En un mundo donde el arte y el compromiso social se entrelazan con la vida cotidiana, emergen historias que desafían el status quo y encienden la llama de la esperanza. Tal es el caso de Alesandra Reto, egresada de Creación y Producción Escénica en la PUCP, cuya pasión por las artes escénicas ha trazado un camino vibrante desde las calles del Centro de Lima hasta las prestigiosas aulas de la Universidad de Yale. En una exclusiva conversación con Infobae Perú, la artista nacional reveló los secretos detrás de su impresionante trayectoria, marcada por el entusiasmo, la determinación y una innegable vocación. Pero, ¿cómo logró una actriz y productora peruana marcar la diferencia en un entorno lleno de desafíos?
La respuesta está en la resiliencia y creatividad que la caracterizan y a muchos otros en el ámbito cultural de Perú, un país cuya riqueza artística se ve, a menudo, obstaculizada por la falta de apoyo estatal. A pesar de los retos, Alesandra no solo ha sobrevivido, sino que ha prosperado, convirtiéndose en un faro de inspiración para los que sueñan con hacer del arte su vida. “No tenemos un respaldo por parte del Estado... Pero bueno, algo que hacemos los artistas siempre es resistir y seguir adelante”, confesó, evidenciando un espíritu inquebrantable. Su historia, plena de éxitos, aprendizajes y la promesa de un futuro aún más brillante, es un testimonio de pasión y perseverancia. ¿Pero qué consejos ofrece a aquellos que desean seguir sus pasos?
Entre la actuación y el compromiso social
Desde su infancia, Alesandra Reto sintió una especial atracción por el arte, una llama que ardió con intensidad incluso al cerrar el capítulo de su vida escolar. Ante la encrucijada de qué camino académico elegir tras finalizar el colegio, su corazón y su intuición señalaban hacia una única dirección. “Siempre tuve un gusto por las humanidades, ciencias políticas, sociología, pero al final de cuentas el teatro era lo único que me hacía sentir bien”, reveló a este medio, dejando claro que su pasión por las artes escénicas era la brújula que guiaba su futuro.
Pero el arte para Alesandra no solo era una vía de expresión individual, sino también una herramienta de transformación social. Desde temprana edad, se involucró en labores de ayuda a comunidades en desarrollo, combinando su compromiso social con su amor por el teatro.
El proyecto de arte callejero titulado “(Un) Ser en la ciudad”, dirigido por Marissa Béjar, fue una iniciativa producida por la especialidad de Creación y Producción Escénica de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). La iniciativa se enmarcó en el centro de Lima y tuvo como objetivo difundir la riqueza cultural de la ciudad mediante una experiencia innovadora: la caminata escénica, marcando así el inicio de su aventura en el arte callejero en esta histórica localización.
En este proyecto, Alesandra y su grupo daban vida a diversos personajes urbanos, entre ellos, las quinceañeras. “Yo estaba en el elenco de las quinceañeras en las que básicamente hacíamos un quinceañero en pleno jirón Ica, que había sido peatonalizado. Era muy divertido porque estábamos vestidas como quinceañeras en la calle, nos tomábamos fotos en el Centro de Lima y hacíamos un ingenioso sketch”, contó. Esta experiencia no era solo un despliegue de creatividad, sino una expresión de la vibrante cultura limeña, llevando el teatro a las calles y democratizando el acceso al arte.
Un sueño teatral hecho realidad en la Universidad de Yale
Desde el momento en que Alesandra expresó su deseo de convertirse en actriz, sus padres no se negaron en brindarle su apoyo incondicional. Su determinación y talento la llevaron a transitar el camino del arte, no solo frente a las cámaras, sino también detrás de ellas, emergiendo como actriz y productora en experiencias que ella misma describe como inigualables.
Este año, Alesandra se encontró ante una oportunidad que muy pocos pueden siquiera soñar: una beca en la David Geffen School of Drama de la Universidad de Yale. Una distinción que solo se concede a ocho talentos excepcionales en todo el mundo, y que estaba, sorprendentemente, al alcance de su mano.
Ingresar a este renombrado programa no solo era una meta que Alesandra había anhelado desde los 15 años, sino que también representaba la culminación de su perseverancia y dedicación. “Lograrlo me llena de una inmensa felicidad y orgullo. Esta maestría destaca globalmente por su enfoque en la gestión teatral y se sitúa en la frontera de las innovaciones en las artes escénicas”, compartió entusiasmada.
Alesandra no solo se siente emocionada por la educación de primer nivel que recibirá, sino también por las personas que conocerá: “Estoy muy emocionada por la posibilidad de conocer a nuevos compañeros que, probablemente, estén liderando cambios significativos en el teatro de sus propias comunidades”. Esta experiencia promete no solo enriquecer su carrera, sino también expandir su visión del arte escénico, en un ambiente donde la innovación y la creatividad se encuentran.
El desafío de mantener viva la pasión por el arte en Perú
La joven artista destacó un desafío crucial en el panorama cultural de su país: la falta de un apoyo sólido por parte del Estado hacia el sector de las artes. “No tenemos un respaldo por parte del Estado porque, si nos ponemos a ver, la cantidad de ministros de Cultura que hemos tenido en los últimos años es inmensa; no hay estabilidad y muchos no tienen nada que ver con la cultura. Entonces, estamos sumergidos en un gran problema”, explicó, señalando un entorno inestable que afecta directamente al desarrollo y reconocimiento de la cultura. Sin embargo, enfatizó la resiliencia que caracteriza al gremio artístico: “Pero bueno, algo que hacemos los artistas siempre es resistir y seguir adelante, estamos aquí por más de todas las adversidades”.
Subrayó la importancia de contar con respaldo estatal e institucional para potenciar el arte y la cultura. Ante esta situación, ofreció un consejo para aquellos que aspiran a formar parte de este mundo: “Primero, es estar seguro de la vocación. Para mí, no hay nadie que haga teatro porque está obligado; lo hacemos porque estamos apasionados y es muy importante mantener esa pasión viva”.
Con un tono de aliento, continuó: “Y diría que no se desanimen. Siento que, aunque el escenario estatal, institucional y formal de las Artes en el Perú es complejo, somos innovadores. Estamos en un país de emprendedores, de personas que ponen sus ideas en práctica. Yo diría que, desde el primer momento, intenten tener la mira en la gestión a pesar de que se dedican a ser profesionales artistas”.
Su testimonio no solo refleja los obstáculos que enfrentan los artistas en el contexto peruano, sino también el ímpetu y la creatividad con los que buscan superarlos, manteniendo viva la llama de su pasión por el teatro.