Virgen de Chapi: la festividad que une tradición ancestral y devoción en Arequipa

Miles de fieles se congregan en un emotivo homenaje a esta advocación mariana, resaltando su significado histórico y cultural para Perú, desde tiempos coloniales.

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La historia de cómo la imagen de la Virgen de Chapi encontró su hogar en Arequipa, tras ser salvada de un desastre natural, se entrelaza con la fe de sus devotos. (Andina)
La historia de cómo la imagen de la Virgen de Chapi encontró su hogar en Arequipa, tras ser salvada de un desastre natural, se entrelaza con la fe de sus devotos. (Andina)

La ciudad de Arequipa celebra hoy una de sus más grandes fiestas religiosas, marcando un día importante en su calendario: la celebración de la Festividad de la Virgen de Chapi.

En un emotivo encuentro, miles de creyentes convergen hacia su santuario para rendir homenaje a su patrona, manteniendo viva una tradición ancestral que perdura desde los tiempos coloniales.

Este evento religioso ha sido reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación por el Estado peruano desde 2012, lo que subraya su importancia histórica y cultural para el país.

Los comienzos de una tradición

La elección de esta fecha refleja la conexión profunda entre la comunidad y su patrona, convirtiendo la celebración en una de las más importantes de la región. (Andina)
La elección de esta fecha refleja la conexión profunda entre la comunidad y su patrona, convirtiendo la celebración en una de las más importantes de la región. (Andina)

La Festividad de la Virgen de Chapi se lleva a cabo en la localidad de Chapi, ubicada en el distrito de Polobaya, en la provincia y región de Arequipa.

Es una celebración arraigada en la identidad de la comunidad local y una manifestación de religiosidad popular transmitida de generación en generación.

Por otro lado, los orígenes de esta festividad se remontan a tiempos lejanos, cuando la imagen de la Virgen de la Candelaria, inicialmente ubicada en el pueblo de Accahua, fue trasladada por los pobladores hacia el valle del Chapi, luego de un devastador terremoto causado por la erupción del volcán Huaynaputina.

Este traslado dio origen a la devoción que hoy en día se manifiesta en la localidad de Chapi, donde se erigió una pequeña capilla para albergar a la sagrada imagen.

Entre procesiones y rituales, la festividad encarna la esencia de la religiosidad popular, pasando de generación en generación como una herencia viva. (Andina)
Entre procesiones y rituales, la festividad encarna la esencia de la religiosidad popular, pasando de generación en generación como una herencia viva. (Andina)

El culto a la Virgen se propagó rápidamente entre los arrieros y mineros que transitaban la zona, convirtiendo el lugar en un punto de encuentro para fieles y peregrinos.

Sin embargo, a finales del siglo XVIII, la imagen fue trasladada nuevamente debido a disturbios ocasionados durante las festividades. Este episodio, marcado por lo que se interpretó como un milagro durante el intento de traslado, consolidó la devoción de los habitantes de Chapi hacia la Virgen.

Desde entonces, la festividad ha experimentado un constante crecimiento, convirtiéndose en una de las celebraciones más importantes de la región.

La elección del 1 de mayo como día principal de la festividad es un fiel reflejo la profunda conexión entre la comunidad y su patrona, atrayendo a miles de fieles que acuden en busca de gracia y protección.

Así se celebra en la ‘Ciudad Blanca’

Desde el manto de la Virgen hasta rituales de agradecimiento, la festividad de Chapi se convierte en un encuentro de profunda conexión espiritual y tradición. (Andina)
Desde el manto de la Virgen hasta rituales de agradecimiento, la festividad de Chapi se convierte en un encuentro de profunda conexión espiritual y tradición. (Andina)

La celebración actual de la Festividad de la Virgen de Chapi es un evento lleno de tradición y fervor. La víspera, marcada por una procesión de bienvenida y confesiones, da paso a un día central repleto de actividades religiosas y culturales.

Desde la procesión hasta la bendición del Papa Juan Pablo II, cada momento de la festividad está impregnado de significado y devoción.

Como se recuerda, durante su primera visita al Perú, Juan Pablo II realizó la coronación de la Virgen de la Candelaria de Chapi el 2 de febrero de 1985.

En este evento, después de pronunciar una homilía, el Sumo Pontífice bendijo las coronas destinadas a la Virgen y al Niño, colocándolas sobre las imágenes tras un momento de oración.

La bendición de las coronas y la proclamación de la Virgen como Reina y Señora de Arequipa por el Papa en 1985 marcó un hito en la historia de esta festividad. (Andina)
La bendición de las coronas y la proclamación de la Virgen como Reina y Señora de Arequipa por el Papa en 1985 marcó un hito en la historia de esta festividad. (Andina)

Como gesto de su visita, obsequió un rosario de oro a la Virgen, proclamándola Reina y Señora de Arequipa. Esta significativa acción contribuyó al reconocimiento global de la Virgen de Chapi.

En medio de la liturgia y los fuegos artificiales, los devotos aprovechan para disfrutar de los famosos panes de Omate y chicharrones, contribuyendo así a la atmósfera festiva que envuelve el santuario.

La cobertura con el manto de la Virgen y la colocación de “milagritos” son rituales que reflejan la profunda fe de los asistentes, quienes encuentran en esta festividad un momento de conexión espiritual y gratitud.

La coronación de la Virgen por el Papa Juan Pablo II no solo fue un gesto de reconocimiento, sino también un hito en la historia de la festividad, consolidando su importancia a nivel nacional e internacional.

Hoy en día, la Festividad de la Virgen de Chapi continúa siendo un faro de la cultura y la religiosidad en la región de Arequipa, atrayendo a miles de fieles que buscan renovar su fe y recibir las bendiciones de su patrona.

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