La Capilla Sixtina, ubicada en el corazón del Vaticano, es uno de los tesoros artísticos y espirituales más venerados del mundo. Reconocida por albergar las extraordinarias obras maestras de Miguel Ángel, como el techo y el Juicio Final, este recinto religioso es un símbolo de la fe y la tradición en la Iglesia católica. Su importancia trasciende lo artístico; es el lugar donde se celebra el cónclave, el solemne proceso de elección de un nuevo papa.
Su fachada y arquitectura exterior no anticipan la magnificencia de los frescos que alberga en su interior. Una vez dentro, el visitante se encuentra con un espacio de dimensiones monumentales, revestido de una de las colecciones de arte más impresionantes del mundo. El techo, adornado por la emblemática obra de Miguel Ángel que incluye episodios del Génesis y figuras proféticas, junto al imponente Juicio Final en el altar, conforman un espectáculo visual y espiritual de incomparable belleza.
Las paredes laterales, enriquecidas con frescos realizados por maestros del Renacimiento que narran historias bíblicas, complementan la experiencia de quien tiene la fortuna de apreciar el arte cargado de significado espiritual y belleza estética. Estos son los principales motivos por los cuales las personas deciden conocer la Capilla Sixtina.
Ciudadanos de distintas latitudes del mundo ahorran durante años para cubrir los gastos de viaje a Roma, ciudad donde se encuentra el recinto religioso. Muchos se enfrentan a largas horas de vuelos y travesías en otros medios de transporte para llegar a la Ciudad del Vaticano; mientras que otros ―como los latinoamericanos― deciden viajar al Perú, país donde se encuentra la ‘Capilla Sixtina de América’.
¿Dónde se encuentra la ‘Capilla Sixtina de América’?
Dentro del corazón de Andahuaylillas, un pintoresco distrito que se ubica en la provincia de Quispicanchi, dentro de la región del Cusco, se encuentra una joya arquitectónica y artística comparada con la venerada Capilla Sixtina de la Ciudad del Vaticano. Se trata de la iglesia de San Pedro Apóstol, conocida popularmente como la ‘Capilla Sixtina de América’ debido a su impresionante y detallada ornamentación interior, la cual logra capturar la atención y el asombro de cada uno de sus visitantes, desde fieles devotos hasta apasionados del arte sacro.
A pesar de presentar una fachada externa modesta y sin grandes alardes, el templo sorprende a propios y extraños una vez cruzan su umbral, ya que su interior es un verdadero despliegue de arte y belleza. Esta paradoja visual hace que el templo se haya convertido en uno de los sitios más concurridos por turistas nacionales e internacionales, quienes buscan experimentar en persona la riqueza artística que albergan sus paredes y techo.
La iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas alberga dentro de sus muros una historia que se remontaría a fines del siglo XVI. Esta edificación es especialmente renombrada por contener obras del pintor peruano de la época colonial, Luis de Riaño, quien dejó su firma en 1626. Este artista, quien fue discípulo del afamado pintor italiano Angelino Medoro, contribuyó al legado cultural del distrito cusqueño a través de su trabajo, lo que evidencia la importancia del cruce de influencias artísticas en el Perú colonial.
El historiador Juan Luis Orrego Penagos, a través del blog de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), dio un dato sobre la antigüedad del centro religioso. “Resaltan en el templo viejas bancas de color rojo bermellón con coronación verde y oro, dos confesionarios que parecen datar del siglo XVII y, en el coro alto, un par de organos de fuelle con las hojas de sus portezuelas pintadas”, señaló.
Para aquellos interesados en visitar este monumental sitio, se ofrece una ruta accesible desde la Plaza de Armas del Cusco. Un viaje de aproximadamente 45 minutos por carretera lleva a los visitantes hasta el corazón de Andahuaylillas, donde se ubica la iglesia. Este trayecto promete una experiencia inmersiva en el paisaje cultural del Cusco y sus alrededores.
Similitudes entre la Capilla Sixtina y la ‘Capilla Sixtina de América’
La Capilla Sixtina del Vaticano, conocida por sus asombrosas obras de arte renacentista, y la denominada ‘Capilla Sixtina de América’, cada una en su respectivo hemisferio, conforman dos hitos imprescindibles en el mundo del arte y la arquitectura sagrada. A pesar de la distancia geográfica y las diferencias culturales que las separan, estos dos recintos religiosos comparten una serie de características que resaltan su importancia religiosa, artística y cultural.
Existen varias similitudes que captan el interés tanto de peruanos como de ciudadanos extranjeros. Sin embargo, antes de mencionarlas, es menester señalar una diferencia principal entre estas dos edificaciones.
La Capilla Sixtina no es una iglesia en el sentido tradicional de ser un lugar dedicado exclusivamente al culto y a la congregación de fieles para la celebración de misas. Es más bien una capilla situada dentro de los Palacios Apostólicos en la Ciudad del Vaticano, designada para ceremonias litúrgicas y eventos especiales de la Iglesia católica, incluido el cónclave, el proceso mediante el cual se elige a un nuevo papa. En cambio, la ‘Capilla Sixtina de América’ sí es un templo como tal.
Ahora bien, en cuanto a las similitudes podemos señalar que las pinturas plasmadas en las paredes y techos de las dos edificaciones son renacentistas. Como es sabido, Miguel Ángel ―artista que pintó el techo y el Juicio Final en la Capilla Sixtina del Vaticano― es ampliamente reconocido como uno de los mayores artistas del Renacimiento, un periodo que se caracterizó por el redescubrimiento y la aplicación de valores y estéticas de la antigüedad clásica. Por su parte, Luis de Riaño fue discípulo del italiano Angelino Medoro; este último conoció el arte renacentista y barroco.
A través del blog de la PUCP, el historiador Orrego Penagos dio a conocer que en el interior de la iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas hay elementos renacentistas.
“Sobre el presbiterio se abre el gran artesonado con vigas cruzadas y motivaciones mudéjares, policromadas y critificadas. Estas vigas, todas bien dispuestas, dejan ver los artesones pintados con muchos matices y oros. Es artesonado de ocho paños, alargados los dos laterales y complicadísimo el que cae sobre el altar mayor. Cuatro pares de lienzos con marcos renacentistas terminan de adornar este sector”, escribió el investigador.
“El púlpito es renacentista, con cuatro paneles que contienen a los evangelistas, pero en el correspondiente a San Marcos hay un medallón pre-barroco con un clérigo arrodillado ante el papa”, agregó.
Otra coincidencia entre estos dos sitios se encuentra en los elementos religiosos representados tanto en paredes como en techos. Aunque no son idénticos, en ambos se representan pasajes bíblicos. Por ejemplo, en las paredes de la ‘Capilla Sixtina de América’ se pueden contemplar magníficos lienzos que retratan escenas de la religión cristiana, incluyendo ‘La Crucifixión’, ‘El bautismo de Cristo’ y la representación del “Arcángel San Miguel”, entre otras valiosas obras.
En cuanto a las obras de arte que hay en las paredes de la Capilla Sixtina del Vaticano, es sabido que hay frescos que narran historias clave de la Biblia, divididas en dos ciclos: uno dedicado a la vida de Moisés y otro a la vida de Jesucristo.
La ‘Capilla Sixtina de América’ no solo guarda en su esencia elementos artísticos en común con la Capilla Sixtina del Vaticano, sino que también se posiciona como un atractivo turístico que atrae a las personas de distintas latitudes del mundo. El paralelismo artístico entre ambos centros religiosos se manifiesta, básicamente, en los detallados frescos que adornan sus paredes, los cuales narran pasajes bíblicos con una maestría.