Apasionada en lo que hace, Rebeca Escribens nos ha acostumbrado a sus ocurrencias y energía envidiable desde hace 9 años a través de ‘América Espectáculos’, donde informa sobre el acontecer nacional e internacional en el mundo de la farándula. En conversación con Infobae Perú, la conductora confiesa que en este largo camino ha aprendido a manejar sus emociones, absteniéndose muchas veces a dar mayores comentarios cuando las noticias contienen situaciones reprochables.
Su único objetivo - indica - es tratar de alegrar las mañanas y regirse a una educación que quiere inculcar a sus hijos y al público, no juzgar a los demás. En esta conversación, Rebeca Escribens no solo nos habló de su día a día en el noticiero, sino también de lo emocionada que está de regresar a las tablas con su obra musical ‘Planchando el despecho’, junto a Gianella Neyra, Katia Condos y Almendra Gomelsky, la cual logró éxito total en el 2023.
Rebeca, regresas con ‘Planchando el despecho’, ¿por qué no deben perderse esta obra musical?
Modestia aparte, voy a decir que es un show que ha roto esquemas el año pasado, que no se ha visto nada parecido en los últimos tiempos aquí en el país. Sin evidentemente desmerecer el trabajo que muchos hacen aquí, teatro musical, teatro, stand-up comedies, es simplemente diferente. Lo nuestro es un show musical sin precedentes. El año pasado tuvimos una temporada exitosísima. Mucha gente se quedó con las ganas de poder disfrutar del show por el boca a boca. Así que volvemos este 23 de mayo y vamos hasta el 30 de junio, jueves, viernes y sábados, no pueden perder esta oportunidad, no se van a arrepentir.
Tras la culminación de ‘Mujeres de la PM’, ¿hay alguna posibilidad de volverte a ver con Gianella Neyra, Katia Condos y Almendra Gomelsky en la TV este año?
¿Con qué tiempo? ¿Y en qué momento vamos a ser madres, amigas, amantes, mujeres? Fuera de bromas, nosotras estamos trabajando un pasito a la vez, un día a la vez. Vamos de a poquitos, nos enfocamos anualmente qué es lo que queremos, a dónde queremos ir. Sabíamos perfectamente que después del programa que tuvimos el año pasado lo que venía era esto, y estamos felices. Este año, el trabajo es dedicado y enfocado a ‘Planchando el despecho’, fuera que cada una tiene su trabajo individual. Además, no solamente es el show, es la preparación que tenemos para el show. Eso también demanda mucho tiempo.
Te has convertido en un sello de ‘América Espectáculos’, ¿cómo han sido todos estos años para ti?
Es un espacio al que quiero y respeto mucho. Son nueve años sentada en ese banquito, ahora con esta sala preciosa que me dejaron hacer y diseñar. Después de tantos años, se vuelve una familia. Sin duda, es como cuando vas al colegio, ¿no? Es tu segunda casa.
Además de las notas, también se esperan tus comentarios, los cuales muchas veces tratas de controlar...
Bueno, porque soy limeñita, pues. Vivo en esta sociedad de doble moral, de doble cara, en donde toda la gente dice una cosa, pero piensa otra. Juego a eso, evidentemente. Juego a eso precisamente porque no es que no me atreva, es mi filosofía de vida.
¿Y cuál es tu filosofía de vida?
La educación que me han dado y la que quiero profesar con ejemplo, sobre todo a mis hijos. Es precisamente tratar de no juzgar al resto. Yo no soy psicoterapeuta, no soy psiquiatra, no soy psicóloga. Yo simplemente abordo esos temas de infidelidad, por ejemplo, desde el lugar como mujer, ¿no? Y me sensibiliza, me vulnera más cuando sé que hay hijos de por medio, porque he sido mamá joven y también he cometido errores. Entonces, se tocan fibras delgadas, pero hay que saber separar y diferenciar esas emociones de tu trabajo. Yo ahí soy una comunicadora que a veces funge de payasa, de sobreactuada, de disforzada, como me dicen desde que tengo uso de razón. A veces caigo bien, a veces no, pero soy yo. Lo que ves es lo que hay dentro y fuera de cámaras.
¿Nunca te han pedido que seas más incisiva con tus comentarios?
No, no, nadie me pide nada de eso. Yo tengo nueve años en el espacio, tengo un trabajo y una relación con Lucho (Otani) tan impecable. Es mi productor, es un productor extraordinario y jamás, jamás se le ha ocurrido inducirme a pensar de una manera u otra. No, no. Yo, gracias a Dios, cuento con esa libertad que me permite ser y hacer lo que conveniente y correcto en el espacio.
¿Ha sido complicado para ti separar tus emociones a la hora de informar, tratando de no inmiscuirte?
Bueno, a veces digo: ‘Ay, Rebeca, ¿para qué dijiste esto? ¿O por qué hiciste lo otro?’. Finalmente, soy un ser humano. También me equivoco y muchas veces. Felizmente, y vuelvo a repetir, tengo un gran productor que me abre los ojos así redonditos, de lo japonesito que es. Cuando veo sus ojos redonditos es porque ya tengo que regresar a la línea, ¿no? Él es muy recto. Ya nos conocemos, cada expresión de Lucho tiene un significado para mí. Él es el que me guía, que me aguanta también.
Entonces, tratas de respetar los límites en televisión...
Siempre he tenido como premisa no perder la perspectiva. No soy ejemplo en nada, pero me refiero a mi labor como conductora, como comunicadora. Siempre para todo en la vida uno debe tener límites, incluso dentro de la improvisación o dentro del jajajajijiji hay que tener límites.
Y cuándo tienes que presentar notas sobre infidelidades, ¿no tienes ganas de hacer un llamado de atención?
Siempre me enfrento a ese tipo de noticias. Pero yo no soy quién para decirle a la gente qué es lo que tenga o no que hacer. Yo simplemente trato de tener un comentario positivo, resiliente, por llamarlo de alguna manera, para dejar algún tipo de mensaje positivo ante la gente, ¿no? Creo que nadie tiene la suficiente moral para acusar a nadie.
¿Y qué piensas de los ampays? ¿Tienes alguna opinión al respecto?
En el programa no hacemos ampays. Yo me enfoco en mi trabajo, en cómo hacer mi pauta con Lucho, cómo tratarla, y ahí está concentrada mi energía y mi enfoque. Poder armar algo que pueda ser un tanto divertido también en la mañana. Y marcar un poco la diferencia. Ahí está mi trabajo con Lucho.
¿Qué decides mostrar y qué no a tu público?
Todo lo que publico en redes es porque me provoca, porque me sale del útero, no para crear expectativa, ni pensando en cuántos likes voy a tener. Desde el momento en que decido mostrar algo en Instagram o comentarlo a través de América Espectáculos, asumo la consecuencia de lo que he hecho. Y gracias a Dios han sido buenas.
En el caso de tu padre, sentiste el deseo de compartirlo...
Desde que mi papá enfermó empecé a mostrarlo un poco en mis redes sociales a forma de terapia conmigo misma. La relación con él de niña fue seca. Es un hombre que viene de una formación antigua en el sentido de que no hay tacto, no hay ‘el te quiero’, ponerlo en redes sociales fue terapéutico para mí y para él. Finalmente, fue un hombre maravilloso. Eso se vio reflejado en América Espectáculos, yo he seguido trabajando a pesar de la pena, de la tristeza o muchos problemas que uno tiene en su vida cotidiana.
También hablaste del cáncer de piel que tuviste...
Al principio no quise hacerlo, pero el parche era muy evidente. Dije, primero voy a procesarlo y cuando esté preparada y lista lo haré, eso fue en enero, tres meses después. Ya habiendo pasado por los chequeos, por la operación y segunda biopsia, cuando estuve totalmente segura de que todo estaba bien, lo conté. El exponerme demasiado al sol trajo esta consecuencia, un puntito negro y raro en mi tobillo que me alertó a hacer esta consulta al dermatólogo.
Hoy día ya te sientes mucho mejor...
Sí, de lo contrario, no podría hablar de ello.
Almendra Gomelsky también pasó por esa situación.
Somos muy amigas, entonces nos contamos todo. Si por ahí una va al ginecólogo, mañana van las otras tres (Gianella Neyra, Katia Condos y Almendra Gomelsky). Nos pasamos los datos y nos vamos contando. Somos amigas, no solamente para trabajar, sino en nuestra vida privada nos contamos muchas cosas. Lamentablemente, Ali (Almendra) también tuvo un diagnóstico de cuidado, pero ya está fuera de peligro.
Tu otra pasión es la moda, se ve en cada prenda que usas en tu programa...
Me encanta la moda. Yo salí del colegio, estudié diseño de modas, pero no terminé la carrera. Luego estudié diseño de interiores. Y sí, terminé la carrera. La verdad que de un tiempo a la fecha, yo no me visto pensando en el qué dirán, me visto porque me gusta, porque me provoca. Hay mucha gente que comenta mis looks y yo lo agradezco. De hecho, en algún momento me gustaría trabajar también asesorando a personas, a mujeres. Me lo han pedido de manera interna. También he trabajado como diseñadora de interiores. Le he renovado la casa a Verónica (Linares), le he hecho su terraza, le he hecho su sala. Son trabajos paralelos que la gente no sabe qué hago. A veces me animo a postear con algunos reels de los antes y los después en mis redes. Pero sí, amo, yo creo que es una terapia.
También publicas mensajes reflexivos en tus redes...
Sí, bueno, todo eso a causa después del duelo (muerte de su padre) Si creen que el duelo dura un año, es mentira. Yo perdí a mi madre hace 24 años y, claro, uno aprende a convivir con el dolor. Aprendes a que este sea parte de tu día, a integrarlo y ya está. Lo de mi padre recién va a cumplir en junio dos años. Aún me desborda pensar mucho en él. Sin embargo, es importante aprender a transitar por la tristeza, abrazarla, rabiar también con ella. Lo que no debes dejar de hacer es vivir. Nadie dice que no tengas pena, nadie dice que no puedas estar pasando por un momento cruel. Lo que no puedes dejar de hacer, es vivir.