El robo del siglo en el Perú: un asalto sin precedentes al Museo de Arqueología y Antropología se convirtió en uno de los más audaces del país

El 27 de noviembre de 1981, la ciudad de Lima despertó con una noticia impactante: habían desaparecido algunas piezas arqueológicas invaluables del recinto cultural de Pueblo Libre

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La capital peruana amanece con
La capital peruana amanece con la noticia de la desaparición de piezas arqueológicas del Museo de Pueblo Libre, un golpe al corazón del patrimonio nacional. (Composición: Daderot / Andina)

Cuando en estos días uno escucha la frase ‘robo del siglo’, piensa en los grandes asaltos que últimamente son reproducidos en series y películas del extranjero. Pero en el Perú también sabemos de estas historias.

Y de las tantas, hay una que sobresale. La misma que ocurrió el 26 de noviembre de 1981 y conmocionó a todo el país tanto por la espectacularidad y desenlace que tuvo la historia.

Tres individuos perpetraron un audaz asalto al Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Pueblo Libre), llevándose consigo 34 valiosas piezas de oro prehispánicas. Este incidente fue considerado como el robo del siglo.

Tremenda osadía

Tras meses de investigación, la
Tras meses de investigación, la policía peruana desveló la identidad de los tres responsables del histórico asalto, evidenciando una planificación meticulosa detrás del crimen.   (GEC)

El 27 de noviembre de 1981, la ciudad de Lima despertó con una noticia impactante: habían desaparecido algunas piezas arqueológicas invaluables del Museo de Pueblo Libre, parte de nuestro rico patrimonio cultural.

Entre las preciadas reliquias sustraídas en la madrugada del 26 de noviembre se encontraban los famosos tumis de oro, descubiertos a finales de 1936 en Batán Grande, Lambayeque. Todos estos tesoros fueron trasladados a Lima, donde fueron meticulosamente estudiados por el destacado arqueólogo peruano Julio C. Tello.

Fue en este museo donde tres delincuentes armados, con el rostro cubierto, perpetraron el robo, sometiendo a los tres guardias y a dos de los hijos de uno de ellos, desactivando las alarmas y tratando de acceder a la sala de oro o bóveda, sin éxito debido a la necesidad de una clave, según informó El Comercio de ese entonces.

El conocimiento detallado de las instalaciones del museo llevó a la policía a sospechar que los delincuentes podrían haber recibido ayuda desde el interior o incluso haber trabajado previamente en él.

Según informes de la prensa de aquella época, los ladrones ingresaron forzando una puerta en la parte trasera del edificio, caminaron por los pasillos sin ser detectados e incluso los perros guardianes parecían reconocerlos.

Sin embargo, no fue hasta que intentaron acceder a la sala de oro que las alarmas sonaron, aunque inexplicablemente nadie respondió, ni siquiera a la llegada de la policía. En ese sentido, fueron los medios de comunicación los que descubrieron que una alarma efectivamente sonó durante el robo, pero no recibió respuesta alguna.

Los más buscados

Un hallazgo accidental reveló 53
Un hallazgo accidental reveló 53 fragmentos de oro en un aeropuerto, frustrando el intento de los ladrones de traficar reliquias prehispánicas fuera del país.  (GEC)

Después del incidente, se desplegó un gran operativo para capturar a los ladrones, con controles intensificados en el aeropuerto y las carreteras, e incluso se notificó a la Interpol.

A pesar de las exhaustivas investigaciones, los resultados fueron escasos durante los primeros meses, hasta que el 19 de abril de 1982 se reveló la identidad de los responsables: Manuel Valdivia Heredia, un obrero de 25 años que había trabajado en el museo, junto con dos cómplices; que fueron identificados como Eduardo Rocca Vásquez (26 años) y Fernando Solano López (25 años). Valdivia había sido capturado el 17 de abril en el jirón Cangallo, en Barrios Altos. Sus cómplices un día después.

El modus operandi de los delincuentes incluyó el uso de cinceles para fragmentar las piezas arqueológicas robadas, con el objetivo de dividir el botín equitativamente. Como resultado, ninguna pieza pudo ser recuperada en su totalidad, ya que algunos fragmentos fueron fundidos y vendidos.

Operativos a nivel nacional e
Operativos a nivel nacional e internacional se intensifican para capturar a los autores del audaz robo de tesoros prehispánicos, marcando un antes y después en la seguridad patrimonial.  (GEC)

Por último, el 21 de abril de 1982, se encontraron 53 fragmentos de oro en un buzón postal del aeropuerto, sin destinatario ni dirección, lo que para las autoridades significó un intento fallido de sacar las piezas del país.

Se descubrió además que los delincuentes planeaban otro robo en una joyería local, con la intención de recaudar fondos para asistir al Mundial de España en 1982, cita futbolística a la cual la selección peruana ya había clasificado y se tenía grandes expectativas con relación a su participación, pues algunos entusiastas creían que era posible ganar el torneo. Pero eso es material para otra historia.

Más información:

¿Qué piezas conformaban la primera colección del Museo Nacional del Perú?

La idea de crear un Museo Nacional se remonta a la época en la que vivió José de San Martín, quien abrigaba la idea de crear un recinto cultural. No obstante, su implementación inicial enfrentó ciertas limitaciones y el local albergaba pocas piezas valiosas en sus primeros años. Sobre este tema en cuestión, Teresa Arias y Daniel Contreras cuentan lo que sucedió en las primeras décadas del siglo XIX.

“La primera pieza arqueológica ingresada al catálogo del Museo Nacional, en julio de 1829, fue un topayauri o cetro de los incas obsequiado por el presidente, general José de La Mar, al entonces director Francisco Barrera. El viajero Charles Samuel Stewart la observó aquel año: ‘Entre los artículos aborígenes de curiosidad está el cetro de los incas y una variedad de agradables y curiosamente modeladas garrafas y vasos, algunos ornamentados con oro, probando la habilidad y el logro de los primitivos habitantes en la manufactura de sus artículos’”, se lee en el libro “Solo para curiosos. Origen de los museos en el Perú”, de los investigadores mencionados.

¿Cuándo se inauguró el Museo Nacional del Perú y dónde se encuentra?

El Museo Nacional del Perú se inauguró el 24 de julio de 2021, en un evento que coincidió con el bicentenario de la independencia del país. Este importante centro cultural, localizado en la antigua Panamericana Sur, Lurín, a 31 kilómetros de Lima, representa un esfuerzo trascendental por parte de las autoridades peruanas para preservar y promover la herencia cultural de Perú.

Al albergar una amplia gama de obras de arte, artefactos antiguos y muestras de biodiversidad, el museo se alza como un guardián del patrimonio histórico y cultural peruano. Este recinto cultural ofrece a los visitantes una ventana al pasado, permitiéndoles apreciar la evolución y riqueza cultural del país.

Las piezas más valiosas del Museo Nacional del Perú

Entre las piezas más importantes de este museo figuran la Estela Raimondi de Chavín, las Manos Cruzadas de Kotosh, mantos de Paracas, el Obelisco Tello y diversas pinturas del periodo virreinal, principalmente de la Escuela cuzqueña de pintura, y del periodo republicano.

¿En qué museo de Lima se encuentran los huacos eróticos?

Los huacos eróticos se encuentran en el Museo Larco, ubicado en la avenida Simón Bolívar 1515, Pueblo Libre. Este recinto cultural es conocido por albergar una amplia colección de arte precolombino, incluidas las famosas cerámicas eróticas de las culturas preincaicas.

En el museo se pueden encontrar objetos valiosos que narran con sorprendente detalle aspectos de la sexualidad humana y animal. Entre estas piezas se hallan vasijas, contenedores, amuletos, botellas de cerámica y huacos de arcilla que presentan escenas de encuentros íntimos en pareja, actos de placer solitario y cópulas entre animales. Todos estos elementos están armónicamente reunidos en la Galería Erótica Checan, término que proviene del idioma muchik y significa amor.

¿Qué tipos de museos existen?

Existen diversos tipos de museos que abarcan una amplia gama de temáticas y disciplinas. Los de arte, por ejemplo, se centran en la exhibición de pinturas, esculturas y otras formas de arte visual, mientras que los de historia se dedican a conservar y mostrar objetos y documentos relacionados con eventos históricos y culturales.

Además, hay centros etnográficos que se enfocan en la cultura y tradiciones de diferentes grupos humanos, y los de arqueología presentan artefactos de antiguas civilizaciones. Las instituciones científicas ofrecen exhibiciones interactivas y experimentales sobre diversos campos científicos, mientras que las de historia natural combinan elementos de biología, geología y paleontología. Estos son algunos de los museos que existen en el mundo.

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