PNP desmantela redes de narcotráfico en Lima: ‘Tía Cruella’ escondía drogas en latas y ‘Munra’ dirigía un búnker de drogas

La astucia de la PNP fue crucial para infiltrarse en el entorno de los criminales y neutralizarlos en operativo sorpresa

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La detención de "Tía Cruella" y "Munra" no solo revela la realidad del narcotráfico en la tercera edad, sino también el riesgo que representaba para comunidades cercanas, especialmente para instituciones educativas. (TVPerú)

Bajo la fachada de tiernos abuelos se escondía una oscura actividad que operaba de manera clandestina en los distritos del Rímac y Villa María del Triunfo. La Policía Nacional del Perú (PNP), a través de su Grupo Terna, logró desarticular redes de narcotráfico lideradas por dos adultos mayores conocidos como “Tía Cruella” y “Munra”.

La astucia de los agentes del Grupo Terna fue crucial para lograr infiltrarse en el entorno de los criminales. Adoptando diferentes identidades, desde trabajadores de limpieza hasta indigentes, se camuflaron para realizar un exhaustivo seguimiento y preparar el momento oportuno para la intervención. La sorpresa fue clave para neutralizar a los delincuentes y evitar cualquier intento de fuga o resistencia.

La anciana escondía la droga en latas de suplementos para adultos mayores

Ancianos aparentemente inofensivos lideraban redes de narcotráfico en Lima, desafiando estereotipos y sorprendiendo a autoridades. (Composición: Infobae /capturas)
Ancianos aparentemente inofensivos lideraban redes de narcotráfico en Lima, desafiando estereotipos y sorprendiendo a autoridades. (Composición: Infobae /capturas)

Olga Vigil Mori, una anciana de 76 años, conocida como “Tía Cruella”, fue detenida en su domicilio ubicado en el distrito del Rímac, se encontró un arsenal de drogas ocultas en envoltorios ingeniosamente camuflados. Más de dos kilogramos de marihuana y 500 paquetes de pasta básica de cocaína fueron incautados por las autoridades. Esta no era la primera vez que la anciana enfrentaba a la justicia; sus antecedentes por hurto, tráfico de drogas y tenencia ilegal de armas la señalaban como una figura recurrente en el mundo del crimen.

La habilidad de “Tía Cruella” para mimetizarse con su entorno, aparentando ser una inocente ama de casa, evidencia la complejidad de desentrañar la red de narcotráfico que operaba bajo su aparente normalidad.

La edad no fue impedimento para ser cabecilla de la banda

El caso resalta la importancia de la labor policial en la lucha contra el narcotráfico, así como la necesidad de estar alerta ante la presencia de actividades delictivas en cualquier contexto social. (Captura)
El caso resalta la importancia de la labor policial en la lucha contra el narcotráfico, así como la necesidad de estar alerta ante la presencia de actividades delictivas en cualquier contexto social. (Captura)

Por otro lado, Andrés Alvarado, conocido como “Munra”, el supuesto cabecilla de la banda, demostró que la edad no era impedimento para liderar una operación de narcotráfico. Con 77 años a cuestas, este anciano dirigía un verdadero búnker de drogas desde su hogar en el distrito de Villa María del Triunfo. La intervención policial descubrió más de 3.700 envoltorios de PVC que presuntamente contenían pasta básica de cocaína.

El Coronel de la PNP, Walter Palomino, jefe del Escuadrón Verde, destacó la dificultad de acceder a dicho lugar, debido a su ubicación estratégica en una zona alta y de difícil acceso. La comunidad, alerta ante la presencia de extraños, brindaba protección involuntaria a los delincuentes, lo que complicaba aún más la labor policial.

“El acceso a este lugar resultaba complicado, dado que se encontraba en una zona elevada de Villa María del Triunfo y estaba frecuentado por una gran cantidad de personas que, al notar la presencia de policías o individuos sospechosos, alertaban directamente al líder de la banda. Conscientes de esta situación, los efectivos del Escuadrón Verde diseñaron un plan de acción meticuloso para intervenir y capturar a los miembros de esta organización criminal. Para ello, se infiltraron disfrazados de trabajadores de limpieza, enfermeras, técnicos electricistas e incluso indigentes”, dijo el experto para TVPerú.

Las excusas y justificaciones del detenido no logró disfrazar la gravedad de sus crímenes. Aunque intentó atribuir la propiedad de la droga a su sobrino, las pruebas recabadas por la PNP fueron contundentes.

“Cuando irrumpimos en el inmueble, el anciano ‘Munra’ intenta negar su participación en la venta de drogas. Sin embargo, lejos de mostrarse sorprendido, agradece a la policía por no haber encontrado la droga y por haber creído su versión de que era su sobrino quien la comercializaba”, comentó el Coronel PNP Walter Palomino.

El peligro que representaba esta organización no solo radicaba en la comercialización de drogas, sino también en su proximidad a instituciones educativas y a zonas residenciales. La presencia de un colegio a escasos metros del domicilio de “Munra” evidencia el riesgo al que estaban expuestos los vecinos debido a la actividad delictiva desplegada por estas personas de la tercera edad.

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