanzó a un 33.2% de la población en el último año. En el caso de Arequipa, la pobreza multidimensional fue del 28.7%. 408,703 arequipeños padecen esta condición. Casi 1 de cada 3 arequipeños no contaron con al menos un servicio básico. Arequipa aún presenta limitaciones, pese a contar con recursos.
El 97% de sus establecimientos de salud de 1er nivel no cuentan con capacidad instalada adecuada. Más del 30% de sus colegios no cuentan con acceso a agua y desagüe por red pública. 43% de sus colegios no cuenta con acceso a internet. 40% de niños entre 6 y 35 meses prevalecen con anemia. La percepción de inseguridad de su población alcanza al 86.5%. A marzo último, se registran 112 obras paralizadas por un valor de S/ 4,244 millones.
En 2023, el 67% del presupuesto de inversión pública de Arequipa dependió de las Municipalidades. S/ 2,152 millones, de los cuales solo ejecutaron el 64.3%. S/ 766 millones fueron los que se dejaron de ejecutar, con los que se pudo haber atendido las urgencias de la población en materia de acceso a servicios básicos.
La actividad minera ha jugado un papel importante en la generación de recursos, sobre todo para los Gobiernos subnacionales del departamento: Gobierno regional y municipalidades. En los últimos tres años, por conceptos de canon y regalías mineras, se les ha transferido alrededor de S/ 4,000 millones. Así, el canon y regalías mineras financian casi el 50% de la inversión pública de los Gobiernos subnacionales de Arequipa. 1 de cada 2 soles destinados a proyectos de las municipalidades se financiaron con estos recursos.
Solo en 2023, los Gobiernos subnacionales de Arequipa dejaron de ejecutar S/ 331 millones provenientes del canon y regalías mineras. Con dicho monto se hubiese podido cerrar hasta un 9% de la brecha de saneamiento hacia 2025 del departamento. Brindado acceso a electricidad a 42,592 viviendas rurales. Pavimentado 102 kilómetros de carreteras. Construido 66 postas médicas.
El sistema económico de generación de recursos está cumpliendo sus objetivos. La administración y ejecución de estos está fallando. Arequipa es un claro ejemplo de ello. Si bien la pobreza monetaria se encuentra muy por debajo del promedio nacional, un tercio de su población carece de al menos un servicio básico que le asegure una calidad de vida digna.
Esta semana tuvimos la oportunidad de compartir estas y otras cifras con medios de prensa en Arequipa. Conscientes de la situación que atraviesan, reconocen que el problema no es de recursos, sino de las capacidades de los funcionarios públicos para traducirlos en servicios de calidad para su población.
Lo mencionamos la semana pasada. Lo volvemos a mencionar ahora. Insistir con un modelo de descentralización que no cumple con el objetivo de alcanzar el desarrollo integral y sostenible del país, y tampoco mejora la prestación de servicios públicos ni, mucho menos, eleva el nivel de vida de la población, es perder el tiempo.