Durante las últimas décadas, la explotación petrolera ha dejado 3.452 desechos contaminantes en Perú, según datos del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), recogidos en una nueva investigación de Mongabay Latam.
La situación perjudica a las regiones de Amazonas, Ucayali, Pasco y Loreto, especialmente. Pues, en este último departamento se ha detectado que 28 comunidades indígenas urarinas, achuar y kukama enfrentan graves consecuencias en su salud y entorno.
Esto debido a que sus territorios ancestrales se ubican alrededor del Lote 8, operado en su momento por la empresa Pluspetrol Norte S.A., que acumuló sanciones y multas por 47 millones de dólares entre 2011 y 2021 por derrames de petróleo y mal manejo ambiental.
Pero, aunque OEFA acusó a Pluspetrol Norte de evadir responsabilidades ambientales, la Corte Internacional de Arbitraje falló a favor de la empresa en 2023.
Sobre ello, Juan Montero García, presidente de la Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (Feconaco) comenta: “estamos consumiendo agua contaminada, nuestras tierras están contaminadas, los animales ya no existen. Cada día afectan más nuestras vidas, mientras al Estado parece no importarle”.
Norte del Perú<b>: </b>el epicentro de los pasivos ambientales
Si bien este tipo de contaminación afecta en gran medida a la Amazonía peruana, el norte del Perú se mantiene como el epicentro de los daños no compensados producidos por empresas al ambiente —o también llamados pasivos ambientales—, con 3.225 casos identificados, de los cuales 3.127 se encuentran en Piura y 98 en Tumbes.
No obstante, en Piura la situación es bastante crítica, específicamente en la capital del distrito de La Brea, en Negritos, donde los efectos de la contaminación petrolera persisten desde hace más de 150 años sin haber sido adecuadamente remediados.
También, según el informe de Mongabay Latam, al menos 322 pasivos ambientales afectan a este departamento, incrementando los riesgos para la salud de las poblaciones cercanas, ya que, mediante análisis, se ha comprobado la presencia de metales pesados como cromo hexavalente, altamente cancerígeno, en zonas como el Lote Z2B en Piura.
Al respecto, el doctor Carlos García, especialista en medicina interna y toxicología, explica que la contaminación se transmite principalmente por vías inhalatorias y digestivas, con efectos que pueden manifestarse en generaciones futuras.
“Si el suministro de agua proviene de un río contaminado, la comunidad sufrirá las consecuencias. Si los peces, que suelen acumular elementos como arsénico o mercurio, están contaminados y son la fuente de alimentación de la población, esta se verá afectada porque no tiene alternativa”, explicó a Mongabay Latam.
No hay registro de remediaciones efectivas
Siguiendo con el análisis del referido medio, se detalla que de los 3264 pasivos, 25 presentan los más altos niveles de riesgo en salud, físico y calidad ambiental. De estos, 20 están en Piura, 4 en Tumbes y 1 en Loreto. Sin embargo, pese a ello, actualmente, no hay registro de remediaciones efectivas.
Además, el Congreso de la República mantiene estancado un proyecto de ley que busca crear un fondo de contingencia ambiental para abordar estos pasivos.
La propuesta se trata de una propuesta que podría fomentar la remediación de lugares afectados y garantizar que el Estado asuma esta responsabilidad cuando las empresas incumplan sus obligaciones.