El derrame de petróleo en Cuninico, Loreto, ocurrido en junio de 2014, continúa teniendo repercusiones graves en el pueblo indígena Kukama Kukamiria.
Esto como resultado de los más de 2.300 barriles de crudo que se vertieron en la quebrada de Cuninico debido a una falla en el Oleoducto Norperuano operado por Petroperú, causando fuertes impactos en la salud de las comunidades, así como daños medioambientales en su territorio.
Pues, el vertido de hidrocarburos contaminó el agua utilizada para consumo humano y perjudicó la pesca, una actividad esencial para la supervivencia y economía del pueblo indígena afectado.
“Lo primero que vimos fue la muerte de peces y plantas por la mancha de petróleo [...], luego vinieron las enfermedades a la comunidad”, recuerda Llerlin Vásquez, vicepresidente de Cuninico, en un reciente diálogo con la periodista Geraldine Santos de La Encerrona.
Comunidades exigen atención médica urgente
Según análisis de sangre del Instituto Nacional de Salud entre 2021 y 2022, los niveles de metales pesados en el organismo de los miembros de las comunidades de Cuninico y otras cercanas estaban por encima de lo normal.
Los estudios realizados a 598 personas en 2021 y 280 en 2022 revelaron niveles elevados de metales como plomo, cadmio, mercurio y arsénico en sus organismos.
Además, un reportaje realizado por La Encerrona y Pueblo Films, con el apoyo de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) revela que aún se pueden encontrar restos de petróleo en Cuninico.
Sin embargo, pese a una orden judicial de 2018 que exigía al Estado proveer atención médica y monitorear la salud de la población, esto no se ha cumplido.
En esa línea, siguiendo los hechos expuestos en el informe periodístico, casos de enfermedades diarreicas, dermatitis, conjuntivitis y alergias han aumentado en las comunidades indígenas.
Sobre este mismo punto, Carlos Sánchez, odontólogo en Cuninico, precisa que las alergias, dolores de cabeza y problemas digestivos son constantes, y, al mismo tiempo, se reporta un aumento en los abortos espontáneos desde el derrame, aunque el Ministerio de Salud solo maneja datos a nivel distrital.
¿Qué ha hecho el Estado hasta ahora?
La Corte Superior de Justicia de Loreto ordenó al Estado en 2018 implementar una estrategia de salud pública en Cuninico, que debería contar con 11 profesionales de salud. Pero, solo hay dos enfermeras, un odontólogo y un motorista en la zona.
Por otro lado, aunque Petroperú tiene un plan de contingencia, la remediación completa sigue pendiente. Pues, el Oleoducto Norperuano ha registrado 91 derrames de 2013 a 2023, según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
Además, OEFA encontró infracciones en 47 procesos de fiscalización, resultando en multas por más de 28 mil UIT, de las cuales Petroperú solo ha pagado 22 y parcialmente 6.
Acerca de este punto en particular, Wendy Ancieta, representante legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, indica que aún no se ha actualizado el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental requerido por OEFA en 2016.
Por tal razón, el costo y complejidad de la remediación sobre el caso de Cuninico, entre otros, aún plantean grandes retos para el Estado.