En Huachipa, al oeste del distrito de San Juan de Lurigancho, se encuentra el área denominada “El Paraíso”, que pese a su nombre paradisíaco, se ha convertido en el epicentro de una grave problemática ambiental debido a la operación de aproximadamente 28 ladrilleras.
Estas fuentes de contaminación, tanto formales como informales, son señaladas por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), según un informe periodístico de Panamericana, como las principales responsables de emitir polvo y partículas nocivas al aire, las cuales afectan la calidad de vida de los ciudadanos de la zona.
Así lo confirmó Walter Fajardo, director de Evaluación Ambiental del OEFA, quien enfatizó la grave situación de contaminación que provocan estas fábricas, resaltando la necesidad urgente de intervención.
En esa línea, pese a los esfuerzos de la comunidad por buscar soluciones a través del diálogo con autoridades municipales y ministerios, no se ha logrado una acción efectiva que fiscalice y regule adecuadamente estas industrias.
Niveles de contaminación superan hasta 4 veces límites permitidos
Según el reportaje, desde el año 2022, el OEFA ha implementado medidas para monitorear la calidad del aire en la zona, colocando un sensor en el techo del Colegio 1224 - Lurigancho.
Este dispositivo ha confirmado que los niveles de contaminación superan hasta cuatro veces los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalando a las ladrilleras que utilizan biomasa como principal fuente de partículas de menos de 10 micrómetros (PM10).
Sin embargo, a pesar de que las entidades pertinentes, incluyendo los ministerios de Salud, Educación y de la Producción, están al tanto de la situación, aún no se ha obtenido una respuesta efectiva para mitigar este problema de salud pública y medioambiental.
“El mayor contaminante para PM10 proviene de las ladrilleras que utilizan biomasa en la combustión de los ladrillos. Este es un problema de Estado, no es solamente un problema del Gobierno, quienes conocen de los resultados, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y también conoce Produce. No tenemos respuesta”, dijo Walter Fajardo, director de Evaluación Ambiental del OEFA, a Panamericana.
Presentan demanda constitucional
Ante el evidente deterioro del lugar y la calidad de vida de Huachipa, un grupo de ciudadanos organizados han interpuesto una demanda constitucional en defensa de los derechos de salud y del medio ambiente.
De acuerdo a sus testimonios, la demanda subraya la inacción del Estado en el control de las emisiones contaminantes por parte de esta industria, que lleva más de 20 años de negligencia, aseguran.
“Hemos presentado una demanda constitucional en defensa de los derechos de salud y medio ambiente debido a la afectación que esta zona específica de Huachipa sufre por la presencia y no control del estado en las emisiones que genera esa industria”, aseveró un vecino al dominical.
No obstante, aunque tanto la municipalidad de Lurigancho-Chosica como el OEFA han prometido intensificar la supervisión de las ladrilleras, las comunidades afectadas se muestran con incertidumbre sobre la eficacia de estas medidas para recuperar su entorno.
La historia de las ladrilleras
Un informe de El Comercio, publicado en 2021, detalla que las ladrilleras en Lima Este, específicamente en el área de Huachipa, data de la década de 1980. Estas habrían obtenido cierta legalidad durante la gestión del alcalde Luis Castañeda Lossio.
Desde entonces, los ciudadanos de El Paraíso han tenido que recurrir a medidas como sellar sus ventanas con plástico para evitar la entrada de olores y emisiones nocivas, pero estas acciones resultan insuficientes para protegerse.
Ante ello, vecinas como Maritza Wagner presentaron más de 16 quejas ante diferentes entidades, incluida la OEFA, sin lograr una solución eficaz.
En esa línea, a pesar de que la Municipalidad de Lima (MML) emitió una ordenanza para prohibir la creación de nuevas fábricas, no emitió disposiciones para restringir el funcionamiento de las ya establecidas.