El miércoles 1 de mayo, un operativo nocturno a cargo de la Policía Nacional del Perú (PNP), halló una red de tráfico de niños que operaba en la región de Cusco, con posibles conexiones en Apurímac y otros sectores del país. Se rescataron cinco menores de edad y se detuvieron a ocho mujeres supuestamente implicadas en el cuidado de los niños.
A través de una orden judicial se autorizó que a la División de Investigación de Crímenes y a la Fiscalía de Trata de Personas realizar allanamientos en diversas propiedades. La operación movilizó a 14 fiscales y cerca de 100 efectivos policiales, quienes intervinieron locales situados en los distritos de Cusco, Santiago, San Sebastián, San Jerónimo y Curahuasi.
Entre las personas arrestadas se encuentran Jeny Villegas (44) y Nancy Salas (53), sospechosas de formar parte de esta presunta red criminal. La operación ha emitido órdenes de detención para un total de 11 personas, de las cuales tres aún están prófugas.
Este caso podría estar vinculado a uno similar ocurrido en septiembre de 2023. En Cusco ya se había hallado una red dedicada a la venta de recién nacidos en el mercado negro, donde los infantes eran ofrecidos bajo denominaciones degradantes.
La sospechosa principal de aquel momento, Rosa Huaihua, fue liberada bajo decisión judicial, aunque posteriormente se dictó su prisión preventiva y actualmente se encuentra evadida.
De acuerdo con las estadísticas proporcionadas por las autoridades locales, durante el año pasado, se reportaron 300 menores desaparecidos en la región de Cusco, muchos de los cuales aún no han sido encontrados. Este dato subraya la gravedad del problema del tráfico de menores en la zona y la necesidad de continuar con esfuerzos sostenidos para combatir este flagelo.
Antecedentes de la red criminal que vende bebés y fetos en Cusco
En 2023, cerca de la Plaza Mayor, se desmanteló una red delictiva dedicada a la venta de recién nacidos y fetos para rituales, tras una operación policial iniciada el 4 de septiembre. Esta organización operaba bajo la fachada de un consultorio obstétrico en la calle Tres Cruces de Oro, donde se descubrieron pruebas de sus actividades ilícitas.
Las sospechas comenzaron cuando Fanny Hurtado Altamirano, de 45 años, acudió al hospital Manco Cápac con un bebé de apenas 14 días, alegando ser su madre sin mostrar signos físicos de haber dado a luz recientemente. Su nerviosismo ante la solicitud de las enfermeras de revisarla impulsó una investigación que culminó en su detención y en la de Rosa Doris Huayhua Mamani, identificada como cómplice en la venta de al menos veinte niños.
La operación reveló también la participación de Rubén Mora Cuyuchi y está pendiente el proceso judicial contra Lizet Blanca Zambrano Huayhua, quien certificaba los nacimientos.
Esta práctica no solo involucraba la comercialización de bebés sino también el uso de fetos en ofrendas a la Pachamama, un ritual ancestral andino. En una redada previa, en junio de 2022, fue capturado un individuo apodado “Brujo Malero” con siete fetos humanos en su domicilio, evidenciando la demanda de este tipo de “pagos a la tierra”.
La Fiscalía de Trata de Personas destacó la clara violación a los derechos humanos, así que dispuso un plazo de 120 días para la recopilación de evidencia adicional. Mientras que la Corte Superior de Justicia de Cusco ordenó nueve meses de prisión preventiva contra los implicados, mientras continúa la búsqueda de más responsables y posibles víctimas de esta red criminal.