La última vez que un presidente del Perú ganó las elecciones y cumplió con su mandado fue hace 14 años con Ollanta Humala. Después del gobierno nacionalista, han surgido atropellados periodos que agravaron la institucionalidad política del país. Desde Pedro Pablo Kuczynski hasta el defenestrado Pedro Castillo. Seis presidentes en ocho años que incluyen a la hoy mandataria Dina Boluarte.
La reciente calificación de la agencia internacional Standard & Poor’s Global Rating al rebajar a BBB- la nota crediticia del Perú — la peor en una década— es solo una muestra de un eslabón de crisis que apuntan, en su mayoría, a un factor incesante: la inestabilidad política.
No es casualidad que del 2016 al 2019, la pobreza monetaria registró una meseta o paralización para luego repuntar, pese a que en años anteriores las cifras mostraban una reducción progresiva del 59% al 20% (Ver cuadro de Infobae).
En palabras del presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, Federico Arnillas, ello se debió principalmente por dos factores internos: conflictos políticos—periodo de inestabilidad que se inició durante el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski—, y la ocurrencia de un Fenómeno de El Niño (FEN) en el 2017, que terminó afectando a un millón y medio de peruanos.
En cifras oficiales, la cifra de pobreza en el Perú bordea el 28%, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Para las actualizadas estimaciones del Banco Mundial, dicha tasa ya alcanzó el 32,2%, mientras que la línea de vulnerabilidad supera el 39%.
Del milagro económico a un ciclo de deterioro
En 2023, el Perú le dijo adiós al milagro económico puesto que la economía arrojó el peor resultado en 30 años (-0,5%), sin contar con el periodo de pandemia. Luego de un crecimiento sostenido, el país fue sumergido a una recesión, “la más profunda desde que se aprobó la Constitución de 1993″, indicó Luis Arias Minaya, economista y exjefe de Sunat. “Lo más complicado es que existe un riesgo muy fuerte de que la economía peruana caiga en un estancamiento crónico”, agregó.
Para este 2024, el Banco Central De Reserva y el Ministerio de Economía y Finanzas mantienen una proyección del Producto Bruto Interno (PBI) más optimista que otras instituciones al considerar un rebote de 3%. Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que el crecimiento de la producción nacional será de 2,7%, una cifra que aún está lejos de su potencial (4%), dejando atrás los años en que el país crecía a tasas de hasta 5% o 6%.
La economía peruana, que durante dos décadas registró un crecimiento promedio de 4,8%, ahora lucha por mantenerse a flote en medio de una volatilidad política que ha tenido un alto costo para la población más vulnerable, con los niveles de pobreza que igualan a las cifras de 2010.
Interminables crisis políticas hunden al Perú
En un artículo, Bloomberg señaló que “la nación (peruana) está buscando formas de hacer que su gobierno sea más estable después de pasar por siete presidentes en ocho años. Pero no ha encontrado una solución, y los inversores lo saben”.
Según advierten, los problemas económicos del país se han profundizado bajo la administración de Dina Boluarte, evidenciados por la significativa fuga de capitales que, solo en 2021, alcanzó los US$17.000 millones de dólares, la más grande en la historia del país.
Esta situación se ha extendido a lo largo de su mandato, con indicaciones adicionales de una previsión de contracción económica y un descenso en la inversión privada. “Lo que hunde al país son, en general, sus interminables crisis políticas”, observaron.
Las agencias calificadoras de riesgo como Moody’s y Standard & Poor’s anticiparon el año pasado que el principal problema del Perú es institucional, no son las cifras macrofiscales, sino las entidades democráticas.
En su nuevo reporte, S&P atribuyó la incertidumbre política actual a la existencia de un “Congreso fragmentado” y el “limitado capital político” del Gobierno”. Para la referida calificadora, estos factores sí afectan la confianza de los inversionistas privados y el crecimiento económico del país, “a pesar de los precios favorables del cobre”, además que limita la capacidad de Perú para reconstruir espacio fiscal.
“Esperamos que el complejo panorama político de Perú persista en el periodo previo a las próximas elecciones presidenciales y del Congreso. Esto, a su vez, limita la capacidad del gobierno para aplicar políticas más oportunas que impulsen la inversión y las expectativas de crecimiento económico”, se pronunciaron.
El exministro de Economía Pedro Francke, en anterior entrevista con Infobae, anotó que lo que ve es a un Poder Ejecutivo sometido al Congreso, y que es esta institución una infinidad de pequeños intereses sin un rumbo estratégico. la que marca el ritmo de la política económica. “Veo contrarreformas y no veo reformas positivas”, añadió.
“Ahora sin un tiro fuerte en lo que está pasando en las instituciones, se ve difícil una mejora. Y efectivamente pareciera que estamos entrando a un ciclo de deterioro, que afecta al crecimiento económico”, sostuvo a este medio.
Incertidumbre política, recuperación económica y déficit fiscal
Para el icepresidente del Grupo de Riesgo Soberano de Moody’s, Jaime Reusche, a pesar de que este 2024 no se presentan los mismos problemas económicos y de conflictividad social que se vivieron a inicios del 2023, con una economía en contracción, la incertidumbre política continúa siendo un factor.
Por esta razón, para decidir sobre una mejora o deterioro en la calificación crediticia de Perú, se considerarán tanto el avance en la recuperación económica y la disminución del déficit fiscal, como la continua inestabilidad política.
“Persiste algo de ruido político que sí nos genera preocupación y es por eso que sigue la perspectiva negativa, sobre todo en cómo afecta esto a la fortaleza institucional del país, cosa que es un análisis cualitativo, que no es fácil de medir y que tenemos que seguir estudiando, pero que queremos seguir evaluando en un contexto en el que la economía ya se va a estar recuperando y donde seguro vamos a ver una senda de consolidación fiscal”, apuntó al mencionado diario.
Expertos como Carolina Trivelli, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos, destacan que el Banco Central de Reserva ha tenido un papel fundamental en la lucha contra la inflación y lo sigue cumpliendo en condiciones difíciles, al punto de elevar fuertemente la tasa de interés”. Esta ha sido una forma de sortear sus problemas políticos durante tanto tiempo gracias a la firmeza de su Banco Central. “Lo que lastra al país son, en general, sus interminables crisis políticas”, señala Bloomberg.
Según agregan, todo ello sirve de advertencia en un mundo en el que la política se ha vuelto cada vez más polarizante “y la experiencia peruana demuestra que la volatilidad política tiene un coste real”.