El universo digital se está convirtiendo en un escenario donde los peruanos, dispersos por el mundo, encuentran un lugar para compartir sus historias y experiencias. Trascendiendo las fronteras de la pantalla para influir en la cultura contemporánea peruana. Con un contenido tan diverso como su audiencia, estos youtubers están moldeando el pulso de lo que es tendencia y relevante en el ciberespacio.
Uno de estos intrépidos viajeros digitales es Mauricio Isat, un peruano que optó por explorar rincones menos convencionales del planeta y compartir sus experiencias a través de su canal de YouTube, “Pasaje en mano”. Lejos de las rutas turísticas tradicionales, el influencer se aventura en territorios desconocidos, a menudo marcados por la adversidad y la complejidad social.
El publicista de profesión ya recorrió más de 30 países y está alistando maletas para viajar a Sudán del Sur, Pakistán y Afganistán. Como resultado de su arduo trabajo logró gran popularidad con videos impactantes como “Así es vivir la dura realidad en Haití”, “La oscura y dura realidad de las jineteras (meretrices) en Cuba” y “La cara de Cuba que no quieren que veas”, entro otros temas. Estos temas dan a conocer las realidades que a menudo pasan desapercibidas. Sin embargo, su trabajo va más allá del mero entretenimiento; busca generar conciencia sobre las injusticias sociales y económicas que afectan a comunidades vulnerables en todo el mundo.
“Cuando comencé a grabar en 2018, me di cuenta de que visitar destinos turísticos convencionales no era lo mío. Opté por explorar lugares menos transitados, y esa decisión marcó la pauta para mi canal”, declara el peruano, cuya valentía y autenticidad frente a la cámara le han valido una creciente base de seguidores.
¿Cómo inició la idea de este canal?
El camino hacia el reconocimiento no ha sido fácil. Mauricio recuerda sus humildes comienzos como el “Hincha rutero”, un personaje que surgió durante el Mundial de Rusia 2018 y que lo llevó a cubrir eventos desde España hasta Rusia. A pesar de las adversidades y su falta de experiencia en el mundo de digital, el peruano logró no solo mantener, sino hacer crecer su audiencia, que hoy supera los 315 mil suscriptores.
“Soy un explorador del mundo y siento que solo conozco el 1 %. Me encantaría visitar países africanos para hacer videos de tribus, en el Medio Oriente, en el Polo Norte y Sur, y recorrer en profundidad Rusia”, revela entusiasmado.
Sin embargo, el viaje del youtuber no está exento de peligros. En un video que visita el país de Cuba, el creador de contenido se vio amenazado por un desconocido mientras entrevista a un anciano que sobrevive reciclando latas. A pesar del riesgo evidente, el peruano optó por continuar grabando, un acto de valentía que fue elogiado en las redes sociales.
“Fue un momento difícil. Sentí su intención muy clara de darme miedo, pero no cedí. Aunque después, al ver el video, pude darme cuenta de la situación y que mi integridad estaba en riesgo. En las redes recibo comentarios muy positivos como ‘valiente’, ‘corajudo’ y que soy bastante avezado. Me felicitan, pero me piden que siempre tenga cuidado ya que piensan que arriesgo mi vida por hacer los videos”, expresa.
Todo no es drama
Entre sus videos más populares se encuentran aquellos que exploran aspectos más ligeros de la vida, desde cosas cotidianas en los aeropuertos hasta las reacciones de los cubanos al probar comida peruana. A través de estos videos, el viajero ofrece un vistazo a la diversidad y la complejidad del mundo que lo rodea.
Su próximo destino es Sudán del Sur, seguido de Pakistán y Afganistán, países que son sacudidos por conflictos y crisis. Aunque consciente de los riesgos, Mauricio ve estas expediciones como una oportunidad para seguir explorando y compartiendo historias que de otro modo quedarían en la oscuridad.
En última instancia, su objetivo va más allá del reconocimiento personal. A través de su trabajo, aspira a ser un embajador de su país, difundiendo los valores y la cultura peruana en cada rincón del mundo que visita. “Quiero ser una bandera peruana en el mundo, ya que viajan conmigo los valores de mi familia, la gastronomía peruana y nuestra idiosincrasia”, concluye.