El último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) revela que el 37,7% de los hogares peruanos son dirigidos por mujeres, marcando un crecimiento significativo desde el 27,6% registrado hace una década. Este aumento refleja la tendencia ascendente en la jefatura femenina tanto en hogares no pobres como pobres en el país.
Bajo esa línea, la proporción de hogares nucleares en situación de pobreza liderados por mujeres ha experimentado un significativo aumento, pasando del 42% en 2019 a 57.2% en 2023.
Asimismo, en los casos de pobreza extrema, la cifra alcanza el 55.8%. Esta tendencia destaca el creciente papel de la mujer en la sostén económico de estos núcleos familiares, particularmente en aquellos donde la figura femenina es la única responsable del bienestar de sus hijos, sin la presencia de una pareja o de otros familiares, situando este grupo en un 34%.
Mayor número de hogares encabezados por mujeres se ubica dentro del segmento no pobre
Por otro lado, la investigación del INEI también destacó que el mayor número de hogares encabezados por mujeres se ubica dentro del segmento no pobre, con 39 de cada 100 hogares en esta condición, frente a los 34 de cada 100 que se consideran pobres.
Dicha progresión señala no solo un cambio en la estructura familiar peruana sino también los retos económicos y sociales que estas familias enfrentan. Pues, siguiendo la distribución de los hogares por tipo y condición económica, el estudio muestra que el 57,2% de los núcleos familiares nucleares pobres están bajo el mando de una mujer, un aumento del 15,2% desde 2019.
Entre estos, los hogares monoparentales, es decir, aquellos constituidos por una madre y sus hijos, representan un 34,2%, mientras que los biparentales con hijos se asientan en un 20,2%.
Violencia contra la mujer no disminuye hace más de una década en Perú
En paralelo, las cifras han destapado un dato alarmante: más del tercio de las mujeres y adolescentes en Perú ha experimentado violencia por parte de su pareja en el último año.
Además, esta realidad no ha visto disminución en más de una década, señalando una tendencia preocupante en la sociedad peruana. De acuerdo a especialistas en la materia, el hallazgo pone de manifiesto no solo una crisis en el ámbito de la salud y los derechos humanos, sino también un desafío para las instituciones, incluyendo la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y el Congreso de la República.
Asimismo, sostienen que la prolongada normalización de la violencia contra mujeres y adolescentes sugiere una profunda raíz cultural y estructural del problema que trasciende los círculos íntimos para instalarse en las esferas más amplias de la sociedad. A pesar de los numerosos esfuerzos y campañas destinadas a combatir este flagelo, la frecuencia con la que se registran estos casos indica la necesidad de un enfoque más integral y sostenido.
Canales de ayuda
Para combatir este problema, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) ofrece servicios especializados. Uno de ellos es la Línea 100, un número telefónico gratuito destinado a brindar información, orientación, consejería y soporte emocional en múltiples idiomas, incluyendo quechua, aimara y castellano. Esta línea está abierta las 24 horas del día, los siete días de la semana, asegurando un acceso ininterrumpido a la ayuda necesaria.
Adicionalmente, para aquellas personas que busquen un soporte más integral y multidisciplinario, existen los Centros Emergencia Mujer (CEM), que ofrecen asesoría legal y contención emocional y apoyo social.
Estos centros operan a nivel nacional, con horarios de atención de lunes a viernes, desde las 8.00 a.m. hasta las 4.15 p.m., excepto aquellos ubicados en comisarías, que funcionan continuamente, las 24 horas del día. Las sobrevivientes pueden obtener más información llamando al (01) 419 7260.