Ser madre y periodista es trazar con pinceladas de paciencia y firmeza un cuadro que recrea la diversidad y el esplendor de la vida en cada uno de sus matices. Cada color y forma dibujada simboliza un relato, un reto y un triunfo que se mezclan para conformar una obra maestra que encarna la resolución y la delicadeza, que son indispensables en estas responsabilidades.
Mientras que la maternidad se presenta como un vals perpetuo de atención y amor ilimitado, el periodismo se erige como el arte de construir narrativas que iluminan, instruyen y moldean las comunidades. Al ser desempeñadas por mujeres sobresalientes, estos papeles se convierten en una luz guía de motivación que demuestra la posibilidad de instaurar una transformación importante, tanto en la esfera familiar como en la social.
En esta ocasión tan especial, Infobae Perú se adentró en las vidas de las periodistas Carla Tello, Alicia Retto y Paola Gonzalez que compaginan la crianza de sus hijos con la entrega a su vocación. A través de un diálogo abierto y sincero, se revelaron las capas de sus realidades, que muestran la diversidad de las experiencias que viven a diario.
Carla Tello
Carla Tello, conocida periodista de Canal N, representa la sinergia entre la maternidad y el periodismo con una gracia y resiliencia que inspiran. En su labor diaria, enfrenta el reto de balancear las exigencias de ser madre primeriza con las responsabilidades inherentes a la conducción de noticieros, pero lo importante es que encontró apoyo en su familia.
“La mayor dificultad es el constante desplazamiento al canal, un desafío común entre las madres periodistas con horarios divididos. Afortunadamente, cuento con la ayuda de mi padre y una nana para el cuidado de mi hijo en mi ausencia, lo cual me es de gran ayuda. Cuando hay espacios en la programación, regreso a casa para pasar tiempo y almorzar con él”, expresa.
Del mismo modo, destaca la valiosa contribución de su esposo, Emilio, cuyo apoyo resulta fundamental. “La labor de los papás es primordial y él siempre ha cumplido el papel de cuidar y bañar al bebé. También de despertarse por las noches. Es un excelente padre”, explica.
Al convertirse en madre de Mateo, se percata de un profundo aumento en su capacidad de empatía cuando presenta las noticias, sobre todo ante narrativas de angustia y adversidad, tales como aquellos casos de niños desaparecidos o víctimas de violencia. Esta renovada compasión redefine ahora su enfoque narrativo, el cual la dota de una mayor calidez y profundidad a su trabajo, cualidades enriquecidas indudablemente por su maternidad.
“Empatizo mucho con las personas que tienen pérdida de hijo y al ver esos casos de niños que se pierden. Ser mamá te da más sensibilidad y empatía y es importante tener ambas para ser una mejor periodista. Estas cualidades te dan un compromiso mayor por encontrar la verdad”, menciona.
Carla Tello recalca que el papel de mamá se convierte en el más significativo porque implica la responsabilidad sobre un ser que llegó al mundo sin haberlo elegido, listo para descubrir un nuevo entorno.
“Considero que, durante los primeros cinco años, la maternidad debería tener prioridad sobre la vida profesional. Aunque esta opinión pueda ser antipopular, es lo que personalmente creo correcto”, explica.
Cuando menciona a Mateo, de 1 año y 6 meses, su rostro se ilumina y refleja una alegría incontenible. Describe a su hijo con palabras cargadas de admiración y cariño. “Es lo mejor que me ha pasado en la vida, es un niño hermoso, bondoso e inteligente. Es la luz de mis ojos. Me da energía para hacer las cosas”, comenta.
La periodista reflexiona sobre cómo la maternidad transformó su percepción y prioridades. Destaca que aspectos de su vida que antes consideraba habituales, como dormir toda la noche sin interrupciones o la libertad de salir con amigas, dieron paso a nuevas realidades.
“Prefiero estar abrazada con mi hijito en la cama antes que estar en una reunión. La ‘Carla’ de antes ya no está presente, sin embargo, esta nueva versión de mí misma es, sin duda, más feliz, se siente más completa y plenamente realizada. Amo estar con mi bebé”, señala.
Con una emoción que embarga su voz al recordar, narra la inolvidable primera vez que su bebé habló, una experiencia tan precoz como admirable, acontecida cuando Mateo apenas contaba con seis meses de vida.
Durante las tardes, solía salir a pasear con él. Era un momento del día que provocaba en ella un antojo por churros, lo que la llevaba frecuentemente a un club cercano a su hogar para satisfacer su gusto. Sin embargo, una vez, su rutina se vio interrumpida por un acontecimiento inesperado. Su bebé la observó fijamente y pronunció “teta”, dejándola completamente sorprendida ante su repentina capacidad de comunicación e incluso, segundos después, repitió la palabra otra vez.
Sin pensarlo, volvió a su hogar para atender a su hijo. En ese instante, el camino de regreso a casa se convirtió en un recuerdo imborrable, la evidencia palpable de un lazo inquebrantable. Ser testigo de las primeras palabras de su Mateo se transformó en un privilegio único, una experiencia suya y solo suya, lo que marca un hito en su vida y en su corazón.
En el marco de esta jornada tan significativa, Carla Tello comparte unas palabras de aliento y sabiduría con todas las periodistas y profesionales que hoy se navegan en las aguas iniciales de la maternidad.
“Al inicio es un poco duro, por eso, tomen los procesos de tranquilidad, pero en especial, disfruten de sus hijos. Hace pocos meses, tenía un bebé pequeño y ahora tengo un casi infante que corre por la casa. Decirles que no se culpen y no se olviden de su parte profesional que nos enriquece a nosotras como mujeres”, menciona.
Alicia Retto
Alicia Retto, figura destacada en los noticieros matutinos de Latina Televisión, proyecta una imagen de seriedad y profesionalismo cada amanecer al convertirse en el faro de información para muchos hogares. Sin embargo, detrás de ese rigor periodístico, se descubre el cálido corazón de la madre de Ignacio y Santiago, mellizos de cinco años que ya comprenden la dedicación y el esfuerzo que su mamá invierte en su trabajo.
“Ser periodista encierra una belleza caótica que, aunque suene trillado, es absolutamente cierta. Esta profesión nos otorga la capacidad de ordenar situaciones y administrar el tiempo de manera efectiva. Me facilita la posibilidad de equilibrar mi vida personal y profesional. Una adecuada organización diaria es esencial para poder compartir tiempo como mamá y periodista”, explica.
La comunicadora enfatiza que el diálogo es un pilar fundamental en su vínculo con los pequeños, especialmente porque se esfuerza por explicarles la naturaleza de sus horarios cambiantes y la importancia de su labor. Esta armonía entre su vida profesional y personal ilustra cómo, con amor y dedicación, se pueden equilibrar ambos mundos.
“Por ejemplo, el 1 de mayo, que fue feriado, mis hijos se emocionaron porque esperaban que mamá iba a estar en casa. Sin embargo, tuve que explicarles que, debido a mi profesión como periodista, no contamos con esos días libres como lo hacen padres y madres de otras carreras. Ellos deben entender que es la carrera que me apasiona y es sacrificada en cuestión de tiempos. Mi papá también fue periodista y su labor era sacrificada”, señala.
Ella comparte que, este año, las circunstancias la llevaron a perderse el emblemático primer día de clases de los mellizos. Compromisos previos con el noticiero matutino se interpusieron, pero su esposo, pilar fundamental y siempre su apoyo, asumió el rol de llevarlos a la escuela, sin embargo, una reunión ineludible lo convocaba, por lo que Alicia debía llegar a tomar la posta, no obstante, el tiempo le jugó en contra.
Las fotografías del primer día captaron a sus hijos acompañados por los padres de sus amigos, lo que evidenció su ausencia “Le expliqué a mis hijos la situación, aunque igual me quedé con el corazón perdido”, añade.
Por otra parte, Alicia Retto indica que la maternidad transformó su perspectiva y el enfoque con el que aborda ciertos temas. “Me impactan de manera más profunda como cuando hablo sobre situaciones de niños desaparecidos. Inevitablemente, imagino a mis propios hijos en esas circunstancias y me empapo de la realidad que viven esos padres”, explica.
“Ser madre me dota de una mayor empatía, sensibilidad y consciencia. Aprendí a ejercer la comprensión sin emitir juicios y me pongo siempre del lado de la otra persona cada vez que informo acerca de estas noticias”, agrega.
Al referirse a sus hijos, los ojos de la periodista se iluminan y refleja la profunda emoción y el amor que siente por ellos. En su mirada se percibe la admiración y el aprendizaje constante que le brindan a diario.
“Santiago es de un temperamento fuerte y carácter fuerte. Es de imponer sus ideas y te las sustenta de una forma en la que piensas “sí tiene razón”. Da justificaciones y razones para fundamentar su postura. Por su parte, me llama la atención la sensibilidad de Ignacio y esa forma que tiene de ponerse al lugar del otro. De los niños tenemos mucho para aprender”, explica.
Ante la incertidumbre sobre si sus hijos optarán por la carrera de Periodismo al igual que ella, comparte sus reflexiones. Subraya que, más allá de la duda sobre si seguirán sus pasos profesionales, aspira a ser para ellos un modelo de coherencia entre la formación académica y la vida laboral.
“Deseo aprendan que mamá trabaja en algo que le gusta y eso para mí es una bendición. Espero que yo ser para mis hijos un ejemplo y que la profesión que estudien lo hagan por pasión. La familia es importante, pero también lo es sentirse realizada. Quiero que mis pequeños vean que mamá pudo organizarse para estar con ellos y también ser profesional”, recalca emocionada.
Por esta fecha tan especial, Alicia subraya la importancia de respetar y valorar las decisiones que las mujeres tomen en su vida, ya sea priorizar su crecimiento profesional o dedicarse a la maternidad. Considera que tomar un receso en la carrera para enfocarse en la crianza de los hijos es tan legítimo como decidir continuar en el trabajo, mientras se cuida a los progenitores. “Ambas posturas son reflejo de un compromiso profundo y ninguna de las dos rutas debe ser motivo de remordimiento o duda”, explica.
“La clave es abordar esto con serenidad y escuchando su voz interior, porque al final, cualquier camino escogido con amor y convicción es el correcto. Cuando nos ponemos el chip de mamá somos superpoderosas y podemos hacerlo todo. Es un camino difícil, pero no imposible, sin embargo, si nos proponemos lo lograremos”, expresa.
Paola González
Paola González, distinguida presentadora de los programas matutinos dominicales en América Televisión, desempeña con igual dedicación su papel de madre para Libertad, de 13 años, y Laia, de 6. Subraya la importancia de la organización para compatibilizar ambas facetas de su vida. La planificación cuidadosa le permite además coordinar entrevistas y asegurar momentos de calidad junto a sus niñas.
“En ocasiones, los feriados generan frustración debido a que me ha tocado trabajar, como por ejemplo en Navidad. Para adaptarme, he preparado la cena el día anterior para después poder disfrutar de ese tiempo con mi familia. Me encanta compartir momentos con ellas (hijas) y con mi esposo, pero también amo mi trabajo”, cuenta.
La periodista recuerda que enfrentó un contratiempo al coincidir un compromiso laboral importante con un evento familiar: solicitó permiso previamente por el cumpleaños de su hija, para el cual había organizado una fiesta, sin embargo, se encontró con que justo ese día se programó un ensayo general para ajustar cámaras de cara al programa especial de elecciones. A consecuencia de eso, llegó con retraso a la reunión, aunque coordinó previamente con su madre y esposo para que acogieran a los invitados en su ausencia.
“Con el paso del tiempo, he aprendido a liberarme del sentimiento de culpa. No hay nada más lejano del amor que mi culpa. En mi carrera, uno de los aspectos que más me afectaba era mi ausencia en el Día de la Madre cuando en esas épocas aún no era madre. Mi propia mamá expresó su tristeza por no tenerme a su lado. También, me perdí primer día de clases de mi hija, pero le hice una videollamada para asegurarme de que supiera que, a pesar de la distancia, yo estaba presente. Esa ha sido mi forma de demostrar que estoy ahí en los momentos más importantes”, relata.
Paola indica que su carrera profesional contribuyó de forma significativa a su desarrollo personal como madre. Comenta que en la juventud, uno puede involucrarse en protestas o encontrarse en situaciones de riesgo sin medir las consecuencias, pero todo toma una perspectiva diferente al ser mamá, ya que es consciente de que sus hijas la esperan en casa.
La periodista señala que, al abordar en el noticiero, sobre temas relacionados con el bienestar de los niños siempre resonaron de forma profunda en ella, especialmente aquellos que involucran agresiones físicas. Ser progenitora la impulsó a reflexionar sobre su propio desempeño en el cuidado y comunicación con sus pequeñas, en un contexto marcado por la omnipresencia de la tecnología. Esta preocupación la llevó a adoptar un rol protector, pues se mantiene constantemente atenta y procura dialogar con sus niñas para estar informada sobre sus actividades.
La comunicadora exhibe una admiración sin límites hacia sus hijas, sentimiento que se evidencia con un fulgor único en su mirada y una amplia sonrisa que florece en su rostro al mencionarlas.
“Libertad es tal cual su nombre: libre, divertida, franca y cariñosa a su manera. Ella tiene muchas cosas que a mí me encantaría tener. Por su parte, Laia es amorosa porque es la que te dice: “mamá te amo con todo mi ser y me dice que estará conmigo hasta el final de los días”, es divertida y bailarina. Ellas son mi ejemplo a seguir porque esa naturalidad con la viven es la naturalidad que los adultos pierden. Las quiero y las admiro mucho. Me hacen una mejor persona”, menciona.
Paola se refiere a su esposo, Anthony, como el pilar fundamental en su vida, pues tiene capacidad para adaptarse y comprender la naturaleza exigente de su carrera periodística. A pesar de los desafíos que implica sincronizar sus tiempos debido a las diferencias en sus horarios laborales, especialmente en fechas festivas cuando generalmente descansa, pero ella debe trabajar, él demostró una paciencia y comprensión notables.
“Es complejo realmente poder compaginar los horarios, pero mi esposo siempre me ha comprendido. Tiene esa paciencia para aceptar el estilo de vida”, expresa.
Por el Día de la Madre, ella envía un mensaje con mucho cariño para todas las mujeres que recién inician por este bonito camino de la maternidad y les sugiere mucha calma.
“Nada más alejado del amor que el miedo. A menudo, algunas personas expresan su reticencia a la maternidad por dudar de su capacidad para desempeñar bien ese rol. Es fundamental alejar la culpa y el temor. Al decidir ser madre, es esencial armarse de paciencia. El amor, después de todo, se nutre de la experiencia y del paso del tiempo. A veces nosotros dejamos de sentir la angustia, pero debemos de disfrutar de las pequeñas cosas con tu hijo como comer un helado o caminar por el parque.
Las tres periodistas, unidas en vocación y desafío, comparten la reflexión de que, aunque su elección profesional a menudo les resta de momentos en familia, descubieron en la organización el secreto para equilibrar la intensidad de su trabajo con la dulzura de ser madres. Pese a que en la pantalla proyectan una imagen de seriedad al informar al público, fuera del foco de las cámaras, se despojan de sus trajes para revelarse como mujeres de corazón inmenso, entregadas por completo al amor y cuidado de sus hijos o hijas.