Gladys Tejeda, reconocida atleta nacional, ha sabido regalarle un sinfín de alegrías al Perú durante los últimos años. Su disciplina se ha visto reflejada en cada uno de las competencias en las que ha participado, sin embargo, no todo ha sido fácil a lo largo de su vida.
Así como muchos, la deportista ha tenido que atravesar diversas situaciones complicadas a lo largo de su vida. Una de ellas fue el fallecimiento de su padre. En conversación con Infobae Perú, la maratonista reveló el motivo por el que se vio obligada a iniciar tarde en el atletismo profesional.
Asimismo, también aprovechó en hacer énfasis en el poco apoyo que reciben los atletas en sus primeros años de carrera, algo que debería empezar a cambiar cuanto antes por el bien del deportista nacional.
- ¿Cómo fueron tus inicios en el atletismo?
Mis inicios fueron cuando estaba muy pequeña en la provincia de Junín. Yo viví mucho tiempo en altura, donde la resistencia se obtiene de manera natural. Creo que desde ahí, siempre estuve involucrada en el deporte y todo gracias a mis padres, que siempre me inculcaron lo que era la disciplina. Ellos se dedicaban a la ganadería, entonces siempre estaban caminando y haciendo esfuerzo físico. Si hablamos del alto rendimiento, yo empecé a dedicarme al 100% en eso cuando terminé mis estudios superiores.
- ¿El apoyo de tu familia fue clave en el proceso?
La parte básica para poder llegar y mantenerte en el alto rendimiento es la formación que recibes por parte de tu familia. En mi caso, sin el respaldo de ellos, no me hubiera sido posible continuar dedicándome al atletismo. Me siento muy orgullosa y contenta de poder seguir participando de los ciclos olímpicos cada cuatro años, algo que no es nada fácil.
- ¿Qué sacrificios personales has tenido que hacer para poder dedicarte a lo que más amas?
Simplemente, me he aferrado a la disciplina y eso ha conllevado a que pueda seguir creciendo. La idea es dejar lo fácil de lado y enfocarte en lo que realmente importa. Uno de los sacrificios más fuertes que he tenido que hacer es dejar a mi familia para concentrarme en los entrenamientos. Otra de las cosas que tuve que dejar fue mi carrera de docencia, pero lamentablemente cuando decidí comprometerme con mi deporte, todo lo demás quedó de lado. Hasta el momento, no he podido ejercerla, aunque me encantaría poder haberlo hecho. Hubiera sido muy complicado llevar ambas cosas de la mano. Reuniones, amigos y amistades también pasan a segundo plano cuando realmente te apasiona un deporte. No ha sido nada fácil para mí, porque empecé con zapatillas prestadas y los implementos tampoco eran lo adecuados.
- ¿Crees que los deportistas que viven en provincia no reciben el apoyo que deberían?
Cuando uno inicia, siempre tiene que buscárselas y luchar, a veces la ley de la vida es eso. Son cuatro o cinco años los que uno se toma para llegar a ser un deportista de alto rendimiento y en ese lapso pueden pasar muchas cosas, ya sean buenas o malas. Para mí, todo es cuestión de sacrificio, hay que tratar de ser el mejor en todo lo que uno se propone. Una vez que un atleta llega a la cúspide, empieza a recibir varios beneficios, más que nada de empresas privadas, como por ejemplo Toyota. Sin embargo, en nuestro país, tanto el Estado como algunas federaciones recién empiezan a apoyarte cuando ganas y no debería ser así, sino desde un inicio.
- ¿Cuál ha sido el momento más memorable de tu carrera?
El estar en unos cuartos Juegos Olímpicos es un sueño. Para el mismo país va a ser histórico, porque mantenerse en el ciclo olímpico es complicado para cualquier atleta. Además, el haber ganado la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 significó muchísimo, ese día sentí que competí junto a todo el Perú. En 2011, me llevé la medalla de bronce en los Panamericanos de Guadalajara y en 2012 la de plata en Toronto. En Santiago me tocó quedarme con el tercer lugar.
- ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo que se te ha presentado?
El momento más difícil que me tocó atravesar fue la muerte de mi papá. A él le gustaba mucho lo que yo hacía, que llevara el estudio con el deporte. Siempre me motivó a seguir preparándome para llegar a ser la mejor. Algo en lo que siempre pienso es que mi padre nunca me vio ser deportista de alto rendimiento, ni tampoco ganando una medalla. Fue algo que me debilitó en un inicio, es por esto que empecé al atletismo profesional recién a los 22 años.
- ¿Qué significó para ti el haber sido la primera atleta clasificada a París 2024?
Sin el apoyo de los que me rodean, no hubiera sido posible clasificar. Como recuerdan, yo conseguí el cupo en 2022, entonces eso me dio la tranquilidad en estos últimos meses, porque ya no tuve que competir una maratón. Obviamente correr una maratón demanda mucho el desgaste, hay que conservar tiempos y eso no es nada sencillo. Después de los Panamericanos de Santiago, tuve una para de dos meses para poder bajar cargas y empezar a entrenar desde cero para París. Para mí, es un honor representar a mi país en unos cuartos Juegos Olímpicos.
- En 2019 ganaste la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y luego de ello dijiste que como atleta recibías poco apoyo, ¿cambió algo después de ello?
Sí, por ejemplo yo estoy clasificada desde el 2022, entonces hay un programa listo para mí. No voy a negar que el apoyo a veces sí se da, pero hay que lucharla y ser uno de los mejores. Por otro lado está que la ayuda también debería llegar al deportista cuando recién está surgiendo. Yo ya voy 14 años en el alto rendimiento y sé lo que es tener que pasar por brechas para poder lograr los objetivos. Hasta el día de hoy veo jóvenes que no reciben apoyo y es triste, es algo que debería cambiar y mejorar.
- ¿Qué le dirías a los jóvenes peruanos que quieren dedicarle su vida al deporte?
Primero, lo más importante es que los padres de familia entiendan lo que es el deporte y para qué sirve. Desde ahí va a nacer el gusto o las ganas de entrenar de un joven, porque si nosotros les cortamos las alas desde muy pequeños y no les hacemos ver la realidad, va a ser difícil. Yo les diría a los jóvenes que realmente quieren dedicarse al deporte que no le tengan miedo a nada, que experimenten y que nunca dejen de luchar por sus sueños.