Colegio de Ayacucho a punto de caer al precipicio: cerro presenta deslizamientos y más de 500 alumnos se encuentran en peligro

La institución educativa “Basilio Auqui”, situada en el distrito de Huancapi, provincia de Víctor Fajardo en Ayacucho, se enfrenta a una urgente necesidad de reubicación debido a la peligrosa proximidad de un abismo, que se encuentra actualmente a solo 15 metros debido al avance de deslizamientos de tierra.

Según las autoridades locales, la razón de este fenómeno se debe a las intensas lluvias. Ante la alarma entre las autoridades educativas y la comunidad solicitan la intervención del Gobierno local y regional intervención para asegurar la seguridad de más de 500 estudiantes que realizan sus estudios en dicho plantel.

Construido hace una década en una colina, la escuela “Basilio Auqui” originalmente contaba con una distancia segura de 200 metros frente al mencionado abismo.

Sin embargo, el escenario fue cambiando dramáticamente como resultado de las condiciones climáticas adversas, llevando a la comunidad educativa a una situación de riesgo inminente.

Por el momento, se sabe que los responsables del centro han comenzado el proceso de evacuación de los estudiantes hacia espacios temporales, como el estadio de la municipalidad, mientras se gestionan soluciones a largo plazo que incluyen la edificación de un nuevo establecimiento en un sitio seguro.

Para llevar a cabo este traslado, las autoridades educativas claman por ayuda tanto del gobierno local como del regional , subrayando la importancia de garantizar un entorno seguro para el desarrollo académico de los niños y adolescentes afectados.

Asimismo, resaltan la necesidad de implementar medidas preventivas y de seguridad en las zonas propensas a desastres naturales en el lugar para proteger la integridad de la comunidad educativa.

De acuerdo al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) —principal foro mundial de cooperación científica en el mundo— la erosión del suelo no solo reduce la capacidad productiva de las tierras agrícolas al desplazar la capa superficial rica en nutrientes, sino que también acarrea consecuencias negativas para el medio ambiente y la infraestructura.

Además, las actividades humanas como la deforestación y la gestión inapropiada de tierras agravan esta problemática, doblando o triplicando su severidad.

Esta situación afecta a cerca del 25% de la población mundial, que vive en tierras degradadas, y tiene un impacto importante en la calidad del agua y la biodiversidad.

En ese sentido, para asegurar una adecuada gestión de los riesgos, los especialistas recomiendan:

1. Implementar sistemas de drenaje para manejar las aguas pluviales y superficiales en temporada de lluvias intensas.
2. Construir estructuras como diques, muros de contención o barreras de piedra en puntos estratégicos para disminuir la velocidad del agua y retener el suelo.
3. Plantar árboles en áreas propensas a erosionarse. Las raíces ayudan a sujetar el suelo y la cobertura vegetal disminuye el impacto de la lluvia directa sobre el terreno.
4. Crear canales o zanjas de desviación para llevar el agua lejos de áreas vulnerables a la erosión
5. Construir represas de piedra o madera para reducir la velocidad del agua y minimizar la erosión.
6. Fomentar en las escuelas prácticas de manejo sostenible del suelo y conservación del agua entre la comunidad y los propietarios de terrenos.