Puno es una de las muchas ciudades del Perú en las que todavía se conservan las costumbres más ancestrales del territorio nacional. Pero hay una particular que traspasado sus propias fronteras.
Se trata de la Feria de Arte Popular en Miniatura Alasitas y también es conocido también como la Feria de los Deseos, se lleva a cabo en la avenida Floral, ubicada en el barrio de Bellavista, siendo el epicentro de una celebración que atrae a multitudes.
Pero, ¿qué implica esta tradicional actividad, cuál es su trasfondo histórico y por qué ha sido reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación? En Infobae Perú te lo explicamos en detalle.
Lo que representa
Según la tradición local, la Feria de Alasitas simboliza el anhelo de prosperidad y abundancia para aquellos que la visitan en búsqueda de miniaturas que representan casas, autos, dinero y otros objetos, con la esperanza de que estos deseos se materialicen en sus vidas.
La feria más importante de este tipo en Perú se lleva a cabo en el barrio de Bellavista, en Puno, desde inicios de la década de 1940. Durante diez días, miles de artesanos y comerciantes, tanto locales como extranjeros, se reúnen junto a un gran público para participar en este evento que ha trascendido generaciones.
El uso de miniaturas, que dio origen a estas ferias, tiene raíces prehispánicas y estaba asociado a prácticas rituales dirigidas a las montañas o achachilas, según la cosmovisión aimara. A lo largo del siglo XX, estas prácticas evolucionaron hacia lo que hoy conocemos como ferias de alasitas, transformando los rituales en exhibiciones de miniaturas.
Inicialmente, la feria de alasitas en Puno era una actividad pequeña y discreta, que se celebraba solo durante la tarde del 3 de mayo, coincidiendo con la Fiesta de las Cruces. La población rural, junto con los habitantes urbanos curiosos, solían acudir para adquirir o simplemente admirar estas muestras de artesanía en miniatura.
Con el paso del tiempo, la feria se convirtió en un elemento integral del calendario festivo de la ciudad, reflejando los cambios sociales y culturales que experimentaba Puno durante el siglo XX. A mediados de este siglo, la feria fue oficializada por las instituciones gubernamentales locales, consolidando su importancia en la región.
Importancia cultural y económica
Esta actividad impulsa un importante movimiento económico y cultural en toda la región del altiplano. Miles de artesanos y decenas de miles de visitantes participan en estas celebraciones, que se han expandido a lo largo del departamento de Puno y otras localidades del país.
Además, la feria ha fortalecido la identidad cultural regional, siendo destacada en los calendarios religiosos y turísticos locales.
El Ekeko: una figura emblemática
Un elemento destacado de la Feria de Alasitas es la presencia del “Ekeko”, una pequeña figura escultórica, generalmente elaborada en yeso. Este personaje, asociado con la fortuna y la prosperidad, ha ganado popularidad desde principios del siglo XX y se considera un símbolo de bienestar económico.
Aunque la figura del Ekeko ha perdido algo de relevancia en los últimos años, sigue siendo un elemento icónico de la feria.
Sin embargo, otras figuras, como el “sapo de la fortuna”, están ganando protagonismo como símbolos de prosperidad en la actualidad.
Patrimonio Cultural de la Nación
El Ministerio de Cultura de Perú reconoció oficialmente la Feria de Alasitas como Patrimonio Cultural de la Nación el 3 de diciembre de 2016. Esta distinción se basa en la importancia histórica y cultural de la feria, que refleja la religiosidad popular y las tradiciones prehispánicas adaptadas a las circunstancias contemporáneas.
Previo a este reconocimiento, el Ministerio de Cultura llevó a cabo investigaciones en la región de Puno para comprender mejor el significado y la importancia de las ferias de alasitas y el uso de miniaturas propiciatorias.
Estas investigaciones respaldaron la declaración de la feria como Patrimonio Cultural de la Nación y subrayaron su relevancia en la identidad cultural peruana.