En el Perú, la superficie de sembríos de coca para el narcotráfico en Perú está en su nivel más alto desde 1995 y está experimentando cambios drásticos en cuanto a sus métodos de distribución y mercados de destino.
Según el Estudio sobre la dinámica de la cocaína en Perú, este narcótico ahora se está enviando desde las zonas de producción hacia los puntos de salida del país, utilizando principalmente el transporte terrestre para el 46% de su total.
Mientras que el 51% se comercializa a través del transporte marítimo y un 31% se distribuye mediante vuelos no autorizados.
Asimismo, el documento elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), la Dirección Nacional Antidroga de la Policía Nacional del Perú (Dirandro), entre otras entidades, indica que, ha habido un aumento notable de pistas de aterrizaje clandestinas en regiones, como Ucayali, facilitando así el transporte aéreo ilícito, mayormente hacia Bolivia y en menor medida Brasil, según revelan los análisis.
Bolivia, principal receptor de la droga enviada desde Perú
Según los datos y decomisos analizados, existen 29 destinos internacionales de la cocaína producida en el país. En términos de destinos internacionales, Bolivia sobresale como el principal receptor, acumulando el 38.96% de las drogas enviadas desde Perú, seguido por los Países Bajos y España.
En esa línea, el estudio precisa que la cocaína procedente del territorio nacional no solo ha consolidado su presencia en mercados tradicionales, sino que también está abasteciendo a mercados en Asia, África y Europa del Este, lo que sugiere un posible aumento en la demanda de este estupefaciente en los próximos años, según los expertos.
Por ello, destacan la necesidad de una vigilancia y control más estrictos sobre las nuevas rutas de tráfico y las áreas de expansión de cultivos, así como una investigación más profunda sobre la proliferación de actividades ilícitas.
Además, hacen hincapié en fortalecer las estrategias enfocadas en algunas de las categorías territoriales más vulnerables a la influencia de organizaciones criminales, como la Amazonía.
Ucayali, una región en peligro por 311 pistas clandestinas
El aumento de los cultivos de coca en zonas remotas de la Amazonía peruana ha intensificado el crimen organizado y, por ende, el uso de pistas de aterrizaje clandestinas. Esto con el objetivo de facilitar el tráfico ilícito de drogas hacia los mercados internacionales.
En ese sentido, aparte de mapear las rutas del narcotráfico, el estudio ha identificado 311 pistas de aterrizaje clandestinas en regiones peruanas estratégicas para la producción de coca, como Ucayali.
A través de las imágenes satelitales, se evidencia cómo los grupos de crimen organizado vinculados al tráfico ilícito de drogas han diversificado sus métodos de transporte de la cocaína.
Por tal razón, los especialistas en economías ilegales indican que debe fortalecerse la cooperación internacional y el intercambio de información para combatir eficazmente esta problemática.
Pueblos indígenas en peligro y abandono estatal
Finalmente, la investigación destaca una concentración alarmante pistas de aterrizaje clandestinas en zonas críticas como zonas de bosques naturales, territorios de comunidades nativas, y áreas de amortiguamiento.
Específicamente, las autoridades identificaron un total de 86 pistas clandestinas dentro de bosques de producción permanente, mientras que en territorios de comunidades nativas se encontraron 79 pistas, seguidas por otras 51 en zonas de amortiguamiento de Áreas Naturales Protegidas (ANPs).
Teniendo en cuenta dichos hallazgos, el estudio resalta que la táctica de las organizaciones criminales de operar en estos puntos responde a la limitada o nula presencia estatal.