Hay días que merecen ser recordados por todo el Perú debido a la importancia del hecho que ocurrió tal día. Un buen ejemplo de eso es el 15 de mayo de 1997 que quedó grabado en nuestra historia como un día de conquista espacial.
Y es que en esa fecha, nuestro compatriota Carlos Noriega Jiménez, un hombre que soñó con las estrellas desde la infancia, se convirtió en el primer peruano en viajar al espacio a bordo de un transbordador de la NASA. Millones de personas en todo el mundo presenciaron el despegue del transbordador Atlantis, un hito en la carrera espacial. Y esta es su historia.
Más alto que las estrellas
Este limeño nació el 8 de octubre de 1959, y desde siempre tuvo el sueño de alcanzar las estrellas desde una edad temprana. Su fascinación por la exploración espacial se encendió a los 10 años, cuando junto al resto del mundo presenció el histórico alunizaje liderado por Neil Armstrong.
Tras graduarse en la Wilcox High School en California, en 1977, Noriega siguió su pasión por la aviación y se unió a la Marina estadounidense, donde se graduó en Ciencias de la Computación en 1981. Su dedicación y habilidades lo llevaron a obtener el grado de teniente y a especializarse en el pilotaje de helicópteros.
Ingresó a la NASA en 1994, después de superar a más de 3.000 aspirantes. Su destacado desempeño le permitió recibir formación en reparaciones y robótica espacial.
Su primera vez
En mayo de 1996, Noriega fue seleccionado como especialista para una misión espacial. El 15 de mayo de 1997, marcó un hito al convertirse en el primer peruano en viajar al espacio a bordo del transbordador Atlantis de la NASA. Formó parte de la misión STS-84, desempeñando el papel de asistente de vuelo, brindando soporte a los pilotos en los controles y sistemas de la nave.
Acompañado por un astronauta francés, cuatro estadounidenses y un cosmonauta ruso, Noriega partió desde la base espacial de La Florida con el objetivo de unirse a la estación rusa MIR. Durante su tiempo en órbita, trasladó casi 4 toneladas de suministros y equipo de experimentación desde el transbordador a la estación espacial rusa.
Demostrando su orgullo por su país de origen, Noriega llevó consigo una bandera peruana, un tumi y sobres de chicha morada en polvo para compartir con sus compañeros de tripulación.
De vuelta al espacio
Después de su histórico vuelo, Noriega regresó al espacio en el año 2000 a bordo del transbordador Endeavour, participando en el montaje de la Estación Espacial Internacional durante una misión de 10 días, 19 horas y 57 minutos.
En 2004, se preparó para ser comandante de reemplazo para la sexta expedición de la Estación Espacial Internacional y como miembro de la tripulación de la misión STS-121, pero un problema médico lo obligó a renunciar a esa oportunidad. En tierra, continuó su carrera en la NASA, sirviendo como jefe de sistemas de ingeniería de exploración en el Centro Espacial Johnson.
Decidió retirarse del cuerpo de astronautas en 2005 y de la NASA en 2011, ocupando su último cargo como director de seguridad y aseguramiento de calidad de las constelaciones en el Centro Espacial Johnson.
En 2014, regresó al Perú para participar en programas educativos, promoviendo la ciencia, la tecnología y la ingeniería. Actualmente, reside en Houston, Texas, donde trabaja en el sector de hidrocarburos y disfruta de su vida familiar con su esposa Wendy L. Thatcher y sus cinco hijos.
Un hito latinoamericano en el espacio
Carlos Noriega no está solo en su hazaña espacial. Se une a otros siete latinoamericanos que han conquistado el espacio como astronautas o cosmonautas, representando a Argentina, Brasil, Costa Rica, México, Cuba y Ecuador.
El legado de Noriega sigue inspirando a las generaciones futuras, demostrando que los sueños, cuando se persiguen con pasión y dedicación, pueden convertirse en realidad, incluso más allá de la atmósfera terrestre.