Pumas UNAM ha hecho del estadio Olímpico Universitario una plaza invencible a lo largo del Torneo Clausura 2024. Ningún oponente ha sido capaz de conquistar el terreno en su totalidad. Enorme mérito del comando técnico de Gustavo Lema al igual que de cada integrante del plantel como Lisandro Magallán, Julio Caicedo, Rogelio Funes Mori y Piero Quispe.
Del peruano, ahora, se puede decir mucho como que por ejemplo aprobó su examen más difícil en el campeonato mexicano ante ni más ni menos que el Club América, la institución más ganadora de la historia nacional al igual que el vigente campeón. No marcó, pero gran parte de la victoria de los ‘auriazules’ (2-1) se la deben a él, quien realizó una exhibición sobresaliente.
Lo de quedar entre los suplentes ya es cosa del pasado. En El Pedregal se dieron cuenta que dejar relegado al peruano no era la mejor opción, teniendo en cuenta que posee una perfecta visión de juego que podría desbloquear cualquier situación puntual. Precisamente eso pasó en el transcurso de la contienda por la penúltima jornada del certamen corto de México.
Esta vez, Quispe ocupó un rol mucho más protagónico al ubicarse como mediapunta, como el clásico conductor del mediocentro por donde pasan los momentos cumbres de la ofensiva. Anteriormente esa responsabilidad era enteramente de Eduardo Salvio, pero ahora hubo un ‘enroque’ para asignarle ese papel a Piero, que se hizo un partidazo y difícilmente abandone ese sector.
A ello hay que agregarle que el ‘27′ hizo mucho más que ser un pasado clave de balón, también se transformó en un arma puntual de robo de esféricos para jugarlos con precisión y rapidez hacia sus socios en ataque como Leo Suárez, Rogelio Funes Mori y César Huerta. Sorprendió, además, sus internadas por espacios libres, su inteligencia en la creación y su agresividad en el quite que pudo desembocar lo peor.
Aunque lo peor -deportivamente hablando- sucedió a los 20′ minutos del partido cuando el delantero Henry Martín abrió la lata con un buen cobro de penal, luego de que Pablo Monroy derribara a Alejandro Zendejas dentro del área. A partir de ese suceso, se pensó que todo se pondría cuesta arriba y la imbatibilidad en el CU vería su fin. No obstante, surgió Piero Quispe para ponerse a los suyos al hombro y lanzarlos a la victoria con claros destellos de buen fútbol.
De tal manera que cerca del final del primer tiempo, el mediocampista de la selección peruana inició la jugada que devino en un saque de falta cobrado por Leo Suárez y concluyó en la igualada firmada por un certero cabezazo de Ulises Rivas. El gol asentó a Pumas UNAM, aunque tiempo después la incertidumbre reinó en el CU por una infracción de Quispe.
En concreto, el exUniversitario de Deportes realizó una barrida peligrosa con los tapones del botín por delante sobre el chileno Igor Lichnovsky poniendo en riesgo su integridad física. Intervino el Sistema de Videoarbitraje (VAR) para analizar detalladamente la acción, que a simple vista parecía una expulsión segura. Después de varios minutos de observación, el árbitro explicó que la infracción ameritaba cartulina amarilla, porque primero había tocado ligeramente la pelota con el talón y posteriormente derribó al zaguero americanista. Piero, salvado por ojo clínico.
Algo que fue demasiado injusto para el Club América y Lichnovsky, quien luego empleó las redes sociales para difundir imágenes que demostraron el daño de su tobillo por la dura entrada de Piero. Lo que vino después fue la consagración total del ‘27′ peruano, cuyos pies fueron artífices de la remontada enviando una asistencia rasante que, primero, fue desperdiciada por Ulises Rivas, pero finalmente acabó siendo muy bien aprovechada por Leo Suárez.
El peruano formado en la Academia Héctor Chumpitaz y consolidado en Universitario de Deportes fue decisivo ante Club América en lo que fue su examinatorio más importante en México. No solamente lo dice la prensa localista, sino también la afición ‘auriazul’, que se puso de pie del estadio para despedir con aplausos y vítores a su ‘joya’, que jornada tras jornada crece en ritmo y visión. Da gusto verlo superarse.