Lima, la bella ciudad de los reyes, ha pasado por más de un cambio a lo largo de su convulsionada historia. A la par, y como parte de un proceso dentro del crecimiento de muchas ciudades, hubo un tiempo de explosión demográfica que se dio principalmente el siglo pasado y que dio origen a muchos de los distintos espacios que hoy conocemos en la periferia de la capital.
Sin embargo, hoy no hablaremos sobre los llamados ‘conos’, populares por haber empezado como asentamientos humanos hasta convertirse en las zonas pujantes y comerciales que son actualmente, sino de un pequeño sitio que se oculta a la vista de los transeúntes menos observadores y que, lejos de la suntuosidad de las casas y edificios modernos que inundan el distrito en el que se ubica, permanece mucho más parecido a un barrio tradicional.
¿Cuál es el ‘barrio escondido’ en Magdalena del Mar?
El lugar al que nos referimos se llama Medalla Milagrosa y está ubicado entre las cuadras 10 y 11 de la avenida del Ejército. Este particular espacio, que cuenta con una vista privilegiada al mar, tiene sus orígenes en la época de 1955.
Según narra el texto ‘Relaciones de poder-espacio en el Asentamiento Humano Medalla Milagrosa’, que recoge información de la Municipalidad de Magdalena del Mar, los primeros habitantes de esta antes llamada ‘bajada’, que era paso obligatorio para pescadores y personas que iban a la playa Marbella, fueron un grupo de trabajadores de una empresa chancadora de piedra.
Con el paso del tiempo, los pescadores artesanales también se instalaron con sus familias, dando inicio a un asentamiento humano que pronto cambiaría de rostro. La migración interna que hubo en el país trajo hasta Medalla Milagrosa a muchas familias provenientes de lugares como Apurímac y Ayacucho, quienes invadieron la zona en la búsqueda de una vivienda digna.
La principal vista de esta bajada por aquellos años era la de algunas chozas de esteras que duras penas podía mantenerse en pie, pero que llevaban en su interior el deseo de sus habitantes por salir adelante en la capital.
Con el paso del tiempo el lugar fue creciendo y abarcando parte del acantilado de la Costa Verde, una barriada marginada pero que no se daba por vencida. Sin embargo, no fue sino hasta el año 1980 cuando el segundo gobierno del recordado presidente Fernando Belaunde Terry formalizó la zona, otorgando títulos de propiedad a los residentes y dotándolos de espacios públicos como un colegio, además de servicios y hasta un pista.
Vale mencionar que al bajar por las calles de Medalla Milagrosa se puede encontrar el conjunto residencial Marbella, que contrasta con los coloridos espacios del pintoresco barrio. Asimismo, como dato curioso es importante mencionar que allí se grabó una popular producción llamada ‘Los de arriba y los de abajo’, telenovela emitida en 1994 que cautivó a más de uno y que abordaba por primera vez una temática social como son las diferencias de clases.
Sinónimo de progreso
Medalla Milagrosa es un mundo aparte. Su arco al ingresar da la bienvenida a los visitantes que parecen haber entrado a otro distrito dentro de Magdalena del Mar.
Casas con estilos diferentes, algunas de hasta cuatro pisos y decoradas con colores brillantes llaman mucho la atención dan cuenta del crecimiento demográfico que ha tenido, pero también del progreso que han alcanzado sus habitantes.
Allí hay bodegas, autos estacionados en las vías y una vista al horizonte que se va acentuando con cada paso que se da para llegar hasta el extremo en la Costa Verde.
Si se es lo suficientemente observador, es fácil notar que algunas de las viviendas cuentan con un estilo que se encuentra en las casas de algunas provincias del Perú, una muestra clara de los orígenes de Medalla Milagrosa como un lugar de inmigrantes. Y aunque no queda nada ya nada de su antiguo rostro, esto no le ha hecho perder ese sabor a ‘barrio’ que conserva hasta hoy.
Conflictos de límites entre San Isidro y Magdalena
Desde hace más de cinco décadas, una disputa territorial envuelve a los distritos de Magdalena del Mar y San Isidro, en un conflicto centrado en una área de 42 manzanas enmarcadas por las avenidas Salaverry, Juan Aliaga y Sánchez Carrión. Este prolongado desacuerdo ha dado lugar a diversos enfrentamientos entre el personal de serenazgo de ambas municipalidades, exacerbados por discrepancias en la nomenclatura de las calles y la administración de espacios públicos.
El origen de esta pugna se sitúa en el desacuerdo sobre los límites territoriales exactos entre ambas jurisdicciones, lo que ha provocado confusión y confrontación no solo a nivel de los servicios de seguridad ciudadana sino también entre los residentes de ambas comunas.